El Colegio de Abogados de Barcelona, ente que cono Javier Arenas sobrevive a todos los desastres, ha cambiado su denominación, luciendo ahora otra más lustrosa y acorde con los tiempos que corren, más progresista e igualitaria. Abogados parecía, como el Soberano, una cosa solo de hombres, pero poner Colegio de Abogados y Abogadas-la versión catalana me da pereza escribirla-resultaba excesivo y ridículo y un poco largo, pero había que cumplir con la cuota legal, de ahí que los pasteleros de la institución hayan parido el más neutro Abogacía. Ante semejante hallazgo, uno se acuerda del chiste del alcalde y el secretario de un pueblo perdido:
Alcalde: Secretario, convoque un pleno para el viernes.
Secretario: ¿Viernes, mi alcalde, va con be o con uve?
Alcalde: Da igual, que sea el lunes.
3 comentarios:
Muy bueno...pero puestos a felices hallazgos lo mejor de hoy es ver a los Pujol alegar los mismos argumentos con los que Hacienda liberó a la Infanta con sus facturas falsas que desgravan.
Qué gran familia exigiendo igualdad ante la ley. La Ley desigual que se aplica a la sangre azul...manquerait plus que ça!
:)
Cada día mejor que el anterior...
todos los colegios profesionales, el de la "abogacía" no es una excepción, aunque le ganan por la mano el de médicos y el de farmacéuticos en el ranking, habrían de depender jerárquica y estructuralmente del muy ilustre colegio de pasteleros/as, o de pastelerías variadas...
El problema es que aquí seguimos con la colegiación obligatoria para el desempeño de una profesión, aunque bien mirado es normal: qué es la UE sino la antítesis del liberalismo.
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