A la Policía se le escapa un etarra tras anularse su excarcelación y el ministro del ramo se excusa diciendo que cualquier vigilancia para evitar su fuga habría sido ilegal. ¡Albricias! Nada igual se veía-con permiso de ni admirado Iker Jiménez-desde que el hombre llegó a la Luna. Así que ya lo sabemos, según este sujeto vigilar a alguien de manera preventiva es una ilegalidad. Y qué ilegalidad, se pregunta el respetable. Pues no lo ha dicho, que Fernández, hombre al que se le aparece la Virgen, es muy dado a los misterios.
Y estas gentes, en coautoría con otros tal vez peores que ellos, han parido un pacto para luchar contra el yihadismo. Visto así, y si ésta es costumbre inveterada en nuestras fuerzas de seguridad, hay que creer a Pepe Bono cuando sobre el 11-M dice que el CNI alertó tres días antes al gobierno de turno sobre la seria posibilidad de un atentado yihadista. Tres días: imposible conseguir autorización judicial para detener a nadie sin más indicio que el olfato de los espías. Y sin esa autorización, ya se sabe, tenemos una ilegalidad. La Virgen.
3 comentarios:
este patético episodio, de corte faisanesco, recuerda al chiste de gila... uno se paseaba por delante del domicilio del "hombre de paz" etarra, diciendo, repitiendo una y otra vez "se va a cursar una orden para detener a alguien... pero no digo a quien..."
Bien traído lo del Faisán , después de aquello todo es posible. Pero se queda uno más tranquilo al saber que nuestra policía no nos podrá espiar así por la cara.
uy…eso no lo afirmaría yo con tanta rotundidad Reinhard.
Ya te contaré...
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