Por Tolerancio
Justo
Molinero, Radio Tele Taxi, el de la
muñeca chochona, oficia de agradaor
o palmero del separatismo en una entrevista radiofónica junto a Oriol
Junqueras. Propone en antena, en su matizado catalán pompeyano (de Pompeu), buscando la complicidad del orondo líder del
republicanismo aborigen, la comercialización de preservativos tuneados con la
banderita estrellada. El chisme en cuestión habría de incorporar un micro-chip
que active los colorines en el momento de mayor efusión.
No
obstante, la lógica más elemental de la coyunda advierte que el festival
lumínico pasaría desapercibido por cuanto el artilugio profiláctico se inventó
para culminar el acto intra portas.
Dar marcha atrás, disculpen el registro en exceso coloquial, para liarse uno a
manotazos, no casa con el desempeño atribuido a un objeto por definición
anticonceptivo.
No
parece que la ocurrencia sea en el fondo del agrado de Junqueras, más cómodo en
las procesiones de Semana Santa, pertrechado con una suerte de báculo, así le
vimos, como de nazareno sin capirote, que con esas picardías galantes. Más aún
cuando la Cataluña irredenta precisa de más hijos del terruño, futuros
combatientes dispuestos a soportar la lucha incesante al menos otros
trescientos años, tratándose la argucia erótica de Molinero de un derroche
ocioso y estéril de material genético que la Patria no puede permitirse.
Pero
la anécdota jocunda sitúa a su lascivo autor en el sitio que le corresponde,
mientras saliva abundantemente ante el micrófono imaginando lúbricos
acoplamientos y lanza a través de las ondas coplas y sevillanas amaestradas, arsa que toma, que toma y olé. Molinero sabe, por decirlo gráficamente, que su misión
es ésa, la del lacayo que ayuda a su señor, con ágiles movimientos, a calzarse
el preservativo para tomar a la doncella. En su Cataluña de ensueño, él y los
suyos serán palanganeros, eso sí, de librea pero a lunares… funcionarios de la
remonta, artistas de la mamporrería, gente
menuda, se decía antaño, que, bayeta al hombro, limpiarán, contando chistes
y cantando alegres y chispeantes bulerías, las salpicaduras del lupanar.
6 comentarios:
Quizá Molinero sea el más fiel exponente del charnego agradecido, no en vano le debe mucho a la administración catalana con el cuento de su emisora de radio.
la sonderkommandía es un misterio. me pregunto si es necesario lamer tanto, tan intensa y tan sostenidamente el culo por una subvención o una licencia radiofónica o... ¿no van, algunos enceratubos, más allá de lo exigible?... ¿no bastaría con la neutralidad o con un guiño ocasional para congraciarse con el poder? ¿es que les negarían las subvenciones con un perfil más aseado?...
Todo depende de a lo que aspires.
Dos emisoras de radio, una de televisión y alguna prebendilla más no se obtienen salvo que los lametones sean de nalgas a cogote, y éste ha sabido darlos de tamaño superlativo.
Digno paisano del otro cordobés ilustre por estos lares, D. José Montilla.
Una anécdota erótico festiva sobre Justo Molinero: cuando arrancó la TDT, Radio TeleTaxi, propiedad del cipayo, emitía porno en abierto a partir de las doce la noche. Hasta que la cerraron por esa normativa comunitaria que impide emitir en abierto tamaña fechoría.
Inciso: no cerraron la tele sino las emisiones del porno.
¿ Los jadeos eran con acento andaluz y subtítulos en catalán ?
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