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lunes, 2 de febrero de 2015

Una impostura



¿Quién no recuerda a Enric Marco? Todo el mundo, salvo algún guardián, si vive todavía, de campo de concentración. Imposible olvidar al hombre que se inventó toda una vida y se hizo pasar por una víctima del nazismo, de falso prisionero en el campo de Flosenbürg a presidente de la Amical de Mauthausen, cuando la realidad era mucho más prosaica, la de uno de tantos trabajadores voluntarios que marcharon a Alemania en busca de un buen salario en la industria bélica. Una farsa descomunal que explotó gracias a las investigaciones del historiador Benito Bermejo en un momento crucial en la vida de Marco, justo cuando más degustaba la gloria de su estafa.

Con una prosa a buen ritmo y una narración que vuelve sobre sí misma, a veces en exceso, Javier Cercas destripa poco a poco al personaje, lo pone frente al espejo que le devuelve su auténtica imagen y cuenta su lamentable historia en una novela que tiene mucho de ensayo, de estudio que ajusta cuentas no sólo con el falsario y sus circunstancias, sino con dos épocas bien diferenciadas y por todos conocidas: la Transición, que el autor define como una impostura, pues todo el mundo, como Marco, se fabricó un pasado a su medida, un traje que resultase cómodo, y la más reciente de la memoria histórica, ese engendro inventado por Zapatero, una prostitución de la memoria y una contradicción en sus propios términos, un oxímoron muy español. Tanto como el falso prisionero, un pícaro que, revelada la verdad, salvó los muebles como pudo y que ahora afirma sin pudor, ahí es nada, que se siente engañado por Cercas y su libro. Genio y figura en su impostura.

5 comentarios:

tolerancio dijo...


falsear el currículum está muy extendido. el tal marco pareciera que lo tenía todo bien atado, pues de su condición de superviviente en flosenburg pocos testigos quedarían para rebatir su historia... la verdad es que por mentir, él lo hizo a lo grande... cuando lo común es añadir al meritaje alguna licenciatura que jamás se cursó o colgar selfis para demostrar una supuesta cercanía con un famosillo...

Fuga dijo...

….de los impostores más curiosos, me quedo con Alfonso Guerra, fulano agreste y volcánico y que nos ocultó que su padre fue jefe de un pelotón de fusilamiento en el bando nacional. Según tengo entendido.

Reinhard dijo...

Desconocía ese detalle, Fuga.

Todo el mundo se falsifica un pasado. Váese a Monedero, falsea su CV como las papas de la patria falseaban su pasado en la Transición. Oh, la Transición, eso que tanto detesta Monedero.

Hasta Jiménez Losantos se hace pasar por un antifranquista, y peligroso, ojo.

tolerancio dijo...


desconocía esa curiosa filiación de guerra, el que pararía el nuevo estatuto de autonomía.cat en el congreso con 40 diputados... el mismo que decía, muchos años antes de gozar de la música de mahler que, cuando niño le quedó el recuerdo no del hambre, que no pasó, afortunadamente, sino del frío... criatura...

Fuga dijo...

lo leí hace ya muchos años en un par de ocasiones. Entonces no existía Internet y los hoax/difamaciones no eran tan masivos como ahora.

a saber...