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miércoles, 18 de febrero de 2015

Odia el delito



De esta guisa, tal que un hooligan por las calles de Lloret de Mar, posaba De Juana Chaos en su retiro venezolano, burlando, es un decir, a la justicia española, un ciega que lo busca a tientas por un presunto delito de enaltecimiento de terrorismo. Sin ánimo de ofender, resulta redundante que se impute ese delito a un fulano que se ha mandado al otro barrio a más de veinte personas y que no ha hecho propósito de enmienda, pero en este país somo así, primero soltamos al reo antes de lo razonable y después, con la mala conciencia a cuestas, damos órdenes a la fiscalía para que presente una acusación que salve la cara del gobierno de turno.

En su exilio venezolano, con una barriga cervecera que es la curva de la felicidad, De Juana certifica que la reinserción del delincuente es posible y que además, y no es baladí, está a punto de trascender, de colmar su existencia con esas acciones imprescindibles en la vida de un hombre: escribió un par de libros en prisión y ha tenido un hijo. Ya sólo le falta, si no lo ha hecho ya, plantar un árbol, tarea ecológica para la que a buen seguro, y siempre que lo solicite, podrá obtener una subvención. Pero eso será cuando regrese a su pueblo, una vez prescritas sus cuentas con la justicia.

3 comentarios:

Aitor Mento dijo...

Y regentando una licorería, como tantas hay en Lloret y sitios así.

FUga dijo...

¿no se llegaba a ese estado contemplativo de la vie en rose tras una larga vida de trabajo e impuestos?

¿o hay atajo?

Reinhard dijo...

Hay atajos, claro: la lotería, el crimen, la política...