De lo sentimental

De los comentarios, opiniones y críticas que ha generado El francotirador, la última película de Clint Eastwood, me quedo con la del simpático Michael Moore, siempre tan locuaz, que dice que no le gusta la película porque un tío suyo murió en la Segunda Guerra Mundial a manos y ojos de un francotirador. Acabáramos. ¿Y qué diferencia hay entre morir así y morir por una granada, o por el disparo accidental de un compañero? Nada tan emocionante se leía desde que Zapatero, con la finalidad de legislar sobre la memoria, nos contaba que su abuelo Rodríguez murió en la guerra española a manos de los fascistas, aunque en el fondo, como le dijo a Irene Villa, aquel fusilamiento fue un acto de terrorismo como el que sufrió la chica y que la dejó sin piernas. Nada nuevo. el sentimentalismo de la progresía con la muerte de los suyos, la frivolidad con la muerte de los otros. No sé si veré la película, porque voy muy poco al cine y porque los francotiradores me dan mucha envidia.