No ha empezado la Navidad y ya se desatan los excesos: un tipo se monta en un burrito navideño y el animal muere a las pocas horas. El équido, llamado Platero, formaba parte de un portal de Belén y no soportó los 150 kilos de un gracioso que, además, no tuvo reparo-la obscenidad de las redes sociales-en hacerse fotografías para repartirlas entre los amigos. Lógicamente, asociaciones animalistas han puesto el grito en el cielo y piden que el peso de la ley caiga sobre el gracioso. Nada que objetar, que le den una buena mano de hostias a ese estúpido, si bien conviene plantear un escenario alternativo y nada extravagante: si la policía hubiese impedido la tropelía, alguien, quizá perteneciente a una asociación en defensa de los animales entre otras formas de altruismo, hubiese acusado a los agentes de marginar a las personas obesas. Conflicto de bienes jurídicos protegidos, o la dictadura de las minorías y la discriminación positiva. Todo un exceso, como la Navidad. Que pase pronto.
miércoles, 17 de diciembre de 2014
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13 comentarios:
don reinhard, es usted un coñón incorregible... me he reído un rato largo con su crónica, y creí que no sería capaz de hacerlo porque unos minutos antes había leído en un digital lo de la muerte del burrito y la verdad es que me había cabreado un montón, estaba indignado (y lo sigo estando) pues el burrito es una bestezuela simpatiquísima que me hace mucha gracia, pero, claro... ¿qué pasa con los gorditos? ¿y por qué una persona deficiente no podría aspirar a pilotar un avión de pasajeros gracias a esos programas de inserción laboral que vemos por la tele? ¿o por qué un Fdez Díaz cualquiera no podría ser ministro?... ellos también tienen derecho... en fin, guardaré un minuto de respetuoso silencio por el pobre pollino... Feliz Navidad a todos los condenados de esta legión...
Comparto esa indignación, por el daño gratuito y por lo entrañable del burro:
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos..
Y es cierto, hasta un Fernández puede ser ministro, y del Interior, nada menos.
Felices Fiestas también para usted.
gordo y energúmeno.
dos, no una, dos manos de hostias.
un gordo, a poco que se haya echado algún polvo, sabe que no puede inhibirse sobre cómo subirse o bajarse y si toca arriba o abajo.
El mamón debe ser un sádico...
...y Feliz Navidad también a todos los condenados de la legión
Tocó el Gordo antes de tiempo. En Lucena, SEVILLA, como escribió El País en su Twitter al dar la noticia.
Por lo demás, señores, mariconadas las justas, si puede ser. Hasta dentro de una semana no es Navidad.
No me hagan un Corte Inglés.
El problema es quien le da la mano de hostias a un tío de 150 kgs.
Yo lo tendría a él, a cuatro patas y con las orejas de burro puestas hasta que haya que desmontar el belén, con permiso incluso para que los visitantes lo monten.
Parece que el gordo tonto ha sido detenido; ojo, porque pollinos hay muchos en los juzgados.
Cierto, Don Aitor, todavía nos es Navidad, pero a muchos nos puede el ansia porque pase ya.
...de hecho en la jurisdicción administrativa ser burro es un requisito formal.
En el resto basta con ser un prevaricador o un gandul.
Así me gusta, Fuga, pazzzz y amor para los hombres de buena voluntad.
:)
Traveller, habría que condenar al gordo a intentar subir a lomos de un rinoceronte.
en esta ocasión, el burro iba encima...
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