Volvemos por esta bitácora, una vez más, con la máxima socialdemócrata que tanto juego da y que tan poquito pide a cambio. Tres días de fiesta dan para una escapada a La Rioja, carretera y manta para dejar a un lado de la autopista la Navarra del Ebro, con esa Lodosa célebre por sus pimientos que ha tenido el dudoso honor de acoger al terrorista, dicen que arrepentido, Valentín Lasarte en su primer permiso ordinario. Al ministro del Interior, hombre pío donde los haya y so pena de prevaricar, no se le podía morir en prisión el etarra Bolinaga, de ahí que lo mandase a su natal Mondragón para que-aseguran los malvados-a base de txikitos el mal se extendiese del riñón al hígado, pues a fuerza de vísceras se ha jalonado esta historia del terror.
Y visceral era Lasarte, que regentando una taberna en el San Sebastián más batasuno tenía tiempo de echar vinos en otros locales, ver por casualidad a un objetivo de la banda cenando en otra tasca, volver a su feudo a por una pistola y pegar un tiro en la nunca al desgraciado objetivo. Más rápido y letalmente eficaz, imposible. Casi veinte años después, y tras ver el negro horizonte que presentaba la todavía vigente doctrina Parot, Lasarte se acoge a los beneficios penitenciarios, proscritos por la ortodoxia de la banda, se busca una pareja, que siempre es síntoma de normalidad, y comienza a respirar libertad en un entorno bastante más oxigenado que ese otro en el que se forjó como héroe de la patria.
Tras una tragicomedia perfectamente ensayada, los ropones de la Audiencia compadecieron al delincuente y se ciscaron en la víctima, como es costumbre inveterada y ya casi una fuente del Derecho, y decidieron que, pareciendo sincero el arrepentimiento del reo, procedía ir preparando su vida para la libertad. Y en eso anda Valentín, con una novia fea de narices-otro crimen a sus espaldas-y bebé prestado en un carrito, alegre comandita que sólo ve alterada su felicidad por la presencia de un montón de periodistas que sólo aspiran a dar fe de lo evidente: que como bien dijo hace ya tiempo un etarra arrepentido, y ahí está una ley blandengue para certificarlo, el último en salir de ETA será un imbécil.
16 comentarios:
Lasarte está en la lista negra de ETA, y es que no sigue los dictados de la banda y parece, dicen, colaboró y se arrepintió "de verdad".
Dicho esto, me importa un huevo, opino que un asesino debe pasar su vida en la carcel. Si se arrepiente, bien por su conciencia, y que las víctimas le perdonen si lo estiman. Punto.
Ahora, tampoco puedo obviar que estas cosas hacen mucho daño al mundo etarra, a todos esos palurdos que siguen desde las carceles, al pie de la letra, lo que mandan los que andan en libertad. Tal vez se pudiera justificar este desbarre si supieramos que esto provoca úlceras sangrantes a cierta basura humanoide.
Es evidente que muchos romperían con esas consignas; unos por salir antes, otros por tocar las narices a los que mandan en la banda y que no han pisado una cárcel.
El arrepentimiento, un concepto tan personal como difuso, difícilmente puede ser un criterio para acortar el cumplimiento de una pena. Salvo que vaya acompañado de una clara colaboración a la hora de aclarar crímenes pendientes de resolver, lo que no parece ser el caso de Lasarte.
Pero ahí está la Vía Nanclares, una salida que si la banda quisiese, vaciaría las prisiones de etarras en cuatro días. En fin, aquello de la hoja d ruta.
que si petición de perdón a las víctimas, que si arrepentimiento, que si patatín, que si patatán... herramientas para la "reinserción" que a nadie se le ocurriría aplicar a convictos de otros crímenes...
en fin, ahí tenemos a la feliz pareja con su retoño... el juez de vigilancia penitenciaria debería recomendar al interfecto que se ponga a dieta o habrá que excarcelarlo urgentemente, como a Boli, para que le sometan a una reducción de estómago a cargo de la seguridad social
Por lo que he leído, Tolerancio, creo que el bebé no es de él, tampoco sé si es de ella, lo que avalaría que pasear con él y fichar en el cuartelillo es una operación de imagen; al menos, no se le ve de txikitos con la cuadrilla al estilo Bolo.
Lo de tener que pedir un bebé prestado para atrezzo no deja de ser un síntoma del tópico que tiene bastante de cierto : el verdadero problema vasco es que en Euskadi no se folla.
Esa foto refleja la normalidad en Vascongadas... con sus asesinos condenados paseando tranquilamente por las calles, los chivatos jugando alegremente al dominó, los bares llenos de carcajadas y orgullo...
Los constitucionalistas lo han conseguido, sí.
Algo de eso había oído, Don Aitor.
No obstante, mejor que el bebé sea prestado: imagine que, como en otros casos de terroristas, hubiese que pagarle una inseminación.
Ese es el problema, Herep, que en el País Vasco siempre han existido muchos constitucionalistas y ningún unionista.
…su aspecto ya resulta repugnante, es cierto. De hecho, se les suele reconocer fácilmente por allí con solo verlos y algo deben tener de aliados forzosos en la frustración estética compartida o de simpatía mutua ante su fealdad.
Afean las calles, las plazas, las playas y lo afean todo. Y se regodean en su fealdad.
cabe que en lugar de entretener al crío con un sonajero le hagan cuquerías con un coctelín molotov
No es gratuito que el fulano acuda a fichar con un niño que además no es suyo. Son feos de cojones, sin duda, perro con ese detalle buscan ofrecer una determinada estética.
Fuga, y ese mismo culto al feísmo lo exportaron a Cataluña hace tiempo. No hay más que ver en Barcelona, por ejemplo, la parte alta del barrio de Grácia, una especie de territorio comanche que podría pasar por casco viejo de localidad vasca.
Los movimientos de la JERC para arriba lo hicieron suyo ( Endavant, y otros ), y ahora lo asume la CUP, verdadera reproducción catalana de lo que en estética fue la Herri Batasuna de los 80.
Don Reinhard, yo creo más bien que lo que intentan con lo de coger el niño prestado es intentar dar pena, sencillamente, para intentar suscitar en el público la típica reacción de "míralos, con un niño pequeño y todo y todavía el padre tiene años de cárcel".
Lo que es la estética feísta ya la consigue la pareja solita y particularmente la churri de Lasarte.
A eso me refería, Don Aitor, a una estética de buenismo, de una reinserción que es posible, de un niño inocente que no debe pagar las culpas del progenitor.
cn relación a al estética de los cup es cierto que recuerdan a los batasunos de antaño... la cuestión es si los batasunos han cambiado de estilo, quiero decir, si los de las CuP van con el paso cambiado y lo suyo es un revival estético.
Para mí que sí, don Tolerancio.
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