Ya somos, o semos, europeos fue una alegre cantinela que recorría este país cuando aquellos sociatas de chaqueta de pana y socialismo moderno que eran el Felipe y el Guerra nos iban a meter, por fin, en ese club selecto que era la Europa desarrollada. Más de dos décadas después, aquel club tan selecto y progresista no es más un antro quebrado sometido a los caprichos de una fondona alemana ante la que sólo se cuadra un señor tranquilo que fuma puros y lee el Marca. El orden público y las buenas costumbres, los mismos criterios que no impiden que un clérigo afirme que es sano zurrar a las mujeres, vetan el registro de una marca de jocosa tradición española. Europa era esto, una hijoputez.
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8 comentarios:
Me acuerdo como si fuera ayer, de las risotadas que nos echamos en cena de amigotes cuando nos sacaron aquella botella de licor "hijoputa".
¿Y no quieren registrar esta bebida que de facto ya existe desde hace años y años?. Hay que ver que modosita esta UE.
Y digo modosita, quería decir cretinos, cuando no hijoputas.
Salud!, ¡hics!
Es lo que hay, Sr. Ogro. Aquello que para nosotros es motivo de risa en una sobremesa constituye una ofensa para los burócratas de la UE, los mismos que no tienen problemas en doblegarse una y otra vez ante, por ejemplo, el islamismo más radical. Tienen dentro el caballo de Troya y miran al tendido.
Reinhard, y sin olvidar que para estos de la UE es mucho mas ofensivo llamar así a un licor, que un cargar al erario un whisky de malta de 20 años; donde va a parar.
Porque claro, si un tipo de estos pide al camararo un hijoputa, lo mismo le lleva un espejo: inaceptable.
Podrán censurar el vocablo, pero no podrán negar la realidad : hijoputas los hay a paladas y cada vez en mayor cantidad. Pronto no cabrá uno más, como los tontos.
Un abrazo.
Hijopuntas y tontos, en efecto, buscan con hacerse un hueco en este paraje desolador.
Otro abrazo.
Más Europa, Reinhard. Más Europa. Hay que construir más Europa. Más tinglado, más comilona y más billete de primera clase.
¡Ponga una Europa en su casa!
Somos europedos, Herep, europedos.
Las euro-ventosidades diversas, eso sí, sin olor a chorizo ( el embutido propiamente dicho ).
Íbamos a ser menos los del Paisito Heptamilenario que los de la Nación de los 56.000 Prodigios. Hombre por Dios. O por Alá.
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