Como hay campaña electoral, el PP
sigue fiel a su tradición de pegarse tiros en el pie, que ya lo resumía Pío
Cabanillas con aquello de cuerpo a
tierra, que vienen los nuestros, y así su líder Casado dice que el
multipartidismo es el peor desastre que ha tenido la democracia española, curioso y optimista balance para cuarenta años de naufragio. Ya
dice el Evangelio que hay que predicar con el ejemplo y en su virtud y para clarificar el paisaje debería
Casado echarse a un lado y hacer lo
posible para que desapareciesen partidos anecdóticos y que quedase la cosa un duelo entre
izquierda y derecha, nada del centro centrado muy moderado. En esa línea de
desaparición andan los Ciudadanos del mundo con el inefable y melancólico Edmundo.
Pero quizá la torpeza de Casado
no sea nada más que una añagaza que camufle, como me indica el amigo Fuga,
residente en la capital y siempre ojo avizor ante cualquier conspiración de las
élites extractivas, los verdaderos deseos de los guardianes de las esencias del
Régimen: que para no depender de VOX y cortar las alas de la intrépida Ayuso se
funde una coalición entre PSOE y PP. Ésa y no otra es la idea de la democracia
que tiene Casado. Veremos.
2 comentarios:
La verdad es que andaba yo ya muy escamado con la campaña de linchamiento a Cs desde la derecha mediática que empezó a los 4 meses de darle la presidencia a Ayuso. No es que simpatice con Aguado, pero toda la operación atufaba de lejos. Ayuso perdió con 30 diputados frente a Gabilondo con 37. Y Cs cumplió. Firmaron un acuerdo de legislatura hasta el 2023. Y Ayuso, habiendo perdido, fue presidenta. Desde los primeros meses cada discrepancia entre PP y Cs era agitada de la trinchera de la derecha con el consabido ‘Aguado traidor, felón y judas’, cuando uno sabe que incluso en un gobierno monocolor surgen discrepancias. Parecía claro que en agradecimiento a conceder la presidencia a los naranjas los iban a freír a fuego lento.
Después llegó ese ejercicio de disonancia cognitiva colectiva según la cual Cs había presentado una moción contra Ayuso que la forzó a disolver.
Todo el operativo me parecía muy peligroso, pues hemos sabido con el ejemplo de Madrid y de Andalucía que los partidos en los bordes complementan en diputados a un muy desacreditado PP. Y que fagocitarlos puede ser pan para hoy y hambre para mañana.
En fin, estaba yo bastante solo reflexionando sobre los peligros de la AYUSADA, tan de la factoría de la desmesura y el mesianismo aguirrista y sus medios acólitos, y aguantando el chaparrón por no unirme a la kermesse general siendo tildado de rojillo, pero leo por aquí y por allá que a algunos analistas se les empiezan a hacer los dedos huéspedes también con esta movida tan gratuita que tendrá efecto en todas las direcciones, especialmente si aún ganando se queda sin la presidencia, pero, incluso reteniéndola , puede que a nivel nacional hayan resucitado a un Iglesias condenado a la insignificancia, y destruyendo a los aliados potenciales, sentenciado su acceso a Moncloa.
Veremos si esta, repito, desmesurada AYUSADA, no sirva a Sánchez para hacerse fuerte.
En toda esta historia, me temo, que no termino de ver inteligencia alguna...
La izquierda, unos por acción y otros por omisión, echa el resto en estas elecciones. Véase al efecto lo de ayer en Vallecas contra VOX. Como en el 36.
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