Hay días, pocos pero los hay, en
los que uno se reconcilia con la justicia. El Tribunal Constitucional, y de
manera unánime, le da un buen repaso al Supremo y le ordena dictar una nueva
sentencia en el caso Blanquerna: el motivo no es otro que, en vía de recurso de
casación, se agravaron las penas de los condenados sin haber sido escuchados, lo
que constituye una clara violación de una doctrina ya un poco vieja del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos que ha servido para dejar con el culo al
aire a la justicia española en unas cuantas ocasiones. Sería deseable, si bien
no ocurrirá, que el Supremo, en la nueva sentencia que debe dictar, explique
por qué agravó las penas, acudiendo a la dichosa discriminación ideológica,
sabiendo que ello era una barbaridad jurídica y procesal. Ello no es torpeza
sino algo mucho peor.
Ya era sangrante que unos tipos
fuesen condenados a tres y cuatro años de prisión por entrar en un acto, dar
unas cuantas voces y un empujón y lanzar vivas a España. Sobre todo cuando
tiempo después descubres que a un fulano le caen cinco años por matar a un
hombre que luce unos tirantes con la rojigualda. Así que ahora, con esta
sentencia, se ponen las cosas en su sitio y se hace un poquito de justicia.
Este mismo criterio también puede servir para el caso de la Manada, pues un
recurso de amparo en el mismo sentido debe ser resuelto a no mucho tardar.
Veremos, sería lo deseable, si los máximos intérpretes de la Constitución tienen igual temple. Si no, siempre quedará Estrasburgo.
2 comentarios:
con gran satisfacción vi la noticia hace unos días. el video por el que fueron condenados los chicos de blanquerna es de risa, pues lo que sucedió no es más que uno de tantos escraches y no de los más violentos. la vida de sánchez llibre no corrió peligro, siquiera la montura de sus lentes. lo suyo sería que a rodrigo lanza le quintuplicaran la pena, quiero decir, que le cayera cadena perpetua por reincidente, pero en fin... cosas veredes...
Menos mal que esto ha ocurrido antes de que el NeoFrentePopular coloque a "los suyos" en el Constitucional. Si ocurre después, olvídate.
Y no obstante quedan aún injusticias flagrantes y clamorosas como lo de los jugadores de la Arandina.
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