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lunes, 26 de febrero de 2018

Buenos vasallos



Se pregunta uno quién es peor, si Rogelio Torrente, presidente de un parlamento autonómico en permanente rebelión, o el ministro de gracia y justicia del Reino de España, un tipo tan indolente como su jefe. Y en mitad de la discordia, el Colegio de Abogados de Barcelona, institución de espíritu decimonónico que nunca ha hecho gala de la más mínima neutralidad, no digamos beligerancia, en el ya largo prusés secesionista. De Torrente, en el uso de la palabra en los actos del patrón de la abogacía, se podía esperar lo que vino de la mano de su lacito amarillo en la solapa, una arenga en favor de los presos-políticos según su parroquia-que provocó el abandono de la cúpula judicial presente en la martingala, muestra de gallardía que no motivó el más mínimo gesto del ministro Catalá, quien en singular cobardía se quedó en su asiento esperando, a buen seguro, el condumio posterior que el Colegio monta en estos casos a expensas de la cuota de sus colegiados.

Requerido por tal pasividad, el hombre de confianza de Rajoy se justifica diciendo que se quedó para no hacer un feo a los abogados allí presentes, muchos de los cuales silbaron a Rogelio antes de marchar junto a jueces y fiscales. Alguien debería explicar al ministro que el feo, permaneciendo sentado, se lo hizo a todos los españoles-juristas o no importa un rábano-que de buena fe y con alguna ingenuidad esperan de su gobierno mano dura en el cumplimiento de la ley. Pero aunque alguien lo hiciese, la reprimenda caería en el saco roto de aquellos que, abonados a la obscenidad, han hecho de la dejación de funciones su seña de identidad. Justicia poética, en fin y nunca mejor dicho, la de aquellos servidores públicos que prefirieron abandonar el infame acto y desterrarse antes que soportar la afrenta: buenos vasallos faltos de buen señor.  

viernes, 23 de febrero de 2018

El relato



El otro día dieron la bienvenida a los dos vecinos de Andoain que con su chivatazo facilitaron que Pagazaurtundúa fuese asesinado, y se la dieron unos cientos, medio millar, de sus paisanos como homenaje tras pasar los tipos unos cuantos años en prisión. ¿Apología, enaltecimiento del terrorismo? ¿Ciscarse en las víctimas? Prima facie puede parecerlo, pero no es probable que vayan a ir por ahí los tiros, y nunca mejor dicho, pese a que la fiscalía ha abierto diligencias para esclarecer unos hechos que están bastante claros: el relato de esta historia de la infamia, por desgracia, no es el de las víctimas sino el de los verdugos y sus colaboradores políticos, sin que ello empañe o ponga en tela de juicio la crónica policial de varias décadas de crimen y extorsión, otra historia diferente que se resume en que ETA fue derrotada por la Guardia Civil.

Curiosamente, o no tanto, porque la climatología de la zona es la que es, el día de la bienvenida llovía con fuerza, como cuando el presidente del gobierno se metía en su coche-parece que llueve, dijo-para esquivar las preguntas sobre el fallo de Estrasburgo que tumbaba la doctrina Parot y que daba suelta a los mayores criminales de la banda. La lluvia de Andoain, mezclada con una sarta de insultos, la aguantaban unos pocos militantes del PP vasco que hasta allí fueron con gallardía para expresar su repulsa por el soez homenaje, avalando una vez más que en el relato de las víctimas-si lo llega a haber algún día-no tendrán cabida los dirigentes políticos, al menos los de más alto rango. Lo de siempre y lo general en este país, qué buen vasallo…

La fotografía que ilustra esta entrada corresponde al bar donde fue asesinado Pagazaurtundúa, y está tomada del blog Allí donde ETA asesinó, de Willy Uribe, un recorrido fotográfico-el mismo día y a la misma hora con su correspondiente crónica-por los escenarios del crimen y del que se publicó un libro impagable. 

miércoles, 21 de febrero de 2018

El olvido



Pasó Marta Rovira por el Tribunal Supremo y un detalle, o más bien la ausencia del mismo, llamaba poderosamente la atención: Marta no lucía el lazo amarillo que expresa la solidaridad de los separatistas con los presos que ellos y los obispos consideran políticos. Los benévolos podrán pensar que esa ausencia en la solapa era una cautela para no predisponer en su contra al juez Llarena y no acabar en prisión, mas ello no se compadece mucho con la trayectoria del juez en este asunto, que de momento no ha encarcelado a nadie, si acaso confirmar prisiones para hacerse respetar un poquito. Los descreídos, mejor encaminados, lo achacan, confirmado por la declaración de la propia Rovira, a que aquí se ha decretado el sálvese quien pueda, o maricón la última, por lo que lo más adecuado es ir soltando lastre antes de que se dicten los procesamientos, y que el que esté encarcelado busque consuelo en la religión o en la literatura o en cualquier taller del centro penitenciario. Valga el ejemplo de Gabriel, que se escapa a la siempre neutral Suiza

Al final,  con el prusés ocurrirá lo mismo que acontecía en los regímenes comunistas a la hora de ajustar cuentas, cuando no se tenían reparos en borrar de las fotografías oficiales a todos aquellos que, caídos en desgracia, habían sido convenientemente purgados. Así, lo que era borrado era algo que no había existido, jamás. Con el olvido del lacito-una metáfora- por parte de Marta se van difuminando poco a poco los rostros de Junqueras y compañía en el imaginario colectivo independentista. Al fin y al cabo, inmolarse nunca fue un acto multitudinario.

lunes, 19 de febrero de 2018

Serenidad



Artículo 504
1. La prisión provisional durará el tiempo imprescindible para alcanzar cualquiera de los fines previstos en el artículo anterior y en tanto subsistan los motivos que justificaron su adopción.
2. Cuando la prisión provisional se hubiera decretado en virtud de lo previsto en los párrafos a) o c) del apartado 1.3.º o en el apartado 2 del artículo anterior, su duración no podrá exceder de un año si el delito tuviere señalada pena privativa de libertad igual o inferior a tres años, o de dos años si la pena privativa de libertad señalada para el delito fuera superior a tres años. No obstante, cuando concurrieren circunstancias que hicieran prever que la causa no podrá ser juzgada en aquellos plazos, el juez o tribunal podrá, en los términos previstos en el artículo 505, acordar mediante auto una sola prórroga de hasta dos años si el delito tuviera señalada pena privativa de libertad superior a tres años, o de hasta seis meses si el delito tuviera señalada pena igual o inferior a tres años.

Los obispos catalanes piden una reflexión serena sobre el encarcelamiento de Junqueras y compañía: de forma serena sería también sosegada, sin turbación física o moral. Con la ley ritual en la mano, y mientras los susodichos estén en prisión provisional, se tienen hasta cuatro años por delante para tal misión. Afrontemos, pues, la reflexión con toda la serenidad del mundo, que las prisas siempre son malas consejeras.

viernes, 16 de febrero de 2018

Patriotas del balón



Confieso que desde hace tiempo estoy en franca retirada con todo aquello que tenga que ver con el fútbol, un deporte cada vez más decadente en muchos aspectos, y también confieso que paso olímpicamente del Combinado autonómico, también llamada La Roja para no decir España, que es término franquista, y paso desde que los medios de la progresía audiovisual así la bautizaron. A la desafección de algunos cuyos nombres todos conocemos, se suma este Mikel San José Domínguez, navarro del Bilbao, que viene a decir lo que todos sabemos: que para ir al combinado no hace falta ser muy patriota, ni siquiera parecerlo, sino que puedes ir, ponerte la elástica y ser independentista-por las sandeces que dice en la entrevista se deduce que él lo es- sin mayor problema: a fin de cuentas, se va por el vil metal, que eso lo saben, aunque lo callen, hasta el logorreico Méndez del Higo y el marqués Del Bosque.

Visto lo visto, y si con estos bueyes hay que arar, hay que reconocer que es de justicia poética no tener un himno con letra: sólo imaginar el trauma de los desafectos al tener que mover los labios para parecer que lo cantan ya es para desternillarse. Apáñense los seguidores, que siguen siendo legión, con el España, España ra,ra,ra de Manolo el del Bombo, quizá el último patriota de una banda de mercenarios.

miércoles, 14 de febrero de 2018

La lucha contra los elementos




Hace poco, el Presidente del Gobierno tenía uno de esos arranques de sinceridad que lo convierten en un estadista sin parangón en la Europa desarrollada, y así, lanzado por la pendiente de la más obscena verborrea, recomendaba a los ciudadanos que ahorrasen para complementar pensiones y mejorar la educación de sus hijos. La gracieta, sin proponérselo el hombre, era un torpedo en la línea de flotación de ese nefasto invento llamado Estado del bienestar: ¿para qué, entonces, se pagan impuestos si el Estado no garantiza el maravilloso producto que te vende a precio de oro? Nadie, en aquel foro tan reputado, osó hacer esa pregunta al Presidente cuando éste soltó tal ventosidad dialéctica.

La lectura de todo esto es que se vive en un Estado que no garantiza aquellos servicios mínimos que te obliga a pagar de manera coercitiva so pena, casi, de interdicción. Ello hace que la gente deba buscarse la vida como buenamente pueda, pagando otros servicios que subsanen la estafa previa, ya sea en planes de pensiones, ya sea en colegios privados o concertados para los hijos. Un ejemplo de ello es la empresa Desokupa, recientemente creada, y plagada de éxitos, para desalojar ocupas de inmuebles y retornar éstos a sus legítimos propietarios o poseedores. Si el Estado no garantiza la propiedad y su posterior recuperación cuando ha sido incautada, los afectados han de recurrir a un recuperador privado: lógicamente, el coste no es cero, pero los buenos resultados compensan con creces la inversión. Lástima que no exista apoyo legal-España sería un país decente si lo hubiese-para pasar la factura al Estado vago e incompetente.

El caso contrario, en materia de ocupaciones, lo tenemos en el SAREB, Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, uno de esos zarpazos al erario público con los que, según los turiferarios del Régimen, el Presidente salvó la economía española, y con ella la nación, de una intervención europea. Dicha mercantil, y al albur de una pequeña reforma legal en materia de usurpación de inmuebles, ha decido inundar los juzgados con denuncias que pretenden recuperar aquellos pisos-ahora ocupados por el primero que pasa, y en muchos casos casi indigentes-que quedaron en situación de abandono tras la explosión de la burbuja. Entre unas cosas y otras, y en muchas ocasiones por la mala estrategia procesal del propio SAREB, los resultados no son los esperados, lo que desemboca en muchas absoluciones de los ilegítimos ocupantes. Diremos pérdida de tiempo, pero no de dinero para los denunciantes, pues pese a tener millones y millones de euros en activos inmobiliarios no se gastan un solo céntimo en abogados con los que personarse en los juicios, cargando el muerto de la defensa de sus intereses en el Ministerio Fiscal, por lo que bien podemos concluir que el coste de la broma es para la Justicia, o sea, el contribuyente.

He aquí, a modo de corolario, dos ejemplos con resultados dispares que demuestran a las claras  lo que siempre hay que hacer ante la incompetencia del Leviatán, y siguiendo, claro está, los generosos consejos del Presidente: buscarse la vida. Como sea.

lunes, 12 de febrero de 2018

Un alcornoque



Hay noticias que una vez superada la natural indignación conducen inevitablemente a la melancolía, un sentimiento demasiado ligado a la nostalgia. Un padre es condenado por llamar julandrón, tonto y alcornoque a su hijo por equivocarse en los deberes de matemáticas. Soslayaremos lo más infame de la noticia, que es la denuncia de la ex mujer, y madre del niño, tras la previa traición de la hija, que graba en vídeo la reconvención del padre al hermano: con los tiempos que corren, los del Me Too y otras extravagancias, se corre el riesgo de ser imputado, o al menos investigado, por un delito de odio o zarandaja legal que se le parezca y para la que ya habrá abundante doctrina y jurisprudencia.  

Melancolía por aquellos años de paz y sentido común en los que los padres tenían el derecho a corregir a sus hijos, nostalgia por aquellos añorados maestros que te llamaban alcornoque-persona ignorante según la tercera acepción del DRAE-cuando metías la pata en aquel problemilla que era fácil de resolver, sin que la carcajada general de la clase te causasen humillación u ofensa ni tampoco te amargase el bocadillo de nocilla, tal como asegura el ropón de turno en la sentencia de marras. Es probable que el padre castigado, ante tamaña estupidez y para evitar caer en la reincidencia, opte por  mirar al tendido y dejar que el niño siga transitando por la senda de la incompetencia y las malas notas, pero entonces correrá el riesgo de ser denunciado por la madre del alcornoque por dejación de los deberes familiares. Ante ello, lo mejor es que el niño haga siempre las tareas escolares-esa imposición reaccionaria-en la casa de la madre. O en un juzgado.

viernes, 9 de febrero de 2018

El manejo de los tiempos



Siempre han dicho sus flabelíferos que la gran virtud de Rajoy es que sabe manejar muy bien los tiempos, que espera pacientemente el momento adecuado para mover ficha, o simplemente espera que sean sus enemigos los que hartos de nadar contra la corriente acaben muriendo al llegar a la orilla. Es un elogio parecido al que se hacía de Franco, otro gallego, de quien se decía que dos pilas de expedientes yacían sobre la mesa de su despacho, la pila de los que el tiempo resolvería y otra los que el tiempo ya había resuelto.

La última del Presidente ha sido recomendar a los españoles que ahorren para así poder complementar su pensión y la educación de sus hijos. A bote pronto aflora una rápida y contundente conclusión: que los sistemas públicos de pensiones y educación son una porquería y que el hombre, buen y diligente padre de familia, sigue fiel a su tradición y carga el muerto sobre los demás, que el que avisa no es traidor. El problema surge cuando los afectados se preguntan cómo ahorrar, si los salarios son bajos, y en qué momento, si la mitad del año se trabaja para pagar impuestos, tasas y arbitrios a este gobierno y a los de más allá. Obviamente, Rajoy se encoge de hombros y dice que el tiempo dirá.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Contra la mentira



Gracias al amigo Herep, del blog del Ejército de los 12 monos, descubro la enésima pero penúltima polémica a cuenta de la infame ley de la histérica memoria. En esta ocasión resulta gozoso comprobar que todavía queda gente decente y con sentido común en el Partido Popular, el partido con menos principios de todo Occidente, el mismo que sustenta un gobierno que con una aplastante mayoría no tuvo narices para derogar tan infame ley.

La carta es gozosa por muchas razones, y lo es tanto en el fondo como en la forma, pues no es habitual que la clase política atesore la suficiente cultura para iniciar una misiva con un par de citas de notables pensadores que como aperitivo vienen al pelo para adentrarse en las turbias aguas de la mentira y la infamia, porque al fin y al cabo la ley de marras es una exaltación de la mentira y una glorificación de la manipulación histórica. Si además la carta, que llama a Zapatero por su nombre, sirve para poner en su sitio a una nulidad como el presidente del Senado, ilustre exponente del principio de Hanlon, miel sobre hojuelas: porque no se engañe el personal, peor es Don Pío que la señoría que solicita el cambio de nombre de la calle, o el guárdeme Dios de mis amigos...

Tras la respuesta, será inevitable que el alcalde afronte alguna clase de proceso penal con ese ingrediente tan socorrido del delito de odio, otra peste que inunda los ya abarrotados juzgados y tribunales de este desmemoriado país. No en vano el propio alcalde ya lo barrunta, que se despide del desleal escudero deseándole lo mejor y reconociendo que por desgracia a él le ha tocado la peor parte. Pero por encima de la decisión de un ropón, siempre quedará la opinión de los vecinos y sobre todo su reacción, que ya sentenció Rajoy que es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde.

lunes, 5 de febrero de 2018

Del rango normativo



Cuando se dice que la aplicación del 155 ha sido una blandenguería que ha dejado las cosas como estaban no se exagera lo más mínimo, ni se busca el esperpento que desacredite, más si cabe, a un gobierno que nunca quiso ese precepto por ignoto. Veamos un ejemplo de esa (in)aplicación de la norma constitucional. Durante el verano, y en previsión de lo que podría ocurrir, Fuigdemont tiró de decreto de presidencia para permitir la contratación de abogados externos a los servicios jurídicos de la administración catalana. Es ahí, y un poco más adelante y con todo ardiendo, cuando entran en escena los Alonso Cuevillas, Pina y otros juriscionsultos que mientras engordan la minuta se pasean por las tertulias de Tele3.

Si estuviésemos ante una norma con rango de ley, su modificación, o mejor derogación, sería harto laboriosa, especialmente porque el parlamento catalán está en ese limbo que a tantos tan gozoso nos resulta; mas da la casualidad de que la norma es un decreto, por lo que lo único necesario para su derogación es otro decreto de la misma presidencia. ¿Y quién ejerce esa presidencia en la actualidad? Parece ser, aseguran algunas fuentes, que Don Mariano Rajoy Brey, o al menos, y por delegación, alguno de sus asesores áulicos en la nómina del Estado. Pero a día de hoy la norma sigue vigente, y no será porque los gestores del 155 desconozcan su existencia. La indolencia del primus inter pares como exaltación del rango normativo.

viernes, 2 de febrero de 2018

El plan



Con la mensajería explícita de Fuigdemont se descubre que Moncloa tiene un plan. Si aceptamos como plan la torpe, insuficiente y tardía aplicación del artículo 155 de la Constitución, deberíamos concluir que el Gobierno del Estado ya tenía, o sigue teniendo, un plan. Pero habrá que colegir que no es ése el plan, o estrategia, al que se refiere el fugitivo de Gerona, máxime cuando se habla de sacar a los presos de la cárcel, última y sagrada misión que a sí mismo se impone este último mártir de la causa nacionalista. Pero para ello se precisan notables, ilustres partícipes sin los que la pretendida suelta no es posible.

El único plan que tiene Moncloa, más allá de que Ciudadanos se desgaste con postulaciones inútiles que no van a parte alguna, es que aquí se corra un tupido velo y que sea otro el presidente catalán siempre que no esté imputado en causa alguna y que no tenga veleidades soberanistas hasta que pasen las elecciones generales. Si para ello hay que sacar de prisión  a los tontos útiles del prusés, a imagen y semejanza de aquel pacto del capó del 23-F, se les saca  con cualquier añagaza jurídico procesal, que para eso están los sorayos al servicio de la Vice. Moncloa tiene un plan, y es la siesta de Rajoy.