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lunes, 3 de abril de 2017

De las eximentes



No hace mucho, y en relación con el caso Cassandra (también Ramón Vera Paz, al menos para el Tribunal), cuyo juicio por un delito de humillación a las víctimas del terrorismo se aproximaba, resaltaban los medios que la acusada había renunciado a su abogado de oficio porque éste no la atendía lo suficiente, y cuando lo hacía era para decirle que él era un admirador del almirante Carrero Blanco, destinatario de las bromas macabras de Cassandra, y que en todo caso su línea de defensa pasaría por alegar un trastorno mental, como eximente, o subsidiariamente como atenuante.

Celebrado el juicio y leída la sentencia que la condena a un año de prisión por ese delito, descubrimos que su nuevo abogado planteó esa circunstancia eximente en el juicio. En concreto, la de sufrir alteraciones en la percepción desde el nacimiento o desde la infancia, que implique una grave alteración de la conciencia de la realidad. Y todo parece indicar que la acusada, dada su trayectoria en las redes sociales, es una perturbada. Pero el tribunal no lo ha apreciado así, entre otras razones, tal como explica en su fundamentación jurídica, porque ninguna prueba se propuso para acreditar ese extremo. Un cierto varapalo al letrado, quien guiado por un exceso de optimismo procesal quizá pensó-no se puede entender de otra manera la estrategia-que la sola pinta de Cassandra, amén de muchísimos otros tuits en la misma línea demencial, acreditaría su trastorno. Pero como es sabido, el proceso es mucho más de pruebas que de impresiones.

10 comentarios:

Reinhard dijo...

Ahora que caigo, y tras observar las fotografías de la chica que pueblan la red, aprecio un asombroso parecido entre Cassandra y Paquito Marhuenda.

tolerancio dijo...


lo de ramón, ramoncín... es decir, he seguido los tuits y tiene algunos verdaderamente conmovedores... la criatura dice que quiere ser docente y tiene uno que es una magnífica carta de presentación... "los niños me dan asco... hay que matarlos a todos"... o algo así, es decir, una perla de la docencia herodiana... pero no estoy al corriente de su anterior identidad... ¿quiere decir, don reinhard que casandra era antes ramón, es decir que antes tenía pichula y ahora tiene ranurita?... si es así que a nadie se le ocurra poner semejante cosa en un autobús porque se la lían parda...
en fin he aquí a la nueva heroína podemita... si no accede a la plaza de docente, ahora que se van a convocar oposiciones, siempre podrá trabajar de canguro... no le faltarán ofertas...

Aitor Mento dijo...

Los podemistas y la progresía entera ya tenían con él/ella un/a nuevo/a mártir. Hasta que él/ella mismo/a se ha encargado de desinflar la burbuja creada a su alrededor habiendo abierto una cuenta Pay Pal para donativos antes de que el tribunal resolviera que no está condenada a pagar costas. Está avisando ( por Twitter, of course ) de que quien quiera que se le devuelva el dinero por haber sido destinado a ese fin, se le devolverá.

Aitor Mento dijo...

Ya sabe, por lo demás, don Tolerancio, que aquí la libertad de expresión es selectiva, como lo de la incitación al odio.

En cuanto a Cassandra/o, si en el juicio compareció como Ramón, es que se llama así en su DNI, por lo que no es que antes fuera Ramón, sino que sigue siéndolo.

Reinhard dijo...

Cierto, Don Aitor, los ropones lo llaman Ramón y esos apellidos, y ojo, que el segundo es Paz. pero es que ya se sabe, los ropones se andan con pocas hostias.

Lo cierto es que un servidor, y cuando todo esto estalló, daba por hecho que la tal Cassandra era fémina. No obstante, cuando se hizo el juicio pude observar que había muchas coñas en Twitter con su bigote, pero claro, hay muchas mujeres que gastan bigote, bigotillo o pelusa, siendo, o pudiendo ser, incluso erotizante para algunos varones. ¿Qué sería de tantos centros de belleza sin mujeres con bigote, bigotillo o pelusa? Pues la ruina.

Pero, tate, cuando me dio por mirar su perfil tuitero vi que se definía como chica transgénero, y supe que yo estaba equivocado y de dónde venían las coñas sobre el bigote. En fin, otra muestra más que en esta vida cada uno es lo que quiere ser, o al menos se define como aquello que le viene en gana. Aunque yo a Cassandra la veo sobre todo como Marhuendista total.

tolerancio dijo...


don reinhard, es usted muy cruel... vale que frank marhuender es un megaplomo y un pelotari marianista... pero esa semejanza con ramonciña (que también animó a cargarse a chichifuentes de un pioletazo en la cabeza, al estilo mercader, cuando convalecía en un hospital tras un accidente de moto) es un castigo excesivo para el obsequioso periodista...

Traveller dijo...


Ignoro sus motivos y razones pero andan Vds. muy crueles últimamente.

Comparar a Marhuenda con la Moncha esperpento ésta peca de injusto y de inhumano. Por mucho que a uno le moleste su exagerado ppeismo y su numantina defensa de Rajoy, la equiparación no se sostiene.

Que se sepa, D. Francisco no se ha transgenerizado, no celebra pasadas hazañas terroristas y, como dice D. Tolerancio, tampoco es émulo frustrado del famoso agente de la NKVD por muy homónimos que sean.

Este es un blog serio y hay que ser más objetivos y ecuánimes

Reinhard dijo...

Veamos, Traveller. Y cía. Mi comparación va en la línea del parecido físico, que me resulta asombroso. Por lo demás, no se parecen, si bien el fanatismo de ambos, antagónico,por supuesto, es patológico. También es cierto que de Paquito te puedes reír, toda España lo hace, y nada pasa ; por contra reírte de Cassandra puede resultar, ejem,odioso. Por eso no le digo Ramón, que yo no soy un ropón de la Audiencia Nacional.

Traveller dijo...


Mi comentario andaba con más sorna que queja, pero está visto que la ironía no se capta demasiado en los escritos.

Tampoco yo le llamé Ramón. Utilicé el femenino gallego.

Reinhard dijo...

Ya me parecía, Traveller, pero ahora ando leyendo una novela muy recomendable sobre alienígenas que invaden USA, bichos que adoptan las formas más insospechadas y cometen las más extrañas fechorías, y veo cosas raras pro doquier. Su respuesta despeja las dudas: es usted el de siempre.