El órgano de gobierno de los ropones, ente que este Ejecutivo pretendía reformar, al menos eso llevaba en su programa electoral, ha decidido no suspender de sus funciones a Santiago Vidal, un ropón díscolo que trabaja en la redacción de un hipotética constitución catalana. Con buen criterio, si bien por una ajustada mayoría que acredita la división política de estos sacamantecas, se entiende que apartarlo cautelarmente no impediría que siguiese conspirando y redactando en pos de la independencia. Lo que viene a decir el Consejo, en síntesis, es que redactar una constitución, por mucho que sea esta la de un Estado que aspira a nacer, es como escribir una novela, pura literatura, y generalmente de la peor. Así, Quim Monzó podría ser uno de esos redactores y nadie podría sancionarlo más allá de la indiferencia que debe provocar una escritura tan floja como aburrida. Al final, el Consejo de los ropones se abona a la máxima de Mariano, ley y diálogo, pasa palabra y deja que Vidal siga con la literatura en los ratos libres que le deje la Audiencia de Barcelona. Quien no disfrute con el borrador de la novela siempre tendrá el Marca.
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3 comentarios:
los del cgpj deben de flipar con el fulano... piensan "además de desatender sus casos, le da tiempo a redactar constituciones contrarias a la que ha jurado... éste tío es un crack"... ya están pensando en promocionarlo al TC...
a fin de cuentas, como dice mariano con relación a la nueva fase del nep, never ending prusés, "se puede hablar de todo"... que es lo mismo que el hseg, el "hablando se entiende la gente" borbónico...
¿El Marca?
Aún saldrá el Marca.cat. Y con artículos de Mariano en la lengua del "dispendi".
Parece que esta comedia entra en una nueva dimensión, y cualquier disparate es posible.
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