Ando saboreando, en pequeñas dosis, y con la debida tranquilidad, el último libro de Gregorio Morán, La decadencia de Cataluña...contada por un charnego, una recopilación de sus artículos en La Vanguardia. Se trata de aquellas Sabatinas intempestivas de tan grato recuerdo, brillantes crónicas que ofrecen un demoledor retrato de la sociedad catalana de los últimos veinte años y que tan poco graciosas resultan a los turiferarios y paniaguados de un régimen, el creado por Pujol y aceptado por casi todos, que se mueve entre entre el delirio más ridículo y la estupidez más enquistada.
Mediada la obra, me encuentro con un artículo del año 2003 que resume muy bien qué es, que ha sido y que será el Partido Popular en Cataluña y que lleva por título Josep Piqué, tacita a tacita. He aquí su arranque incisivo y que tan actual resulta:
La trayectoria del Partido Popular en Cataluña durante los últimos años me recuerda a aquella leyenda tan celebrada en Barcelona del matrimonio de burgueses que desde un palco del Liceo van echando el ojo a las damas de tronío que exhiben su palmito en la platea. En un momento dado, la señora, deteniendo sus gemelos sobre una mujer esplendorosa, que ella sabe es la querida de su esposo, se vuelve a él y, confidencialmente y con sonrisa cómplice, le dice: "La nostra és la més bufona". Un comentario privado que sería interpretado como una provocación de haberse hecho en público. Muy parecida es la vida social del Partido Popular en Cataluña y su relación con Convergència i Unió. Es la querida de un matrimonio que simula estar bien avenido, el de Convergència con Unió, que cumple lo que se exige de ella en los momentos de necesidad perentoria. A partir de ahí es fácil entender por qué Vidal-Quadras carecía de ese espíritu que demanda ser amante y no señora a la antigua, y por qué los hermanos Fernández o el amable Lacalle parecen haber nacido, dicho sea sin ánimo de ofender, para servir.
3 comentarios:
No debería extrañarnos, atendiendo a la experiencia acumulada, que un día cualquiera, la excelentísima Sánchez Camacho nos apareciera ataviada de geisha.
Algo basta, pero servicial bajo el maquillaje.
Vidal Quadras no será "querida" pero tira a mantenida. Por el gusto por la mamandurria, en su caso la europea.
clavao... ha confundido usted el apellido... enric lacayo...
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