El pasado 21 de septiembre fallecía en Barcelona Sven Hassel, el hombre que a través de un puñado de buenas novelas describió la II Guerra Mundial con toda su crudeza y horror. Los ya míticos miembros de aquel batallón de castigo-una auténtica legión de condenados-se han quedado defintivamente huérfanos, si bien permanecerán como inmortales en el recuerdo de más de una generación que vivió esa guerra en el duro pellejo de los Porta, Hermanito, el Viejo, Barcelona, Heide, el Legionario...personajes desencantados y marginales que daban el callo en una guerra que aborrecían sabiendo que cualquier victoria era efímera y nada reconocida, pues la verdadera batalla, la de la vida, la habían perdido hacía tiempo.
Se había afincado en Barcelona allá por los años 60, desconociéndose el verdadero motivo de esa decisión, lo que sin duda aumentaba el aura de misterio que siempre rodeó su biografía-¿realmente nació en Dinamarca?-y que ha terminado por llevarse a la tumba: ¿es cierto que se enroló en la Wehrmacht siendo un crío y batalló en todos los frentes que desfilan por sus novelas? ¿o fue, por contra, un impostor muy listo que se limitó a escuchar las historias que contaban los voluntarios daneses al regresar de la guerra para posteriormente zambullirse en la escritura, vertiginosa y trepidante, de esas vivencias ajenas?
Sea cual sea la verdad, y con millones de ejemplares vendidos, mérito indudable el suyo. En cualquier caso, ese misterio permanece y no parece que se vaya a resolver ahora, ni quizá ya nunca, pero ligada a la nostalgia de unas lecturas de juventud siempre quedará su obra, una auténtica literatura de guerra protagonizada por unas bestias entrañables con alto sentido del honor y escasa disciplina, soldados anónimos cuyo destino quedaba muy lejos de medallas y condecoraciones, invisibles motas de sangre en los mapas de los generales, la carne de cañón que acaba ganando, o perdiendo, las guerras. ¿Acaso no es, como aseguraba Spengler, un pelotón de soldados el que acaba decidiendo el curso de la historia?
5 comentarios:
También apunto esta a la lista de "lecturas pendientes", Reinhard.
Saludos.
Creo, Herep, que La legión de los condenadoses la mejor de la saga, aunque muchos prefieren Los panzers de la muerte, que fue llevada al cine con bastante calidad.
Pero todas ellas, más de una decena, son buenas.
mis condolencias Reinhard. Confieso no haber leído a Hassel aunque probablemente lo haga por tus comentarios.
también lo haré, cuando menos la novela que da nombre a este refugio a salvo del ruido exterior.
Avanzo una hipótesis sobre la posible cuna del finado: si los catalanistas han subvencionado estudios académicos para demostrar que Colón era Colom, quizá de Pals, Gerona (porque zarpó de Palos, supuestamente), o del barrio de Génova (por lo de genovés) de Palma de Mallorca... que nadie se extrañe si nos dicen que Sven Hassel en realidad era de Tortellá, La Garrocha.
Atrévanse con Hassel y sus chicos: una buena forma de evadirse en un momentos como el que vivimos.
Tolerancio, lo mejor de pronunciarse sobre el origen confuso de un personaje célebre es que se vota en un pleno municipal y a otra cosa.
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