Esta imagen es la síntesis perfecta del absurdo diseño de Estado que padecemos y el despilfarro del dinero público, que según máxima socialdemócrata no es de nadie. Los trenes catalanes de Cercanías-Rodalies-aparecen decorados con ejemplares del diario La Vanguardia, preparados para que el usuario haga el uso que más le convenga, leerlos o hacerlos servir como envoltorio del pescado de mañana, que es el único uso decente que ofrece hoy día la canallesca, y de forma gratuita, no como esos rumanos que te dejan un papelito preñado de solidaridad y otras zarandajas vuelven al cabo del rato a cobrar la voluntad.
Tanto reclamar el nacionalismo la competencia de estos trenes y tanto subvencionar a la prensa genuflexa ha derivado en esto: cientos de ejemplares que alegremente se tiran no se sabe muy bien-aunque se intuye-con qué finalidad. Lo más gracioso, y también hiriente para la causa nacional. es que aquello que se tira es la edición catalana del diario. Dicen los popes de la causa que la lengua catalana pierde prestigio a marchas forzadas: cómo va a tener prestigio, o al menos conservarlo, algo que es gratis.
6 comentarios:
Portentoso: se cierran hospitales, se restringen servicios básicos.. pero ojo!, pasta para subvencionar a la prensa, esto es, para comprar a lo periodistas, sí que lo hay.
Y de postre, no solo compran a los periodistas , es que encima lo exhiben y sacan pecho.
Nata.
El poder catalán tiene una relación muy especial con la prensa, un vínculo que se sustenta en el dinero de la subvención, por eso no existe la crítica ante la corrupción. Recuérdese al efecto el editorial conjunto que se hizo en defensa del Estatuto.
Pagar dos veces lo mismo. Primero con la subvención para editar la versión aborigen y luego en el quiosco. La prensa catalana es casi casi como el cine español... una pieza de caballa o una sardina entre sus hojas dignifica ese tipo de prensa.
Pocas especies, Tolerancio, tan domesticadas como el periodista catalán.
Pero, ¿existe la prensa catalana?
Dicen las malas lenguas que todos los directores de periódicos catalanes tienen, sobre el escritorio, una linea directa con el Excelentisim... por si salta la exclusiva.
El teléfono rojo, pero cuatribarrado.
Es una prensa atípica, porque al margen de no gozar de mucha independencia, siempre están con el poder: no sufren con unas elecciones, pues ellos siempre ganan.
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