Los sindicatos, tan injustamente denominados de clase y sufragados por todos los españoles, anuncian a bombo y platillo que a la calle se echarán y que de aquí no pasa, ni pasarán. Con la que está cayendo, y la que caerá en breve, es lo normal en organizaciones que dicen estar al servivio de los trabajadores, auténticos pagadores de la crisis. Pero los sindicatos españoles, una casta potenciada por el legislador y auténticos herederos del verticalismo franquista, salen a la calle-el mundo al revés- para protestar contra la patronal y la oposición, no contra el gobierno, que es su aliado natural en una política económica que condena al trabajador, principalmente jóvenes y mujeres, al paro y al subsidio como el capitalismo inicial y salvaje lo condenaba a la esclavitud. Sobra decir que para los sindicatos la oposición es el PP, para qué más, si los nacionalistas, en esta política como en cualquier otra que implique la liquidación de lo que queda de esto, son simples comparsas del gobierno que mantienen en sus taifas el mismo o parecido chiringuito-quizá un poco matizado por el hecho diferencial de turno- para estos bien pagados agentes sociales. Viendo el careto de estos fulanos, su grotesca y caduca parafernalia y su infinita maldad, no sería extraño que tras la citada manifestación, poco más que cuatro y el cabo, tomasen las fábricas y propusiesen a su ejecutivo, con rango de decreto ley, la autogestión de las mismas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Qué pocos periodistas y gente del opinato se lanzan a escupir y a vomitar sobre esta gentuza asquerosa y abyecta. No es menos lo que merecen.
Los sindicatos son imprescindibles en una sociedad como la nuestra. Aunque no lo parezca, funcionan. Hay gente en ellos que trabaja a brazo partido por evitar que se cometan auténticas masacres en muchas familias españolas. Sé lo que digo: lo conozco de primera mano. Sabemos cómo funcionan las grandes empresas y el papel que desempeñan los cargos intermedios como "tontos útiles", y conviene defenderse de forma adecuada.
No obstante, la peste de gran parte de los liberados y especialmente las cúpulas de estos organismos podridos, han logrado hacer de ellos algo execrable. Aunque la abyección, el circo pestífero en que se ha convertido este país, hace muy difícil la crítica contudente (es como si un francotirador se enfrentara a varias divisiones de artillería), se echa de menos que ciertos grandes gurús de la opinión arremetan como es debido contra esta basura apestosa.
Le doy la razón en lo básico, en casi todo. En cuanto a lo el opinato, qué quiere que le diga, esto es como atizarle a la Corona, pocos lo hacen y casi todos callan o miran para otro lado. Hoy día los sindicatos son como una especie de partidos políticos que no precisan de las urnas para revalidarse, pero que ponen la mano sin rubor para pillar de la subvención. No existen en el ámbito de la pequeña y mediana empresa o autónomos, quedando reservados para las grandes empresas y funcionarios. No obstante, no acabo de entender eso de "masacres en muchas familias españolas".
Las masacres: las grandes empresas machacan a cientos de familias con despidos denigrantes o condiciones laborales repulsivas. El papel de los sindicatos en estos sitios es imprescindible.
Por cierto, ayer leí un artículo sobre la financiación de los sindicatos. Muy ilustrativo. Causa repugnancia verles callados. Y es indescriptible el sentimiento de asco que produce verles manifestarse, en estos momentos, contra alguien que no sea el gobierno.
Conozco casos de grandes empresas, quizá no sean todas, en los que las condiciones de trabajo son precisamente mejores por la presencia sindical. Creo que la masacre, como sinónimo de malas condiciones de trabajo, se produce en la pequeña y mediana empresa, allí donde los sindicatos no aparecen porque políticamente no es rentable.
En algunos países los sindicatos poseen acciones de la empresa: es una forma de colaborar con responsabilidad en la marcha de la misma y también de financiarse.
*
¿Y por qué no hay, que yo sepa, en estos tiempos en España sindicatos significativos -suponiendo que haya alguno que no lo sea- de derechas? Sería para ellos el momento de echar a la calle a sus afiliados e influidos o, al menos, a los liberados. [Por cierto, ¿ocurre lo mismo, es decir, tal carencia, en los países de 'nuestro entorno', o sea, en Alemania por ejemplo?
Esa pregunta, o más bien reflexión, Memoria, es interesante. Tenemos el ejemplo vasco, con ELA-STV, un sindicato del PNV que es tan de derechas como su patrocinador. Creo que en esto, como en todo, es donde se aprecia la endeblez de la derecha, que con gusto cede a la izquierda espacios que al final resultan fundamentales, como si todo trabajador fuese de izquierdas.
Publicar un comentario