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lunes, 17 de febrero de 2025

Valores occidentales

 


El vicecanciller alemán, verde para más información y muy preocupado por la suerte del bandido Zelenski, dice en un debate en televisión que Trump está lanzando un ataque frontal contra los valores occidentales. Y cuáles son esos valores, se preguntará el personal, en un Occidente más que decadente. Pues ahí van unos cuantos: globalismo, fomento de la inmigración masiva y descontrolada, pensamiento woke,  ideología de género, patrocinio del cambio de sexo como si fuese una hazaña nunca vista, exaltación del cambio climático como una perversión generada por el hombre (y la mujer), criminalización del pensamiento disidente a través de los llamados delitos de odio, prohibición, al menos la tentativa, de aquellos partidos políticos que osen poner en duda la corrupción del sistema, manipulación de la educación y la enseñanza con la finalidad de formar idiotas desde la más tierna infancia…y, last but not least, tapones unidos a las botellas de plástico.

No está mal el elenco de valores, y más de uno habrá quedado en el tintero. A la vista de ello, sería deseable que ese ataque frontal de Trump fuese absolutamente devastador. Y rápido.

 

jueves, 13 de febrero de 2025

Picha

 


Coincidiendo con el juicio a Rubiales por un piquito, una jugadora de fútbol le toca las partes íntimas a una rival y, no teniendo bastante, le pregunta de manera capciosa si tiene picha. Era inevitable que tarde o temprano surgiera un episodio de esta naturaleza en esa entelequia que es el fútbol femenino. Mas ése es otro debate, el del balompié entre mujeres, al que por higiene mental no se debe dedicar ni un minuto.

Pero en esta historia, en los tiempos de zozobra que corren, llama la atención que la fiscalía, tan agresiva contra el que fuera presidente de la federación, no haya abierto de oficio unas diligencias por si los hechos fuesen merecedores de alguna clase de reproche penal. Claro, que la fiscalía igual sigue los criterios de una notoria feminista que, como no puede ser de otra manera, lo tiene todo claro al respecto: no es lo mismo que un hombre toque los genitales  de una mujer a que los toque una mujer a otra, puesto que en el tocamiento del hombre a la mujer siempre hay una violencia estructural que no se da entre las mujeres. O sea, el machismo y el heteropatriarcado de toda la vida que hasta aquí nos han traído. Así que, mientras se aclara el enredo y por aquello del caso Rubiales, del que ahora sólo falta la sentencia, ya tarda la presunta agresora en sacar pecho y  afirmar… ¡no voy a dimitir, no voy a dimitir!