Atendiendo a la petición del amigo Traveller, cambio el tercio y dejo un vídeo que no por antiguo goza de menos actualidad.
De las catástrofes siempre queda la nostalgia por las naderías de la víspera
Atendiendo a la petición del amigo Traveller, cambio el tercio y dejo un vídeo que no por antiguo goza de menos actualidad.
Borja Sémper es uno de esos elementos
del PP, al estilo de González Pons y otros papafritas, a los que les gusta pepear, es decir, soltar gansadas para congraciarse con la
izquierda y sus medios afines. Por ejemplo, que el camarada Sánchez es muy malo
pero que hay un Partido Socialista bueno, de ahí que cuando el presidente del
gobierno abandone la vida política tendremos al verdadero partido fundado por
Pablo Iglesias.
¿Y cuál será ese PSOE? ¿El de su
fundador animando a liquidar al adversario político? ¿El de aquella Motorizada
que intervino en el asesinato de Calvo Sotelo? ¿El de Felipe González y el GAL?
Y más recientemente…¿el de los ERE en Andalucía? Sería conveniente que Sémper
lo aclarase: tal vez exista un PSOE bueno que ha quedado oculto para analistas
e historiadores y sea donde el propio Sémper tanga cabida.
Pues parece que sí, que España tiene solución; ya no diremos que en ella empieza a amanecer, pues estaría mal visto y sería políticamente incorrecto. Solución, simplemente, y no final, que peor suena. Eso nos cuenta Espinosa, que huyó de Vox para fundar algo, esa tragedia se masca en el ambiente, aunque de momento se ha quedado el hombre en un libro: hijos ya tiene y presumimos que habrá plantado algún árbol. In dubio pro reo...
De su obra no puedo hablar, sólo diré que anda bien colocada en librerías y que, dado mi volumen de lecturas pendientes y mi falta de tiempo, no creo que llegue a degustarla. Así que me conformo con reseñas como la que dejo aquí de Javier Bilbao en Posmodernia. No tiene desperdicio y nos demuestra una vez más qué podemos esperar-¡no se puede!- de aquellos vendedores de crecepelo que llegaron dispuestos a revolucionar el infierno.
De la ironía del autor destaco este párrafo, literal del libro y con todos sus gazapos, que invita a pensar que hay formas mejores de gastar el tiempo y el dinero:
"Quizá sea por el contraste que supone ver a Pilar Alegría balbuceando excusas, pero uno siempre consideró a nuestro autor un notable orador —más allá de esa forma tan liberal de pronunciar la erre—, alguien capaz de articular un discurso con elocuencia y del que por tanto cabía esperar que exhibiese tal destreza también en su escritura. No es el caso. Nadie esperaba que fuera a convertirse en un ensayo a incorporar en cualquier colección de clásicos del pensamiento político, pero es que se percibe cierta desgana en su tono y contenido, como si la Wikipedia y ChatGPT fueran coautores y el proceso de elaboración no hubiera requerido más de tres semanas. Por poner un ejemplo, en el comienzo del capítulo La oportunidad de la tecnología leemos acerca de «aquella compañuestro mercadopaencasmiles de ador de Sacyr, Luis del Rivero, de aranceles ue he usado en tiía» [sic], lo que entendemos que será alguna invocación en una lengua secreta o que el libro se ha editado deprisa y corriendo sin siquiera revisar el contenido."
Dejo la reseña: pinchen, pero no en hueso como Espinosa.
Feijoy apela a los socios del camarada Sánchez-ya es tener moral-para una moción de censura y convoca a los españoles para tomar las calles de Madrid el 8 de junio y así expresar su repulsa contra la corrupción del gobierno. Esto va de democracia o mafia, asevera el gallego a modo de banderín de enganche. Es hora, pues, de que España despierte.
Dicen que el Régimen del 78 se reinventa, o retroalimenta, cada día, y es una verdad incuestionable, casi
como el segundo principio de la termodinámica. Y así, tras la imputación del hermano
del camarada Sánchez por un juzgado de Badajoz, avalada por la Audiencia
Provincial correspondiente, el Presidente de la Diputación provincial de esa
circunscripción pone sus barbas a remojar ante la más que posible apertura de
juicio oral contra su persona y busca la añagaza para marear la perdiz y que
el hipotético juicio pase a otro tribunal para su enjuiciamiento. Aquello de los
aforados de la cosa pública.
¿Y cómo? Pues entrado en la
asamblea regional como diputado tras la renuncia de algún miembro, o varios,
del partido socialista. La titular de un escaño ya ha dimitido, luego seguimos
para bingo. Ante todo esto es imposible ignorar qué pretende el gobierno con su
intención de modificar el acceso a la carrera judicial, amén de que sean los
fiscales los que instruyan las causas penales: evitar que haya que llegar a
estas martingalas tan poco edificantes. ¡Exprópiese!, que diría aquél: en este
caso la justicia.
Los reyes de España se dieron
ayer una vuelta por Mauthausen, el que fuera campo de concentración nazi en
Austria, para conmemorar el 80 aniversario de su liberación. Como bien muestra
la imagen, y así lo señala el diario El País, los reyes abrazan la memoria
republicana. Quizá el año que viene, refresquemos la memoria, coincidiendo con el 90
aniversario de aquellas otras matanzas, Don Felipe y señora se den una vuelta
por el camposanto de Paracuellos y rindan homenaje a los miles de españoles que
allí reposan y que fueron asesinados por aquellos republicanos del Frente Popular. Veremos.
El Metro de Madrid, empresa muy
preocupada por prestar un buen servicio y que todo discurra de maravilla, ha
puesto esta fotografía en X con la leyenda Civismo
mal. Según explica en esa red social
un responsable de la entidad, se trata de un anuncio, no de una fotografía
tomada al azar, para concienciar al personal de que en ese transporte y en
todas sus instalaciones hay que comportarse con todo el civismo del mundo.
Lástima, por aquello de atender
siempre de manera prioritaria lo que es más importante, que estos señores del Metro
madrileño no usen las redes sociales para denunciar la variada delincuencia-carteristas,
manteros, bandas latinas…-que tienen que soportar los usuarios del servicio. Pero
lo importante es usar las escaleras de la forma correcta. Y cívica. Por algo se
empieza.
No hace mucho el camarada Sánchez
nos aseguraba que era imposible un apagón, que eso era un bulo de la extrema
derecha, muy dada siempre a plantear escenarios apocalípticos. Ayer tuvimos un
apagón general que sembró el caos y que provocó que el personal, recordando a
Cuba y Venezuela, tuviese un poco más claro que el gran timonel, gigavatio tras
gigavatio, nos conduce hasta la victoria final.
En realidad, fue un aperitivo, o
experimento, de lo que nos espera con la agenda 2030: no tendrás nada y serás
feliz. Otro día nos quedaremos sin agua y al siguiente sin gas, si bien con un
corte en el suministro de este fluido siempre tendremos el comodín de Putin. Al
final, recuperada la subnormalidad, cundió una euforia tan grande que el pueblo estuvo a punto de salir a los balcones para aplaudir a los técnicos que nos
habían devuelto a la luz. Miremos, en fin, el asunto con los ojos del optimismo y pensemos
en cuánto ha ganado nuestro planeta con este apagón.
Ha muerto el Papa de Roma: no sería muy bueno el difunto cuando la izquierda patria y hasta la mundial lamentan su muerte. Que si era un Papa social, que si estaba siempre con los más desfavorecidos, que si dio voz a los excluidos, que si el comodín de Gaza…la prensa española compite en ditirambos y muestra una unanimidad más que sospechosa en forma de elegía. Obviamente, y por aquello de que la realidad no estropee un buen titular, pasan por alto su simpatía por algunos dictadores de su querida América latina, o soslayan también aquella indiferencia, si no otra cosa peor, que mostró ante la matanza islamista contra la revista Charlie Hebdo, aseverando eso tan comunista de que la libertad de expresión debe tener límites. Su compatriota Milei lo tenía bien calado y aseveró que Francisco era el Maligno en la Tierra.
Sic transit gloria mundi, o tanta paz lleve como descanso deja; y
si bien el agnosticismo nos lleva a la más absoluta indiferencia sobre quién
será el sucesor, esperemos que en esta ocasión la fumata blanca indique que el
cónclave de los casi infalibles ha elegido a un católico.
El Partido Popular se suma a la izquierda y vota en contra de una propuesta de VOX en Extremadura para derogar la ley LGTBI, un artefacto que impone la ideología woke y la peste de género en los colegios. Nada nuevo bajo o el sol, o dónde irá el buey que no are. Pocas diferencias entre socialistas y populares, tanto monta...Decía Salvador Sostres que Feijoy tenía cara de lechuga abandonada en el frigorífico: observen la cara de la presidenta extremeña junto a su cartelito.
Como señaló aquel veterano
escritor, Barcelona es la ciudad de los prodigios, y si alguien no cree tal
afirmación, véase al efecto la última iniciativa popular que tendrá lugar el
día 1 de junio del presente año a las 10 horas de su mañana: una carrera antirracista
patrocinada por el Top Manta. Y qué es eso, se preguntará un señor de Cuenca.
Pues una marca de ropa social y solidaria promovida por una asociación,
cooperativa para más señas, que aglutina a los vendedores ambulantes llegados
del África subsahariana y que en Barcelona venden toda clase de prendas y objetos
falsificados para mayor gloria de la ciudad y de la Agencia Tributaria.
Como siempre estamos corriendo…señalan los promotores, pues vamos a
correr un poco más, en este caso un domingo por la mañana contra el racismo, los
discursos de odio y el auge de la extrema derecha. Como si el legislador no
corriese ya bastante contra estas lacras neofascistas que minan la convivencia
entre los ciudadanos y ciudadanas, entre los que tienen papeles y los que no,
entre los que pagan impuestos y los que no lo hacen, entre los que llevan un
auténtico bolso de Louis Vuitton y los que lo llevan de la manta…Así que a
correr, y recuerden los participantes la cita evangélica, que los últimos serán
los primeros.
Como decíamos ayer, Pumpido ha
convertido el Tribunal Constitucional en una especie de laboratorio de pruebas y
a ver qué sale. Y así, han ido saliendo cosas interesantes por la vía de retorcer
la interpretación de la norma máxima, no en vano Cándido es un devoto de las
mutaciones constitucionales, esa añagaza que inventaron los alemanes, pues
España, como señaló Unamuno, nunca inventa nada, que inventen ellos. Por ahí anda, en ese sentido,
la amnistía del camarada Sánchez a los golpistas catalanes.
Y como todo lo malo se pega,
tenemos a la vicepresidenta Montero intentando sentar una nueva doctrina en
materia de derechos constitucionales dentro del proceso penal. Tras la
absolución del futbolista Alves, la señora nos dice que siente vergüenza al
comprobar que la presunción de inocencia está por encima del testimonio de las
mujeres en los delitos sexuales. Ya se indicaba con la célebre ley del solo sí es sí de la otra Montero que se
pretendía invertir el principio de la carga de la prueba en estos delitos y tumbar la presunción de inocencia que ampara incluso a los varones; pero, qué cosas tiene el Derecho, acabó siendo un desastre y provocando la suelta anticipada de unos cuantos de
estos delincuentes.
El exabrupto de la vice ha recibido la crítica unánime de
asociaciones de jueces y fiscales, qué ya es raro que coincidan en algo, pero
ahí queda la sandez para la hemeroteca, por si un día nos rasgamos las vestiduras viendo
ciertos cambios legislativos o algunas sentencias-ahí pueden entrar las
mutaciones constitucionales de nuestro particular profesor Bacterio-que pongan los pelos de punta. En ello están
algunos y algunas cuando pontifican sobre la ley y la justicia en un acto de partido. Como ya
señaló el sabio Gómez Dávila, para corromper al individuo basta enseñarle a
llamar derechos a sus anhelos personales.
Pumpido, máximo abogado del sanchismo,
se ha tomado muy mal la decisión de la Audiencia de Sevilla de llevar ante la
justicia europea la amnistía encubierta que el Tribunal Constitucional otorgó a
los condenados en el caso de los ERE. Era de esperar el cabreo, pero no tanto
como para tomar un camino que va un poco más allá en su proceder natural de servicio al
gobierno. Y así, no ha tenido reparo en plantear a sus compañeros de fatigas en
el arte de retorcer la Constitución que hay que impedir que cualquier juez
español acuda ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en defensa, ni
más ni menos, de la legalidad, ese concepto que para Pumpido es una anécdota.
La cacicada de Cándido va más allá de la absoluta sintonía entre el magistrado y el camarada Sánchez, pues deja en evidencia, una vez más, la estrategia errática que sigue el Partido Popular en su relación con el gobierno. Si algo sacaba de quicio al sanchismo y a sus socios era el bloqueo para renovar el Consejo General del Poder Judicial, y ahí apareció el moderado Feijoy, invocando la estabilidad y la razón de Estado y con el patrocinio de Bruselas, para desbloquear el asunto y continuar con el obsceno reparto de la justicia entre los dos grandes partidos. ¿Hay alguien con un poco de memoria que no recuerde la imagen del mostrenco Bolaños y del escritor de novelas eróticas González Pons sellando ese pacto?
Y si bien es cierto que el Tribunal Constitucional no es un órgano jurisdiccional, se comporta como tal desautorizando cada vez que puede al Tribunal Supremo, algo absolutamente improcedente. Y es que la arbitrariedad de Conde Pumpido, relacionada con esa lealtad mal entendida del Partido Popular, recuerda mucho a la fábula de la rana y el escorpión, salvo que en este caso no parece que el artrópodo vaya a perecer en la aventura.
El diario El País, que hace años no
vende una escoba, airea con tufillo de escándalo una noticia que tiene su
gracia: en el instituto, según una profesora entrevistada, los alumnos están en contra del
feminismo y hablan bien de Franco. El hallazgo demuestra el fracaso sin paliativos
del modelo educativo, y lo hace por partida doble. Si los jóvenes detestan el
feminismo, afirmando que las mujeres tienen más derechos que los hombres, será porque en clase, tanto por parte de los docentes como por los
textos que manejan, reciben una paliza tremenda sobre las bondades de esa
nefasta doctrina y el wokismo con el
que se adorna. En cuanto al Invicto, es evidente que esos
mismos jóvenes no se creen nada de lo que les explican en clase y acuden a
otras fuentes, generalmente Internet y algunos libros diferentes a los que les
obligan a estudiar, para saber un poco y de manera objetiva sobre la historia no tan lejana de su país. Por no hablar del camarada Sánchez y su gobierno, catalizadores del revival de la figura del Caudillo.
Hay que presumir que poco a poco
los docentes irán descubriendo otras opiniones de los alumnos sobre cuestiones
de gran interés, como la inmigración masiva y descontrolada y su relación con la delincuencia y el colapso del Estado del bienestar, aunque ya adelantan los mozos lo obvio, que hay demasiados moros. Tal vez en ese
caso prefieran no explicarlo a El País ni a nadie, no sea que cunda el ejemplo
y nos invada una ola de revisionismo abanderada por los más jóvenes.
José María Aznar ha dicho hace poco que políticamente sintoniza más con Felipe González- ¡y
hasta con Duran Lleida!, diría el respetable-que con Abascal. Tampoco es algo sorprendente
si tenemos en cuenta que Feijoy, al salir elegido presidente del partido, reconoció
que en unas elecciones, hay que presumir que siendo mozo y no estando afiliado
todavía al partido de Fraga, votó al PSOE de González. La sintonía entre Aznar
y González, más allá de aquel latiguillo de váyase,
señor González, váyase, viene de antiguo: quién no recuerda aquella reunión
entre ambos de madrugada y en la Moncloa para acabar con Mario Conde y sus
ambiciones políticas, ordenando al Banco de España la intervención de Banesto.
La sintonía, o más bien idilio,
entre populares y socialistas es algo tan notorio que no hace falta desarrollarlo
mucho, ¿o acaso hubiese nacido VOX si no se diese esa simetría entre los dos
grandes partidos? ¿No ha venido VOX a liquidar el célebre Consenso del 78 que
de la mano de populares y socialistas y otros enemigos de la nación hasta aquí nos ha traído? En definitiva,
en estos tiempos de zozobra y como solución a todos los males, Aznar propone lo ya conocido, luego avala la
célebre sentencia de Albert Camus: la estupidez insiste siempre.
Vinieron lo sarracenos y nos molieron a palos, que Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos.
Que España es un Estado fallido-de nación ya ni hablamos-es algo tan evidente que no merece la pena extenderse mucho en ello, pero en ocasiones hay episodios que bien demandan una mínima glosa. En Salt, provincia de Gerona, el número de extranjeros, la inmensa mayoría musulmanes, ronda ya la mitad del censo, de ahí que el estallido social fuese inevitable más tarde o más temprano. En este caso el detonante ha sido el desalojo de uno de los imanes, parece ser que en esa localidad hay más clérigos musulmanes que policías municipales, por impago de un préstamo hipotecario que gravaba la vivienda en la que residía junto a su numerosa familia. Consta en acta-la justicia es muy lenta-que el hombre llevaba cinco años sin pagar un céntimo a nadie. El caso es que ese lanzamiento ha provocado disturbios por todo lo alto que han dejado en la villa un panorama desolador, si bien antes tampoco es que fuese muy alentador, no nos vamos a engañar.
Hace años la progresía dominante
en el oasis catalán acuñó el eslogan volem
acollir, queremos acoger, para recibir con los brazos abiertos a cualquier
extranjero que recalase en esa tierra, especialmente si venían con un Corán
bajo el brazo. De aquellos polvos, estos lodos, aunque hay que señalar que la política
de inmigración, de momento y parece que por poco tiempo, es competencia exclusiva
de ese Estado fallido que todavía responde al nombre de España. No sorprende, por
ello, que la izquierda radical del municipio, al estilo del Black Lives Matter
americano, apoye esta revuelta, incite los ataques contra la policía y sentencie
que la culpa es del sistema que no resuelve los problemas de vivienda que sufren,
obviamente, los extranjeros que un día fueron acogidos. Nada nuevo bajo el sol.
Al final todo parece indicar que
la paz, hasta el próximo episodio de guerra callejera, reinará tras la entrega de una vivienda
social-todo es social en el Estado fallido-al imán y su numerosa familia. Una
película ya demasiado vista y conocida: la de un desalojo, otra ocupación.
Tras el rapapolvo sufrido por
Zelenski en la Casa Blanca, y eso que iba un poco mejor vestido de lo habitual,
Europa ha decidido plantar cara al
desafío de Trump y sopesa armar más y mejor al sátrapa ucraniano. Sorprende que
el muñidor de todo esto sea Gran Brataña, tradicional aliado de Estado Unidos y
fuera de Europa con el Brexit. En fin, será un mediador neutral. En cualquier
caso-¡será por dinero-la vieja Europa quiere rearmarse y está dispuesta a
mandar tropas de paz, de momento el ardor guerrero no da para más, a la zona de
guerra con la excusa de defenderse a sí misma y, ahí es nada, a la democracia.
Ya va la primera avanzadilla.
Las elecciones en Alemania han
dejado una sensación de alivio en el patio nacional, de ahí que todos en
general anden con un cierto alborozo incontrolable. Los medios de comunicación,
que soslayan el crecimiento de Alternativa por Alemania, porque se ha frenado
lo que ellos consideraban la llegada del IV Reich. El gobierno del camarada Sánchez,
despreciando el fiasco de sus homólogos alemanes, porque perciben que los
resultados suponen un frenazo a esa extrema derecha europea que, de la mano de
Trump y Putin, pone patas arriba el chiringuito de Bruselas. Y el PP de Feijoy
porque el centro centrado alemán gana los comicios y, lo que es más importante,
puede gobernar con una gran coalición, sueño húmedo de los populares que se
puede traer a España y así marginar a VOX y salvar al PSOE.
Pero este alivio generalizado que se percibe en las élites extractivas europeas, las mismas que andan desnortadas tras el discurso de Vance en Múnich, recuerda mucho a la satisfacción
desmesurada que se desató tras las últimas elecciones en Francia, donde un cordón sanitario arrinconó
una vez más al proyecto político de Le Pen. Hasta que, de la mano de los votantes
más jóvenes, llegue la definitiva.
La propuesta de paz en la guerra
de Ucrania que trae Trump ha desatado una especie de ardor guerrero entre
nuestros liberalios, comandados por locutores y juntaletras muy apegados a la
moderación y con apoyo de un Partido Popular que ya no sabe dónde meter baza para hacerse notar. Sostienen los de Feijoy que España debe
mandar tropas a Ucrania, si bien, como dicen los británicos de ese extraño
Brexit, en misión de paz. El gobierno del camarada Sánchez de momento no se pronuncia,
con lo que hasta nueva orden se libra de hacer el ridículo.
Llama poderosamente la atención
que ese ardor patrio surja a cuenta de un conflicto bien lejano, cuando nunca ha aparecido para exigir, por ejemplo, una mayor implicación de las fuerzas armadas
españolas para plantar cara al siempre peligroso vecino del sur, al que, por el
contrario, siempre se colma de atenciones de toda clase, empezando por las
comerciales, por no hablar de una desastrosa política de extranjería que hace
que nuestras fronteras sean un coladero insoportable.
Se podrá alegar, como hacen los
promotores del disparate, que es ir al frente en misión de paz, pero las
misiones de paz en las que ha participado España nos han regalado un buen
reguero de muertos. Tendría gracia que jóvenes españoles muriesen en cualquier terruño
de Ucrania mientras extranjeros sin papeles se alojan por cuenta del
contribuyente en hoteles de lujo repartidos por la geografía nacional. Qué ideas las de estos liberalios.
El vicecanciller alemán, verde
para más información y muy preocupado por la suerte del bandido Zelenski, dice
en un debate en televisión que Trump está lanzando un ataque frontal contra los
valores occidentales. Y cuáles son esos valores, se preguntará el personal, en
un Occidente más que decadente. Pues ahí van unos cuantos: globalismo, fomento
de la inmigración masiva y descontrolada, pensamiento woke, ideología de género, patrocinio del cambio de sexo como si fuese una hazaña nunca vista, exaltación del
cambio climático como una perversión generada por el hombre (y la mujer), criminalización
del pensamiento disidente a través de los llamados delitos de odio, prohibición,
al menos la tentativa, de aquellos partidos políticos que osen poner en duda la
corrupción del sistema, manipulación de la educación y la enseñanza con la
finalidad de formar idiotas desde la más tierna infancia…y, last but not least, tapones unidos a las
botellas de plástico.
No está mal el elenco de valores,
y más de uno habrá quedado en el tintero. A la vista de ello, sería deseable
que ese ataque frontal de Trump fuese absolutamente devastador. Y rápido.
Coincidiendo con el juicio a
Rubiales por un piquito, una jugadora de fútbol le toca las partes íntimas a
una rival y, no teniendo bastante, le pregunta de manera capciosa si tiene
picha. Era inevitable que tarde o temprano surgiera un episodio de esta
naturaleza en esa entelequia que es el fútbol femenino. Mas ése es otro debate,
el del balompié entre mujeres, al que por higiene mental no se debe dedicar ni
un minuto.
Pero en esta historia, en los
tiempos de zozobra que corren, llama la atención que la fiscalía, tan agresiva contra el que fuera presidente de la federación, no haya
abierto de oficio unas diligencias por si los hechos fuesen merecedores de alguna
clase de reproche penal. Claro, que la fiscalía igual sigue los criterios de
una notoria feminista que, como no puede ser de otra manera, lo tiene todo claro
al respecto: no es lo mismo que un hombre toque los genitales de una mujer a que los toque una mujer a otra, puesto que en el tocamiento del hombre
a la mujer siempre hay una violencia estructural que no se da entre las
mujeres. O sea, el machismo y el heteropatriarcado de toda la vida que hasta
aquí nos han traído. Así que, mientras se aclara el enredo y por aquello del
caso Rubiales, del que ahora sólo falta la sentencia, ya tarda la presunta
agresora en sacar pecho y afirmar… ¡no
voy a dimitir, no voy a dimitir!
Junts, partido del fugado residente en Waterloo, tiene una receta mágica para combatir el salafismo que impera
en las mezquitas que se diseminan por toda la geografía catalana. Ante la
exigencia de Alianza Catalana para que se cierren esos aparentes centros de
culto, un diputado del partido del prófugo sostiene con irrefutable equidistancia que frente al islamismo
radical no se puede oponer la islamofobia, pues todos los extremos son malos.
Así que un prócer del parlamento catalán perteneciente a ese partido, Colomines se llama, ha dado con la
solución: que se identifique a los clérigos radicales y que se les obligue
aprender la lengua catalana y que participen en formaciones periódicas sobre
los derechos humanos y los valores con los que se adornan las sociedades avanzadas.
Y será por este orden, pues las formaciones, obviamente, se impartirán en
lengua catalana. Que no se detenga el camino hacia la extinción, eso ya no
tiene remedio, pero que al menos no falte el fino humor catalán, Colomines.
El gobierno del camarada Sánchez
quiere reformar muy a fondo la justicia, y dónde irá el buey bolivariano que no
are. Claro, que el ínclito Bolaños nos asegura que lo que se traen entre manos
es una modernización de ese maltrecho poder del Estado. Ahora, otra cosa son las leyes
procesales a las que ya han hincado el diente para hundir al justiciable, nos debemos centrar en
cuestiones de personal, esto es, jueces y fiscales y su acceso a dicha carrera.
Para este gobierno la cosa está
clara y viene avalada por la más cruda realidad: jueces y fiscales son, y por
una mayoría nada desdeñable, de talante conservador, luego algo habrá que hacer
para equilibrar la balanza. ¿Y por qué son conservadores? Porque sólo los
privilegiados, sostienen los promotores del invento, se pueden permitir el lujo de mantener a sus hijos unos cuantos
años hincando los codos, pagando manuales y preparadores-que también son jueces
y fiscales-y por supuesto dándoles de comer, que del aire no se vive. Este
razonamiento no se sostiene de ninguna de manera, pues son legión los jueces y
fiscales de origen humilde que han alcanzado ese objetivo gracias a unos padres
que creyendo a pies juntillas en eso que conocemos como ascensor social han hecho el
esfuerzo necesario, renunciando a los pequeños placeres que alegran un poco la
existencia.
Perseverando en el error, o más
bien en la mala fe, pretende el ejecutivo establecer todo un sistema de becas
para que los más desfavorecidos pueden estar esos años de estudio disfrutando
de una paga que nunca será inferior al salario mínimo. ¿Y si el becado es un
inútil o un pícaro que no aprovecha el tiempo? ¿Devolverá el dinero al contribuyente? ¿Quién
se pronuncia sobre esa inutilidad o picaresca? No se sabe, porque los preparadores también
están en el punto de mira, pues se trata de jueces y fiscales que no declaran
al fisco, eso sostiene Bolaños, ese dinero extra que llega a sus bolsillos. Luego
habrá que crear un cuerpo de funcionarios-será por dinero-para ese menester.
Si no conociésemos a este
gobierno nos preguntaríamos por qué se desconfía de un sistema, la oposición pura
y dura, que con todas sus imperfecciones ha demostrado ser el más adecuado de
los posibles, pues garantiza el mérito y la capacidad para el desempeño de esa
magistratura. De ahí que la reforma prevea un aumento del acceso a la
judicatura por el llamado cuarto turno, o lo que es lo mismo, que otros
profesionales del Derecho puedan acceder mediante la vía del
concurso-oposición, y ahí entramos en el siempre peligroso terreno de los
méritos, la solidez y rigor técnicos exigibles
según el anteproyecto. ¿Y qué composición tendrá el tribunal que evalúe todo
eso? Mejor no pensarlo, pero es fácil adivinarlo.
Veremos en qué queda todo esto,
dadas las dificultades del gobierno para legislar, pero es evidente que estamos
ante la tentación de crear, como aquel hombre nuevo del viejo socialismo,
nuevos jueces que distarán mucho de
estar al servicio de la justicia. Y no será porque últimamente no hayamos
tenido ejemplos de sobra en ese sentido.
El mundo en vilo ante la llegada
de Trump. A nivel patrio la preocupación y la decepción, sin soslayar la ira, no tienen parangón. Así, la
Retaguardia del conde Godó nos dice que llega la Contrarreforma y el Inmundo
habla de mesianismo, mientras el antaño conservador ABC se centra en Musk y
advierte de manera cursi que se avecina un nuevo modelo político establecido por los amos del
algoritmo. En cuanto a los medios audiovisuales, andan entre tila y
lexatin con la obvia afirmación de Trump sobre los géneros, que sólo hay dos, preguntándose cómo hemos llegado hasta aquí y por qué los americanos
han votado tan mal.
En fin, nos esperan cuatro de
años de matraca por parte de los exégetas del apocalipsis, y si ladran, generalmente se
cabalga. Como señalaban en Estados Unidos tras la noche electoral, no rabiaban los
demócratas tanto desde aquel lejano momento en que Lincoln liberó a los
esclavos.
El gobierno del camarada Sánchez
ha decidido cepillarse la acción popular, esa forma de perseguir el delito que
tienen los ciudadanos cuando más o menos y de manera ordenada se personan en un
causa en la que generalmente los imputados son políticos o asimilados con la
finalidad de evitar que esos delitos queden impunes. El camarada Bolaños tira
de eufemismo y sólo pide reformar-no habla de erradicar-esta figura para que
deje de ser una feria de ultras, algo lógico si tenemos en cuenta que este
gobierno pretende que la instrucción de las causas penales pase de los jueces a
los fiscales. Y de quién depende la fiscalía, se preguntaba de manera retórica
el camarada Sánchez en una entrevista televisiva. Pues del gobierno. Poco a
poco y con paso firme se viene una distopía que haría las delicias de Kafka.
Pero aquí sólo contamos con tertulianos y juntaletras que nos dicen que Sánchez
está acabado. Que al menos no falte el optimismo.
El camarada Sánchez se está
volcando en anunciar a bombo y platillo su plan de vivienda, que en el fondo
forma parte de los fastos para conmemorar el franquismo, ¿Pues quién si no
ha hecho más por la vivienda en España que el Invicto? Y así, ayer el camarada
hacía ver al personal despistado que había dos clases de españoles, los que
recibían una o varias viviendas de sus progenitores y los que no recibían nada.
Los primeros, gracias a ese legado, pueden destinar sus ingresos a formarse y viajar
por el mundo, mientras que los segundos están toda la vida pagando un alquiler
y no les queda ni para pipas.
Soslayando lo primario de la
distinción, porque hay españoles que tienen más de un inmueble y sus padres
están vivos y coleando y que el camarada Sánchez y su cónyuge forman parte de
esos españoles privilegiados que tienen patrimonio inmobiliario, sea cual sea
su origen, no está de más recordar que tal vez el presidente del gobierno nos
está recordando eso que dice la Constitución sobre la propiedad privada y la
herencia, esto es, que se reconocen ambos derechos pero que su función social
delimitará su contenido. Aviso a navegantes, pues, que la izquierda siempre
iguala por abajo, por lo que no sería de extrañar que el plan del gobierno sea
que ningún español pueda formarse y viajar por esos mundos de Dios porque la propiedad
privada, especialmente si procede de la herencia, se evapore. Es el célebre
¡Exprópiese! del camarada Chávez.
Ayer el camarada Sánchez dio el
pistoletazo de salida a los fastos que conmemoran el franquismo. Bueno, el
camarada dice que es la celebración del fin del franquismo, pero si tenemos en
cuenta que el Invicto murió en la cama, que fueron sus élites las que decidieron cambiar
el rumbo y que el partido socialista no hizo oposición al Régimen,
bien podemos afirmar que la performance
sanchista celebra y festeja la figura de Franco, una suerte de comodín que
nunca falla y que siempre alegra.
Para acreditar cuánto habíamos
mejorado desde aquel lejano 1975, el camarada indicó que desde entonces hasta hoy la renta per cápita de
España se había doblado, ahí es nada. Lo que ocultó maliciosamente fue la
comparación entre la deuda pública de ese año mágico y la de ahora, algo que no
merece la pena detallar porque está al alcance de cualquiera y porque son datos
de auténtico vértigo. Imaginamos que otro día, porque habrá muchos actos como
el inaugural, Sánchez y sus voceros nos hablarán de la política de vivienda del
General, o la carga fiscal que soportaban aquellos españoles y la que les
asfixia ahora, por aquello de hacer comparaciones, o quizá no, por no aguar la gran fiesta de un año que será triunfal.
Parece que el efecto Trump, o
Musk, empieza a notarse antes incluso de la toma de posesión del nuevo
presidente americano. A la vez que Macron, ese pequeño Napoleón de un país en
decadencia, se queja de las injerencias de Elon Musk en la política europea, el
primer ministro de Canadá dimite de su cargo, entre otras razones, por el problema que le plantea
Trump con los aranceles a los productos de ese país.
Lo del pequeño Napoleón no tiene
un pase, máxime cuando es evidente como toda la política europea, en especial
lo relacionado con la inmigración, ha estado en manos del magnate Soros, y
quién ha votado a ese individuo, se pregunta el vulgo. Pues nadie pero ahí está,
o él, si todavía vive, o su hijo, que ya hace y deshace sin que ningún
gobernante europeo diga esta boca es mía. En cuanto a Trudeau, qué explicar de
un tipo cuyo partido se hace llamar liberal y que abraza el wokismo más
infecto, si bien de momento exonera a Musk de cualquier responsabilidad en su
dimisión.
En cualquier caso, qué fragilidad
la de unas democracias que pueden tambalearse por los designios de un magnate y
su red social. Aunque bien mirado, lo que de verdad les da miedo es que una
masa hasta ahora amorfa puede despertar y echar abajo un tinglado tan poco
rentable como miserable. Que el nuevo año lo propicie, de momento algunos ya
están temblando.