Clasismo

 

La que fuera alcaldesa de Pamplona, depuesta tras el pacto entre socialistas y proetarras, ha dicho a modo de despedida que prefiere fregar escaleras antes que ser alcaldesa con los votos de Bildu. Lógicamente, la señora Ibarrola ha sido tachada de clasista y machista por la progresía de guardia, que como no podía ser de otra manera celebra que gobiernen los legatarios de la ETA antes que el partido más votado en las últimas elecciones, añadiendo que esas palabras malvadas de la ex alcaldesa ya justifican sobradamente un cambio de gobierno en la capital navarra.

Una vez más, es la izquierda, que nunca ha fregado escaleras, la que utiliza a las mujeres para justificar y adornar todas sus tropelías, tanto da que sean mujeres que se dedican a tareas de limpieza como mujeres maltratadas o violadas, el fin siempre justificará los medios.

En fin, que la siempre noble y necesaria tarea de la limpieza nos marque el camino en un nuevo año que será complicado y en el que mucho habrá que limpiar. Feliz Año a todos.

La canallesca

 

Hoy se entrega el premio al diputado que tiene mejor relación con la prensa y, como una prueba más del blanqueamiento de los legatarios de la ETA, uno de los candidatos a llevárselo es la prócer de Bildu, la tal Aizpurúa, que también es periodista. En su currículum, y como editora del viejo Egin y otros medios proetarras, destacar que señalaba a aquellos periodistas que de manera inmediata pasaban a ser objetivos dela banda, como lo fue José Luis López de la Calle: toda una excelente relación con la prensa. Gane el premio o no, que opte al mismo demuestra que sólo los ingenuos, por no decir lerdos, creen que la ETA fue derrotada. A las pruebas nos remitimos.  

Aquella disposición

 

Como el guion está perfectamente escrito y diseñado, el partido del camarada Sánchez ha entregado la alcaldía de Pamplona a los herederos, más bien legatarios, de la banda ETA. Do ut des, tú me aúpas al poder, yo te cedo Navarra trocito a trocito. ¿Podemos colgar de los pies al camarada Sánchez como en sentido figurado propone, o vaticina, Abascal? Tal vez sí, o tal vez no, porque si nos centramos en Navarra la cosa viene de lejos, y entonces era otro PSOE, el bueno según Feijoy, el que pastaba por las Españas.

Así, ya la magna carta en su disposición transitoria cuarta contempla la posibilidad de la incorporación de Navarra al País Vasco. Han pasado más de cuarenta años y ahí sigue el artefacto listo para explosionar en cualquier momento. Pero bueno es hacer memoria y recordar que fue Rajoy el que prometió a la entonces presidenta de la comunidad foral que si gobernaba tras el zapaterismo derogaría esa disposición. Gobernó con mayoría absoluta y el artefacto permaneció intocable, pues como decía el gallego lo importante era la economía, que la crisis era muy dura. Ahora, y paso a paso y en muchos aspectos, vamos recogiendo lo que en su día sembraron los padres de la patria, y Navarra no iba a ser una excepción. El camarada Sánchez y sus socios tienen cuatro años por delante para rematar la faena. Y ganas no les faltan.

El padre Roca

 

Los fastos del aniversario de la Constitución nos dejaron algunas perlas dignas de mención, entre ellas un parlamento de Miquel Roca, uno de los padres del artefacto que tanto bienestar y gloria nos han dado a los españoles. Decía el catalán que cuando redactaban la carta magna tenía delante a Manuel Fraga, otro de los progenitores de la cosa. Y el padre Roca se preguntaba y éste cuando me va a detener. Pero que luego, continuaba el ponente,  se hicieron amigos y hasta lloró su muerte. Estas palabras avalan el faso relato que nos han vendido sobre la Constitución y aquel período llamado Transición que suponía un abrazo de reconciliación entre españoles, cuando toda persona con unos mínimos conocimientos de historia sabe que allí y entonces sólo se reconciliaron los enemigos de España, largamente enfrentados, con ellos mismos.

Para el padre Roca Fraga era la personalización del franquismo y estaba allí para aportar a la futura Constitución la parte alícuota del régimen anterior, pues el padre Roca se ha hartado de decir que aquello era un pacto, un gran pacto. Nada más lejos de la realidad: nada hay en la Constitución, ni siquiera a nivel sociológico, de aquel régimen nacido tras la guerra civil, y sí hay mucho de aquellas izquierdas y nacionalismos que perdieron la contienda, desde la función social del derecho a la propiedad privada hasta el reconocimiento de los derechos históricos de los territorios forales, por no insistir en que España-artículo primero-es ante todo un Estado social ante que democrático de Derecho.

Luego estamos ante un pacto extraño, un poco desequilibrado, y quizá por ello el padre Roca nos dice que al final hasta lloró la muerte de Fraga. De bien nacido es ser agradecido. Qué menos.