TWITTER

sábado, 29 de septiembre de 2012

Federalismo





Señores, ya no aguanto más. Voy  a serles franco: ¡estoy hasta los cojones de todos nosotros!

Estanislao Figueras, Presidente de la I  República

jueves, 27 de septiembre de 2012

Novelar la guerra



El pasado 21 de septiembre fallecía en Barcelona Sven Hassel, el hombre que a través de un puñado de buenas novelas describió la II Guerra Mundial con toda su crudeza y horror. Los ya míticos miembros de aquel batallón de castigo-una auténtica legión de condenados-se han quedado defintivamente huérfanos, si bien permanecerán como inmortales en el recuerdo de más de una generación que vivió esa guerra en el duro pellejo de los Porta, Hermanito, el Viejo, Barcelona, Heide, el Legionario...personajes desencantados y marginales que daban el callo en una guerra que aborrecían sabiendo que cualquier victoria era efímera y nada reconocida, pues la verdadera batalla, la de la vida, la habían perdido hacía tiempo.

Se había afincado en Barcelona allá por los años 60, desconociéndose el verdadero motivo de esa decisión, lo que sin duda aumentaba el aura de misterio que siempre rodeó su biografía-¿realmente nació en Dinamarca?-y que ha terminado por llevarse a la tumba: ¿es cierto que se enroló en la Wehrmacht siendo un crío y batalló en todos los frentes que desfilan por sus novelas? ¿o fue, por contra, un impostor muy listo que se limitó a escuchar  las historias que contaban los voluntarios daneses al regresar de la guerra para posteriormente zambullirse en la escritura, vertiginosa y trepidante, de esas vivencias ajenas?

Sea cual sea la verdad, y con millones de ejemplares vendidos, mérito indudable el suyo. En cualquier caso, ese misterio permanece y no parece que se vaya a resolver ahora, ni quizá ya nunca, pero ligada a la nostalgia de unas lecturas de juventud siempre quedará su obra, una auténtica literatura de guerra protagonizada por unas bestias entrañables con alto sentido del honor y escasa disciplina, soldados anónimos cuyo destino quedaba muy lejos de medallas y condecoraciones,  invisibles motas de sangre en los mapas de los generales, la carne de cañón que acaba ganando, o perdiendo, las guerras. ¿Acaso no es, como aseguraba Spengler, un pelotón de soldados el que acaba decidiendo el curso de la historia?

martes, 25 de septiembre de 2012

La escritura como pena


Arnaldo Otegui ha escrito un libro en prisión-El tiempo de las luces-que próximamente saldrá a la venta: estaba cantado y pocos lo querían ver. Son innumerables los casos de presos que se han puesto a darle a la pluma estando a la sombra, hasta el sanguinario De Juana Chaos escribió un par de obritas infumables que le sirvieron para redimir una parte importante de su condena antes de que llegase la doctrina Parot y sentenciase que escribir está muy bien, sin duda, pero que el único favor que a cambio se puede recibir es el aprecio, o el desprecio, del lector.

La supresión de la redención de penas por trabajo no ha traído consigo la desaparición de los talleres en los centros penitenciarios, al menos los talleres literarios, espacio donde el preso se sumerge en la escritura para dar alivio a su conciencia, pasar el rato y, de esta forma, dar el coñazo a la junta de tratamiento, órgano que además de examinar los informes de los profesionales habituales deberá echar un vistazo a la fiera literaria que quizá habite en esas almas descarriadas, todo ello antes de pronunciarse sobre una progresión de grado o la concesión de un permiso, so pena de prevaricar a lo Fernández Díaz, eufemismo que designa un vulgar apretón del esfínter.

Sobre el libro de Otegui, un columnista gallego, con retranca y talento, afirma que él siempre se había opuesto al encarcelamiento del batasuno por esa razón, que inevitablemente escribiría un libro, lo que equivale a una deconstrucción de la máxima progresista de Concepción Arenal: odia el delito y compadece al futuro lector.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Descenso a los infiernos



Abandonad toda esperanza, vosotros que salís.

Dicen los expertos que una eventual secesión catalana llevaría a sus ciudadanos a tener unos niveles de renta como Chipre o Montenegro. Peor podría ser, y acercarse a los niveles de India, Bangladesh, Pakistán o Chiquitistán. Escolta, Espanya: de una potente industria al batiburrillo del badulaque, he ahí la nueva Cataluña y sus novísimos catalanes, los mismos cuya principal bondad-otro mantra progresista-era que nos iban a pagar las pensiones y, quebrado ya el Estado del bienestar pero salvado el riesgo de exclusión social, lo que nos van a traer es la independencia.

jueves, 20 de septiembre de 2012

De los que transitaron




Poco a poco van cayendo aquellos que fueron llamados artífices de la Transición y padres de la reconciliación nacional, y lo van haciendo por ley natural, por el paso de los años, lo que en muchos casos es injusto, pero nadie dijo nunca que la vida casase con la justicia ni con otros valores similares. Queda Suárez, el gran muñidor junto al rey de aquella colosal estafa que hoy pagamos a precio de oro, pero el Duque-otra injusticia macabra-ya no goza de memoria para reconocer su obra ni está para recoger muchos premios.

Una de las grandes falacias de esa presunta reconciliación fue hacer tabla rasa y equiparar a todo aquel que había tendido un papel, por pequeño que fuese, en la guerra civil o el franquismo, en un bando u otro. Y como la muerte-un hecho puramente biológico desprovisto en la mayoría de los casos de cualquier grandeza- iguala a todos, estaba cantado lo que una vez más volvería a repetirse en honor a Santiago Carrillo, la elegía: fue un gran hombre, vivió tiempos difíciles con luces y sombras y regresó para reconciliarse con sus más rancios enemigos. Y ahí surge, inevitable para consagrar la equiparación, la figura de Manuel Fraga, recientemente fallecido y que como era de esperar no gozó en su óbito de la unanimidad empalagosa dispensada por la clase política a su querido comunista. Como si uno y otro tuviesen una historia similar a sus espaldas y sobre su conciencia.

Cuando estalla la guerra y se desata la furia, Fraga es un jovencito de trece o catorce años que seguramente ya empezaba a tener el Estado metido en la cabeza, mientras Carrillo ordenaba lo que fue un auténtico genocidio que segó  la vida de miles de personas, por no hablar de su poco honroso papel tras la contienda y en el exilio, señalando con el dedo a los malos camaradas que debían ser purgados a la manera estalinista. A Fraga achacan sus enemigos aquel breve período, desaparecido Franco, como ministro de gobernación-la calle es mía-que se saldó con la cifra de siete muertos: cinco en Vitoria y dos en Montejurra. Eso, siete, frente a las matanzas de Paracuellos: hay comparaciones que además de odiosas son estúpidas.

Se va Carrillo y con él parte de aquella falacia por la que llevamos treinta años transitando camino del abismo, pero casi todos loan su raquítica figura, incluso lo hace una falsa derecha que mira al tendido cada vez que sus enemigos le escupen a la cara. Cuando el viejo comunista regresó tras la muerte de Franco, quiso pasar desapercibido y hacer borrón y cuenta nueva, por lo que escogió lucir una peluca  que lo mimetizase con una España que poco a poco se desmelenaba, ignorando que ese postizo iba a convertirse en toda una metáfora, la de la impostura de la Transición.

martes, 18 de septiembre de 2012

Necrológica



El 3 de febrero de 1955 moría Vasili Blokhin, verdugo jefe del NKVD durante los años del estalinismo: su mayor hazaña fue ejecutar personalmente a 7.000 militares y civiles polacos en Katyn mediante el artesanal método del tiro en la nuca. Cuentan que tras la muerte de Stalin, y como tantos otros que habían hecho el trabajo más sucio, Vasili cayó en el ostracismo y se refugió en el alcohol, para acabar suicidándose, o quizá fue suicidado, aunque no consta que se ocultase bajo ningún disfraz, ni siquiera una peluca.

¿Y por qué me acuerdo de esta fulano si hoy es 18 de septiembre de 2012? Será porque es un día propicio para la necrológica, que en este país y según el personaje  tiende más a la elegía. Aunque el finado sea un matarife. O un delator.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Desafectos





Un largo camino


Aguirre no puede resistir que se hable de España. En Barcelona afectan no pronunciar siquiera su nombre. Yo no he sido nunca (...) españolista ni patriotero. Pero ante estas cosas, me indigno. Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco. Con Franco ya nos las entenderemos nosotros, o nuestros hijos (...) Pero estos hombres son inaguantables. Acabarían por dar la razón a Franco. 


Así se quejaba, durante la Guerra Civil y frente a Azaña, un personaje tan poco sospechoso de españolismo como Negrín. No es que treinta años de desaguisado autonómico y constitucional hayan sido como una guerra, pero es que tampoco hay ahora un presidente de gobierno que ponga el grito en el cielo con este problema como lo hacía aquel canario aficionado a las putas fondonas y las grandes mariscadas. Un gobierno que respira aliviado porque cuatro ropones otorgan la blanca a Bolinaga es normal que pierda el culo por reunirse con un fulano que exige la independencia para hablar de cómo recibir más dinero mientras ese momento llega. 

Cuentan que Ortega Lara rompió su carné del PP cuando se fue María San Gil y se olió la tostada de la infamia. Hoy su cara, como la de muchos votantes de este partido debe de ser muy parecida a la de Negrín y Azaña en aquellos días de derrota y desafecto. Peor incluso: con quién entenderse. Aunque también es cierto que para los estafados por una presunta regeneración democrática que ni está ni se espera bien puede decirse aquello de que no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.



viernes, 14 de septiembre de 2012

La concejala


Por Tolerancio

Transido de amor cortés, será porque he leído este verano los Sonetos para Helena, de Pierre de Ronsard, proclamo a voz en grito, pero con las manos sobre la mesa, que conste en acta, mi admiración por la divinal Olvido Hormigos, concejal de Los Yébenes, provincia de Toledo.

Olvido Hormigos, qué apropiado nombre artístico para más tórridos desempeños que no la docencia… (pues mi amada es profesora de una escuela de primaria, pero podría serlo de uno de esos talleres del tipo Onanismo II Avanzado que los esbirros de ZP financiaban por doquiera)… quizá no ha sido llamada por el señor por los caminos de la política municipal, pero sí para transitar con pie firme ese erotismo amateur que ha descabalgado la industria al uso para adultos en las preferencias de los pornógrafos.

Nada de actrices siliconadas, de pechugas prominentes y faltas de tremores y movimiento, de uñas de palmo y pintarrajeadas como garras de arpía… chicas más normales, la vecina del quinto, bella y grácil como una cervatilla asustadiza, la cajera del supermercado, lozana y hermosa, de generosas redondeces, o el descaro ardiente de mi idolatrada concejal yebenita. Ellas, sobre todo Ella, con E mayúscula, se han enseñoreado de nuestras cotidianas e íntimas fantasías.

Olvido, amor mío, graba y difunde para tu esclavo, y para esas legiones de pobres mortales sobre cuyas laceradas espaldas se erige el destino de las naciones, esas cosas que no puedes enseñar a los pequeñuelos en la asignatura de manualidades… (Área Pretecnológica le llamaban en mis años escolares)… esas cosas que bordas con peritísimos ademanes y deja ya esos plenos tan insulsos donde se debaten áridas cuestiones… que si el alumbrado público, el asfaltado de las calles o el reciclaje de basuras. Nada se te ha perdido ahí. Da el do de pecho y alegra el día a los hombres que trabajan duro, tú que de un solo gemido empalmas tabores de regulares, banderas legionarias y batallones enteros de jenízaros turcos.  

Qué no daría por dirigirte en una película de dos rombos. Ya tengo guiones y títulos por docenas en la cocorota: La alcaldesa te la pone tiesa o La alcaldesa pilla, a la oposición se cepilla, con ese toque carpetovetónico tan nuestro a lo Esteso y Pajares que propicia tu apellido pintiparado para el estrellato carnal. Alcaldesa que no concejala, pues elevo de grado tu dignidad consistorial al más alto rango… y espera, no sea que te corone emperatriz.


PS.- Leo en el prefacio de los imperecederos Sonetos para Helena de Surgères que, en opinión del Cardenal Du Perron, la bella que enamora a Pierre de Ronsard no lo era tanto, por no decir que no valía un pimiento. Ese no es el caso de nuestra Olvido, que de llamarse Helena habría causado la destrucción de Troya y de toda Asia menor.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Resaca de un aquelarre: las cifras


Un millón de chinos jugaban un partido de fútbol en el interior de una cabina telefónica...

En el minuto siete, más o menos, un sonoro Gooooool fue coreado por medio millón de estos futbolistas.

-Es que me dejáis solo, hijos de puta-exclamó indignado el portero batido.

martes, 11 de septiembre de 2012

Ecos de un aquelarre (y IV): un clásico



Señores, hijos y hermanos: hoy es el día que
se han de acordar del valor y gloriosas
 acciones que en todos tiempos ha ejecutado
 nuestra nación. No diga la malicia o la envidia
 que no somos dignas de ser catalanes y hijos
 legítimos de nuestros mayores. Por nosotros
 y por la nación española peleamos. Hoy es el
 día de morir o vencer. Y no será la primera
 vez que con gloria inmortal fuera poblada de
 nuevo esta ciudad defendiendo su rey, la fe
 de su religión y sus privilegios.

Rafael-de-Casanovaconseller en cap,
 patriota e icono del independentismo catalán,
 en su arenga a las tropas el día 11 de
 septiembre de 1.714.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Ecos de un aquelarre (III)



Un coronel retirado, o expulsado del Ejército, no sé, afirma que Cataluña tiene el derecho a decidir su futuro-lo que los catalanes quieran-y el resto del españoles la obligación de mirar al tendido. Cuentan los más viejos del lugar que Rafael Casanova, en aquellas jornadas de septiembre de 1714, huyó de Barcelona disfrazado de fraile, traicionando de esta forma al pueblo que peleaba por lo que consideraba la verdadera España. Casi tres siglos después, parece que Casanova y su traición reviven bajo la figura de esta especie de Monja Alférez de lengua afilada y nulos conocimientos de la historia patria.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Ecos de un aquelarre (II)


Afirma un coronel en la reserva que la independencia de Cataluña será por encima de su cadáver: bien está lo que no es más que una obviedad, especialmente para los militares que están en activo, no en vano y al menos en teoría, tal sacrificio está contemplado en la norma fundamental y otras leyes. Como era de esperar, tan contundente declaración ha levantado ampollas entre los nacionalistas catalanes, destinatarios de lo que ellos consideran una amenaza intolerable. Mas la realidad es prosaica en exceso y deja en mal lugar al coronel y a los ofendidos por su proclama: estos por querer la independencia por la cara y sin coste de sangre y aquel por ignorar que fue Pepe Bono quien retiró de la Academia de Suboficiales el lema a España servir hasta morir. Malos tiempos para la épica, notables para la retórica.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Ecos de un aquelarre (I)


Parece que ayuntamientos catalanes como los de Gerona y Figueras van a fletar trenes, y posiblemente autocares si el precio se acomoda a la crisis y a la subvención permanente, para que sus ciudadanos acudan a la manifestación por la independencia convocada para el 11 de septiembre en Barcelona. Los separatistas de Lérida, más privilegiados pese a una apariencia más tosca, podrán acudir al evento desde su flamante aeropuerto, metáfora a partes iguales de quiebra y nacionalismo, de fin de fiesta y estupidez. Se desconoce si la cosa dará para un bocadillo de...pantumaca.