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viernes, 24 de enero de 2020

El saber no ocupa lugar




Las figuras de sedición y rebelión son del siglo XIX, cuando se atacaba con tanques. Tanques en el siglo XIX. He ahí la sentencia del nuevo ministro de Justicia a modo de tarjeta de presentación. Nada igual se escuchaba desde que el batasuno Txomin Ziluaga dijo que había que solucionar el problema del aborto como fuese, puesto que cada año miles de mujeres abortaban en Euskadi en unas condiciones de salubridad tales que no sólo peligraba la vida de la madre sino también de la criatura. O más recientemente Pablo Iglesias haciéndose un lío con Newton y Einstein. Este gobierno puede hacer, y hará sin rubor, lo que le dé la gana con los golpistas catalanes, pero que no lo adornen con retórica. Por favor.

miércoles, 22 de enero de 2020

El Gran Padre




¿De quién son los hijos, incluidos los putativos? A simple vista parece claro que los hijos son de los padres, al menos mientras son menores de edad o no se han emancipado. Por emancipación se entiende la legal, obviamente, porque si pensamos en la material o económica está claro que los hijos, incluidos los putativos, siguen siendo de los padres hasta que tienen treinta años o más, que del caluroso hogar familiar no se va nadie tan fácilmente para ponerse a la intemperie de la tan soñada independencia.

Pero en realidad no es así. Para el gobierno de este frente popular redivivo los hijos no son de los padres. ¿De quién son, pues? No lo dicen, pero parece claro que las ministras voceras consideran que son del Estado. Tampoco es de extrañar, y no porque su ideología les haga  detestar la familia, sino porque es tan enorme y está tan sobredimensionado el Estado que es normal que tenga hijos. De hecho, la mayoría de los jóvenes, según las encuestas, aspiran a ser funcionarios. ¿Quién es tu padre, chaval? Pues el Estado, que me paga.

La polémica desatada por el pin parental de la región de Murcia, que no es otra cosa que fortalecer el derecho de los padres a controlar la educación escolar de sus hijos, no es más que el aperitivo de una guerra que será larga y dura. Lo que el gobierno pretende es que el pensamiento único se consolide antes de abandonar la escuela. Como si luego, alcanzada, o casi, la mayoría de edad no estuviesen las televisiones nacionales para rematar la faena continuando con el lavado de cerebro. Dicen que el Estado es un Gran Hermano. Y un Gran Padre. Y Madre, por supuesto.

viernes, 17 de enero de 2020

Una reparación




Hay días, pocos pero los hay, en los que uno se reconcilia con la justicia. El Tribunal Constitucional, y de manera unánime, le da un buen repaso al Supremo y le ordena dictar una nueva sentencia en el caso Blanquerna: el motivo no es otro que, en vía de recurso de casación, se agravaron las penas de los condenados sin haber sido escuchados, lo que constituye una clara violación de una doctrina ya un poco vieja del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que ha servido para dejar con el culo al aire a la justicia española en unas cuantas ocasiones. Sería deseable, si bien no ocurrirá, que el Supremo, en la nueva sentencia que debe dictar, explique por qué agravó las penas, acudiendo a la dichosa discriminación ideológica, sabiendo que ello era una barbaridad jurídica y procesal. Ello no es torpeza sino algo mucho peor.

Ya era sangrante que unos tipos fuesen condenados a tres y cuatro años de prisión por entrar en un acto, dar unas cuantas voces y un empujón y lanzar vivas a España. Sobre todo cuando tiempo después descubres que a un fulano le caen cinco años por matar a un hombre que luce unos tirantes con la rojigualda. Así que ahora, con esta sentencia, se ponen las cosas en su sitio y se hace un poquito de justicia. Este mismo criterio también puede servir para el caso de la Manada, pues un recurso de amparo en el mismo sentido debe ser resuelto a no mucho tardar. Veremos, sería lo deseable, si los máximos intérpretes de la Constitución tienen igual temple. Si no, siempre quedará Estrasburgo.

lunes, 13 de enero de 2020

La nueva política



Cada ministro nuevo trae en cascada un chorro de nombramientos de personal subordinado que servirá para desplegar toda la maldad que atesora un gobierno de progreso. Una tal Beatriz Gimeno, podemita de toda la vida, será la nueva directora del Instituto de la Mujer. Se agradece que no haya un Instituto del Hombre y que lo dirija esta señora, pues entre sus recomendaciones-que ahora serán imposiciones con forma de decreto-figura la de que los hombres sean penetrados analmente por las mujeres.  No obstante, la que se avecina no será indolora. Tomen nota. Vigilen su espalda.

miércoles, 8 de enero de 2020

Arreando




Como era de esperar, el Doctor Fraude ha salido elegido Presidente del Gobierno con los apoyos previstos. No vamos a extendernos en el peligro que atesora un ejecutivo apadrinado por comunistas y aupado por separatistas, que el personal disfrute lo votado en esta partitocracia y si pasa hambre, como en la mili, que reclame al maestro armero, o que se queje a esa tiparraca que afirma ufana importarle un comino la gobernabilidad de España.

Pero si conviene detenerse, porque no todo el desastre es imputable a este redivivo frente popular, en la vibrante intervención del diputado de Navarra Suma advirtiendo a Sánchez de que los navarros a los que su coalición representa no están dispuestos a ser entregados al nacionalismo vasco y  su soñada Euskal Herria. Vibrante intervención, se reitera, sin echar mano del nefasto Azaña y cargada de sentido común, pero también melancólica y hasta cierto punto equivocada: el destinatario de su discurso debería ser Mariano Rajoy, quien con mayoría absoluta, y habiéndolo prometido a los navarros en campaña electoral, no derogó la disposición transitoria cuarta de la Constitución, cerrando así  la posibilidad de que Navarra se incorpore al País Vasco.

He ahí el drama de esta España siempre abonada a la máxima de que el que venga detrás que arree. Pues ya han llegado algunos, y arrearán de verdad.

martes, 7 de enero de 2020

Qué papelón el nuestro




Entre los nuevos ministros comunistas que tendrá el Reino de España destaca especialmente Alberto Garzón, un tipo que mientras cocina, o eso parece, luce orgulloso una sudadera de la antigua República Democrática Alemana. Se podrá decir que un ministerio como el de Consumo, cuyas competencias están transferidas, si no todas, la mayor parte, a las comunidades autónomas es un ministerio de adorno, y quizá lo sea, pero no deja de tener su gracia que vaya a regir el consumo de los españoles un comunista convencido, un apóstol de ese paraíso donde tanto escasean bienes de primera necesidad. Como el papel higiénico. Ésa y no otra es la triste metáfora de un Régimen corrupto desde sus cimientos, obsceno desde su fundación: nos vamos a cagar y ya veremos si nos podremos limpiar. Hagan acopio.