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jueves, 29 de mayo de 2014

Yes, We can


Quién nos iba a decir que el lema socialdemócrata de Obama triunfaría en España de la mano del mediático Pablo Iglesias, autoproclamado heredero del 15-M que con poco presupuesto ha demostrado que se puede aglutinar a iguales partes el voto del descontento por la crisis y el de la nostalgia por el socialismo real. Como era previsible, y desde la antenas mediáticas del sistema, curiosamente las mismas que han patrocinado al profesor de la coleta en sus tertulias, se ponen sobre la mesa las similitudes entre la extrema derecha y la izquierda, el fascismo y el comunismo, tal vez por el triunfo de Le Pen en Francia o el éxito de las antorchas en Grecia. Vana retórica y ganas de enredar ante el fantasma del miedo.

En general, las posibles similitudes entre dos cosas son siempre una cuestión sometida al subjetivismo del cristal con que se miran, o al estado de ánimo, aunque para parecidos razonables el de los dos grandes partidos españoles, que se consuelan mutuamente ante unos malos resultados y se lanzan mensajes cariñosos a fin de hallar una fórmula que garantice la estabilidad de un sistema que, obviamente, es el suyo. Dicho esto, la única similitud que aprecio entre Podemos y el fascismo es ese tuteo tan falangista que Pablo Iglesias utiliza en las tertulias y que es el anticipo de cualquier revolución, si bien el chico, muy serio siempre, y a diferencia de lo que sostenía Paul Lafargue, no está dispuesto a divertirse al día siguiente de hacer su revolución, que era lo que predicaba José Antonio con aquello de buscar una España alegre y faldicorta. Aunque ya puestos, también podemos hallar una evocación del fascismo en una Soraya SS que nos asegura que, por fin, en España vuelve a amanecer.

martes, 27 de mayo de 2014

Imágenes de la Décima


Me he tomado un tiempo antes de dejar cuatro líneas sobre la Décima del Madrid, por falta de tiempo y porque es bueno dejar que el gozo se relaje cuando ha venido precedido de un sufrimiento innecesario. Dejo a un lado la crónica puramente deportiva, que ya ha sido escrita hasta la saciedad y que ya envuelve el pescado de ayer: ganó el club más laureado porque pese a jugar rematadamente mal la mayor parte del encuentro tuvo más fe en la victoria, y perdió el Atlético porque ignoró una máxima incuestionable, que si al Madrid no lo rematas, siempre se revuelve. El culebrón de Costa, una suerte de homeopatía esotérica fue un presagio de la derrota al estilo de aquellos gurús que escudriñaban vísceras, en este caso la placenta de yegua.

Quedan para la historia un par de imágenes que conviene recordar. Así, el salto de Ramos para forzar la prórroga quedó eclipsado por los saltitos de un Florentino que abandonó su compostura habitual para demostrar que gestiona mucho mejor sus negocios que el club de sus amores. El numerito indecente de Ronaldo, festejando un gol de penalty que añadía excesiva crueldad a la derrota del Atlético, no era más que una excusa para lucir unos músculos que recordaban a un Aznar que andaba por allí y que debía preguntarse-era jornada de reflexión-por qué puso en el cargo a un Rajoy que desde su asiento en el palco ejercía aquello que mejor domina y que más adecuado era para la ocasión, la neutralidad más pasmosa. Luego hubo unas elecciones que no carecen de interesantes lecturas, pero la baja participación del electorado demostró que poco ahí por encima del fútbol en un país que aprecia más el circo que el pan.

lunes, 26 de mayo de 2014

Odia el delito


Creo que la historia y sus imágenes son ya más que conocidas: el etarra De Juana ha sido cazado, es un decir, en Venezuela, que era donde todo el mundo sabía que estaba. Bueno, todo el mundo menos el gomierdo, que no ha movido un dedo para traerlo de vuelta a la Audiencia Nacional antes de que prescriban sus cuentas pendientes. Observamos en el fugitivo algo que ya vimos en el aparentemente arrepentido Valentín Lasarte de Nanclares, y no es otra cosa que el hacerse acompañar por mujer y niño en cochecito, lo que evidencia que la familia, institución que goza de buena salud, es toda una metáfora de la reinserción del delincuente, y que más rentable y tranquilo es cambiar pañales y limpiar mocos que echarse al monte en plan Cura Santa Cruz. Quizá lo más llamativo de las imágenes sea la barriga cervecera que luce De Juana, una curva de la felicidad que pronto veremos en  el redivivo Bolinaga, aquel terminal al que Rajoy, siempre abonado al más cómodo de los pancismos y como excusa inapelable para darle suelta, veía muy flaco.

jueves, 22 de mayo de 2014

Odia el racismo...



...y compadece al racista. Finiquitada la Liga, al menos en la élite, quedan algunos coletazos curiosos. Tras el plátano de Alves, arma de destrucción racista, llega como efecto colateral otro episodio de esta naturaleza: el FC Barcelona, siempre más que un club, despide a una empleada de su museo por hacer gestos racistas en un partido de fútbol. En este caso, las consecuencias van mucho más allá de lo puramente deportivo, no acceder jamás a ese campo, o penal, incitación al odio, pues entran de lleno en el ámbito laboral, sembrando unas dudas que deben ser, a mi juicio, resueltas en favor del trabajador: ¿es motivo de despido la actitud de esa señora? No lo parece y, caso de producirse, debería ser declarado improcedente, pues aunque el club tenga un código ético para sus empleados, no parece que se deba aplicar cuando éstos no desempeñan su trabajo. Pero es ésta una cuestión espinosa que ya resolverán las partes, o un tercero.

No parece, dado el progresismo que todo lo invade, que la sangre deba llegar al río: en la apuesta clara y socialdemócrata por compadecer al racista, parecen más eficaces las medidas educativas que las penales, administrativas o laborales. Lástima, porque hablando de museos, andan próximas las localidades de Llagostera, lugar de los hechos, y Bañolas, siendo en esta última era donde era exhibido el célebre Negro, un bosquimano embalsamado muy apreciado por todos sus paisanos y sobre el que no se lanzaban improperios de clase alguna y al que todo el pueblo identificaba como algo suyo. Sería, sin duda, una terapia adecuada para esa empleada del FC Barcelona aquejada de racismo, pero imposible de realizar porque el Negro, para satisfacer las demandas siempre insaciables de la corrección política, hace ya años que fue repatriado.

martes, 20 de mayo de 2014

De la irresponsabilidad de jueces y magistrados


La noticia tiene su gracia: el Tribunal Constitucional tarda cinco años en reprobar a un juez que se demoró dos años en dictar sentencia. Aparta que me tiznas, dijo la sartén al cazo. No es la lentitud insoportable el principal problema de la Justicia, eso se puede combatir con paciencia, sino la irresponsabilidad de aquellos que deben impartirla, sujetos por encima del bien y del mal que dejan El Proceso de Kafka a la altura de un cuento infantil. De la misma forma que en los sótanos de la Complutense duermen dos centenares largos de cadáveres que habían sido donados a la ciencia, en las dependencias del Tribunal Constitucional se amontonan los expedientes de aquellos que acuden a esa instancia en busca de, grotesco término, ¡amparo! Y si bien el viejo papel no despide el hedor de los muertos, no estaría de más, seguridad e higiene obligan, que el personal adscrito al citado Tribunal recibiese mascarillas para manejar esos legajos antes de ponerlos ante las narices de sus señorías. Aunque, de lege ferenda, lo aconsejable sería una buena fumigación como paso previo al cierre definitivo de una institución demasiado cara y muy poco eficaz. Inmoral, casi.

domingo, 18 de mayo de 2014

Regula, que algo queda


A raíz del asesinato de la Presidenta de la Diputación de León, el Ministerio del Interior ha decidido emprender una particular guerra contra Twitter, cuando uno pensaba que la consecuencia inmediata del crimen sería que la policía buscaría esclarecer perfectamente el móvil del crimen. El motivo de la cruzada no es otro que los mensajes injuriosos, incluyendo el gozo por su triste final, que contra la víctima y su partido se lanzaron en esa red social nada más conocerse la noticia: nada nuevo bajo el sol del guerracivilismo. El problema es que no es delito alegrarse por la muerte de alguien, tampoco desearla con ahínco; es una bajeza, tal vez una inmoralidad, sin duda, pero la estupidez del ser humano no tiene cabida, de momento, en el Código Penal. Hay que conformarse, y no deja de tener su punto de satisfacción, con ser un misántropo sin remedio.

Lógicamente, y no podía ser de otra manera, que el gobierno quiera entrar a saco para castigar estas conductas-ahí está la incitación al odio como cajón de sastre-cuenta con el beneplácito de los medios afines y tertulianos paniguados, que ven en las redes un atentado contra el monopolio de la información que tanta gloria les ha dado. Doble moral en algunos, como Paquito Marhuenda, imputado por divulgar en su diario fotografías de jueces que habían sido obtenidas de manera poco ortodoxa. Curiosamente, el Cuerpo Nacional de Policía, a través de su cuenta oficial en Twitter, aconseja mirar para otro lado y bloquear a los usuarios indeseables, lo que no deja de ser una colleja amable-bastante trabajo tenemos con los delitos ya tipificados-al ministro del ramo y su ciclotimia. Al margen de que ya existen bastantes condenas cuando el exabrupto ha merecido reproche penal. ¿Y el celo para que se cumplan leyes y resoluciones judiciales en toda España? Ni está ni se le espera.

Pero se quiere llegar más lejos y regular las redes como se regula casi todo en una socialdemocracia tan moderna como omnívora, incluso no es descartable que de rebote aparezca Hacienda e implante una nueva mordida por participar en el jolgorio de Internet: un perfil, una tasa. Enorme contradicción la de un gobierno que, con la excusa de aligerar la Justicia, grava el acceso a la misma por el espíritu demasiado litigioso de los españoles y que ahora pretende inundar los juzgados con causas penales de esta extravagante naturaleza. Todo, en el fondo, muy en sintonía con Ana Mato y su deseo irrefrenable de meternos en la cama a las diez de la noche: a madrugar, pues, que hay que levantar España.

jueves, 15 de mayo de 2014

De la crispación



Adiós a una hipotética tercera vía que nos pudiese salvar del cataclismo, o cómo la crispación vuelve a imponerse sobre la posibilidad de pacto  y corta de raíz la posibilidad de reconducir una situación cada vez más envenenada: aparece serrada una de las tres ramas del mítico Pi de les Tres Branques, icono del nacionalismo catalán que representan la unión de los tres territorios-Cataluña, Baleares y Valencia-que conforman esa entelequia llamada Països Catalans. No quiere uno aventurar hipótesis antes de conocer el dictamen de expertos, pero tal vez la amputación no sea otra cosa que un fenómeno natural, un viento huracanado, toda una metáfora que bien podría reflejar la reciente desafección del cantautor Raimon-Valencia se apea del proyecto-por la causa nacionalista. Aunque según el alcalde de la localidad donde se ubica el pino, un tipo que conoce el paisanaje, estamos ante una simple gamberrada desprovista de cualquier connotación política, la misma valoración que en su día se otorgó a la hostia recibida por Pere Navarro y que ahora confirma su autora. Puro localismo. 

martes, 13 de mayo de 2014

Los secretos



Leo en la prensa local, algo que sólo hago cuando entro en un bar y tomo mi consumición, que el Ministerio de Defensa  va a revelar hasta ¡diez mil! secretos del franquismo: muchos me parecen si tenemos en cuenta la tranquilidad de la que gozó el Régimen durante cuatro décadas y lo previsible de la mayoría de sus decisiones importantes. No obstante, y anticipándome a lo que pueda publicar el ministro del ramo a través de su servicio secreto, lanzo aquí los tres mejores secretos de aquella época:

1) Máxima indiscutible para un Jefe de Estado: haga como yo y no se meta en política.

2) La solución de los problemas de un país se basa en dividir éstos en dos pilas de expedientes: problemas que el tiempo resolverá y problemas que el tiempo ya ha resuelto.

3) Para desactivar a los nacionalistas, hay que tratarlos como lo que verdaderamente son: los más españoles de todos.

Todo lo demás, ganas de enredar.

domingo, 11 de mayo de 2014

Impopulares


El presidente del PP de Barcelona, notario de profesión, ha dimitido de su cargo tras una crisis en la formación que venía de largo, aunque algunas fuentes hablan de un cese ordenado por la presidenta del PPCatalà. El motivo es la pertenencia del notario Antoni Bosch a la Asociación Ibérica para la Democracia y el buen Gobierno (AIDEBU). No parece, si atendemos a la denominación, que la pertenencia  a la citada asociación represente una inmoralidad tal que provoque el abandono de Bosch. Pero si acudimos al espíritu y fines de la asociación descubrimos que sus miembros pretenden, entre otras cosas, una reforma en profundidad de la Administración, con propuestas tan novedosas, y aquí viene el meollo del asunto, como la modificación del sistema electoral, de tal forma que cada ciudadano pueda ejercer un determinado número de votos en función de su valía profesional y académica, lo que de hecho supondría enterrar el dogma de un hombre, un voto. Adiós al sufragio universal que tanta gloria nos ha dado y que tanto sufrimiento costó alcanzar.

Visto que Bosch y sus gentes extravagantes proponen una vuelta a la aristocracia, que en el mundo clásico era aquella forma de gobierno que ejercían los mejores, a la hora de valorar el cierre de esta crisis pepera hay que inclinarse más por el cese que por la dimisión del susodicho, y no sólo por la impopularidad de sus propuestas regeneracionistas-recordemos que el previsible Rajoy no quiere acometer ni el cierre de las diputaciones-sino porque en un gobierno de los mejores difícilmente podría estar alguien como la señora Camacho, adalid de un partido que, desechados y triturados liberales y conservadores como elementos discordantes en el funcionamiento a la búlgara, abrazó hace tiempo la más caótica socialdemocracia y acuñó un lema que impregna todos sus actos: un hombre, muchos impuestos. Doy fe.

jueves, 8 de mayo de 2014

Del fascismo



Cospedal, un talento sólo comparable a González Pons y Floriano, dice que los ataques a políticos, especialmente aquellos dirigidos contra las sedes del PPCatalà, son fascismo. Fascistas decía Rosa Díez que era aquellos otros que reventaban sus actos en Barcelona, pero ella se va de la mano del Presidente del Congreso a presentar un libro de un diputado de ERC que glosa la independencia de Cataluña en plan amistoso, nada fascista, con España. Quede ahí la amistad, en presentar una obra del mismo individuo que de manera tácita y desde las mejores tribunas te manda a sus jóvenes airados a reventar tus actos políticos mientras te llaman fascista y españolaza. Cuando Zapatero se sacó de la manga su legislación sobre la memoria histórica estaba ajustando cuentas de manera retrospectiva con el fascismo, echándolo a una de esas cunetas tan españolas y guerracivilistas sin necesidad de mayor liturgia y previa identificación y recuperación de los buenos muertos que en ellas morasen. Pero años después parece que el fascismo sigue más vivo que nunca y liándola parda, con unos y otros viendo fascistas por doquier y la policía, eso dicen, a su busca y captura. Y uno, en su ingenuidad, creyendo que los últimos elementos del fascio eran aquellos tipos que entraron en la librería Blanquerna al grito de Viva España.

martes, 6 de mayo de 2014

Hacia una nueva fiscalidad


Parece ser que los expertos que asesoran al gobierno en una eventual reforma fiscal aconsejan gravar la vivienda habitual, propuesta que por parte del Ejecutivo, y dada su impopularidad, se guarda en un cajón para una nueva y  más tranquila legislatura. De llevarse a cabo el despropósito, se generarían situaciones curiosas: si la vivienda ya está gravada con una hipoteca, lo más habitual, nos encontraríamos con una fiscalidad sobre un bien que ya está más que devaluado, incluso en algún caso, una vez descontando el capital pendiente sobre el precio de mercado, con un saldo negativo para el propietario. Por no hablar de que sobre ese inmueble ya lanzan su dentellada anual los ayuntamientos con el impuesto correspondiente. Sería algo tan surrealista como exigir el impuesto sobre la renta a una persona que no ha trabado pero que-¡ojo!-podría haberlo hecho, bien por no haber podido, bien por no haber querido. O reclamar el impuesto de sociedades a quien no ha montado una empresa en su vida pero tenía, y sigue teniendo,la capacidad de obrar suficiente para ello. A este paso, no sólo se recuperará el impuesto de sucesiones sino que llegado a una cierta edad el hipotético causante se le tendrá por muerto a fin de que sus deudos tributen como si ya hubiesen heredado. ¿Y si se elimina la deducción por vivienda con carácter retroactivo? Pues a devolver las deducciones de todos esos años con los correspondientes intereses.

Todo muy kafkiano, sin duda. Como aquella propuesta, que por ahí ronda, de que los parados trabajen sin cobrar, pero con esta nueva fiscalidad se cerraría el debate sobre la famosa Curva de Laffer: existiendo siempre un hecho imponible por la santa voluntad del recaudador y con independencia de su realidad objetiva, los ingresos, aún con tipos impositivos altos, siempre estarían garantizados. 

viernes, 2 de mayo de 2014

Odia el plátano...



...y compadece al platanero. A falta de brotes verdes, entelequia que solo aprecia Paquito Marhuenda porque le va en el sueldo, el gomierdo de la nación ha decidido declarar la guerra al racismo, mal endémico desde la época de los Reyes Católicos y auténtica preocupación del pueblo. El plátano, antaño metáfora del nabo erótico, ha pasado a a ser arma de destrucción masiva y racista, fomentando el odio y la discriminación, de ahí que las fuerzas de seguridad del Estado, a falta de otros frentes a los que atender más allá  de la pornografía infantil, pongan todo su empeño en buscar y trincar a un fulano que tira un plátano a un multimillonario futbolero.

Fue el exceso de afán litigioso en los españoles la razón que llevó a Gallardón a perpetrar una ley, la de tasas judiciales, que bajo el pretexto de reducir expedientes sólo buscaba, entre otras cosas inconfesables, dejar a los jueces con más tiempo libre para dedicarse a su verdadera vocación, la política, y si bien el ámbito penal está exento, de momento, de esa mordida socialdemócrata, no es de recibo que un ciudadano sea puesto a disposición de un ropón por tirar un plátano desde la grada cuando el propio Fiscal General del Estado reconoce su propia incapacidad para perseguir tanta corrupción. Salvo que tan alto prócer sea el último mono, claro.