El gobierno del camarada Sánchez
ha decidido cepillarse la acción popular, esa forma de perseguir el delito que
tienen los ciudadanos cuando más o menos y de manera ordenada se personan en un
causa en la que generalmente los imputados son políticos o asimilados con la
finalidad de evitar que esos delitos queden impunes. El camarada Bolaños tira
de eufemismo y sólo pide reformar-no habla de erradicar-esta figura para que
deje de ser una feria de ultras, algo lógico si tenemos en cuenta que este
gobierno pretende que la instrucción de las causas penales pase de los jueces a
los fiscales. Y de quién depende la fiscalía, se preguntaba de manera retórica
el camarada Sánchez en una entrevista televisiva. Pues del gobierno. Poco a
poco y con paso firme se viene una distopía que haría las delicias de Kafka.
Pero aquí sólo contamos con tertulianos y juntaletras que nos dicen que Sánchez
está acabado. Que al menos no falte el optimismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario