Don´t fuck the police

 

Dos veteranos agentes, uno de la Guardia Civil y otro del Cuerpo Nacional de Policía, han publicado un libro con un título expresivo, Don´t fuck the police. De manera contundente y sin paños calientes ponen al descubierto las muchas carencias del sistema policial español, una maquinaria anclada en el pasado que no puede responder a los problemas que plantean las nuevas formas de delincuencia y crimen organizado. Un modelo que no protege al ciudadano sino al poder, con altos mandos que sólo buscan complacer al ministro de turno-medallas y condecoraciones como premio-y que expedientan a los agentes que ponen el dedo en la llaga cuando denuncian, por ejemplo, la indiscutible relación entre inmigración ilegal y delincuencia. Mención especial se lleva, cómo no, la infame ciudad de Barcelona, paraíso de todos aquellos que de una forma u otra violentan la ley.

Como muestra, un botón: un día cualquiera, un lunes, los agentes son obligados a recibir un curso de igualdad en el que se habla del empoderamiento-palabra de moda-femenino; luego, un martes, esos mismos agentes reciben clases de trato con colectivos extranjeros en las que se les indica que cuando necesiten algo de una mujer musulmana, se dirijan a su marido o a su acompañante masculino. O sea, progresismo hasta cierto punto, que son sus costumbres y hay que respetarlas.

Lo dicho, un estudio exhaustivo que no tiene desperdicio. Como dicen los autores…¿Ahora te echas las manos a la cabeza y te preguntas dónde está la policía? La policía está donde tú la has puesto cada vez que ibas a votar en unas elecciones.

Remake

 

Decíamos ayer que la ministra Montero estaba teniendo un mal perder con la nefasta ley del sólo sí es sí-pero y si sí-y lo ha vuelto a demostrar en el congreso de los diputados, que según ella es la sede de la soberanía popular, cuando en verdad es la sede-artículo 1 de la Constitución-de la soberanía nacional: el matiz es importante, no es baladí ni tampoco un debate entre leguleyos constitucionalistas, que ya sabemos el concepto de pueblo que tiene esta tropa de parias de la tierra.

El caso es que una diputada de VOX afeó a la ministra sus desprecio por los jueces, profesionales que habían dedicado muchos años para aprobar una dura oposición, añadiendo que el único mérito de Montero era haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias. Ardió Troya: la fina piel de la ministra-quién no recuerda aquello del jarabe democrático de los de abajo-no encajó bien la acusación y muy airada, y señalando a los diputados de VOX, aseguró que ella y sus huestes iban a parar los pies a esa banda de fascistas.

La ira y las advertencias de Montero tienen mucho de remake: imposible no recordar cuando en esa misma sede de la soberanía nacional, no popular, otro Pablo Iglesias amenazó a Maura con el atentado personal, evento que, casualidades, se produjo poco después. Parece que la ministra Montero-si bien no llega tan lejos, al menos de forma expresa-también ha estudiado en profundidad a este otro Pablo Iglesias.

Democratizar

 

Decíamos ayer, a cuenta de la trifulca sobre la ley del sólo sí es sí-pero y si sí-, que los promotores del artefacto no digerían bien las rebajas de penas a los agresores sexuales como consecuencia de la aplicación de un principio básico del Derecho Penal, la retroactividad favorable al reo. Por ello exigían que los jueces, antes de ejercer como tales, se doctorasen en perspectiva de género. Ahora una señora, portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid va un paso más allá y exige que se democratice el acceso a la carrera judicial. Ahí es nada.

Es agotador explicarlo, pero conveniente cuando se trata de debatir con ignaros: pocas cosas hay más democráticas que el acceso a la carrera judicial, una competición basada en la capacidad, el estudio y el sacrificio personal. Entran los mejores de la oposición, que luego sean malos o buenos es cuestión que no afecta al método de selección. Esto es difícil de entender para todas estas señoritas que no han trabajo fuera  de la política y que no han tenido que competir contra nadie. Claro, que no es difícil averiguar qué entiende esta tropa por democratizar: que los jueces, al estilo de aquellas democracias populares, sean elegidos por el pueblo. Qué viejo todo.

 

De zurupetos, imbéciles y prevaricadores

 

Ya se advirtió en su día que la ley del sólo sí es sí-uno se acuerda de José Mota con el pero y si sí-generaría una revisión de condenas en delitos contra la libertad sexual. Lógicamente, por aquello de la retroactividad favorable al reo, la revisión se traduciría en una rebaja de penas, algo que ya se ha producido y que generado la esperada rabieta de las promotoras del engendro legal. La culpa es de los jueces, cómo no, que no tienen perspectiva de género para impedir que  violadores y pederastas salga de prisión anticipadamente.

Que esta incitación a la prevaricación la lance la ministra cajera o el zurupeto Pachi López-ambos son imbéciles y además lo parecen, según la máxima de Quevedo- puede tener un pase pero que lo afirme una señora que es juez de carrera, y que lleva años mendigando entrar en el CGPJ, viene a demostrar el estado de podredumbre que rige la política española y que se percibe en todos los órdenes de la vida. Ahora pretenden, a marchas forzadas, sacar otro artefacto legislativo que arregle lo que ya no tiene solución. De ahí que por mucho que se queje el frutero de la esquina o la charo tertuliana, es mejor no renovar el órgano de gobierno de los jueces para impedir que entren ahí aquellos que sólo pretenden prostituir la ley en beneficio de su perversa ideología, la de zurupetos, imbéciles y prevaricadores.

La Aerotransportada.

 

Como España arde con virulencia tras las cochinadas leguleyas-primero con la sedición y después con la malversación-del camarada Sánchez a favor de los separatistas catalanes, el líder del Partido Popular, que se empieza a ser conocido, es obvio, como Feijoy, ha mandado un mensaje de tranquilidad a la nación española: estaremos a la altura en defensa de un gran país. Así, tal cual, como si estuviésemos frente a la célebre 101.ª División Aerotransportada (Airborne) antes de lanzarse sobre Normandía y decantar la guerra mundial en favor de los aliados.

Ya ha adelantado Feijoy que no apoyará una moción de censura contra el camarada Sánchez porque lo suyo es una apuesta por la concordia, la centralidad y la moderación. Ahí es nada: Cuqui Gamarra-el gallego no es diputado- pidiendo explicaciones al presidente del desgobierno tras aterrizar en paracaídas sobre la Carrera de San Jerónimo. O el mismo Feijoy, dejándose caer una y otra vez-generalmente sin paracaídas-por Barcelona en eventos patrocinados por el Conde de Godó para intentar convencer a los nacionalistas moderados, que sólo él conoce, de las bondades de la centralidad y la moderación y la pervivencia del Régimen. Que no decaiga.

Como el primer comandante de la 101.ª, el líder popular promete a sus paracaidistas que su partido no tiene historia, pero sí una cita con el destino. Contigo estoy, Feijoy.   

Desórdenes públicos agravados

 

En su afán por contentar a los separatistas para mantenerse en el poder el camarada Sánchez va a  modificar el delito de sedición para, según dice el interesado y es rotundamente falso, armonizar ese tipo penal con la legislación europea. Desórdenes públicos agravados se denominará a partir de ahora esa acción consistente en tumbar el orden constitucional, rebajando la pena a un máximo de cinco años de prisión. Estupefaciente, y nunca mejor dicho, pues el tráfico de drogas, si la mercancía pesa un poco, tiene más pena.

O sea, que el fugado Fuigdemont podrá regresar pronto a su pueblo de Tractòria y el tuerto Junqueras podrá optar a ser presidente de Cataluña por aquello de la retroactividad favorable al reo. En realidad, este sainete, que principió con la sentencia del ropón Marchena y sus mariachis, tiene mucho de justicia poética: es reírse de un orden, el del Régimen del 78, que está más que quebrado y que ya sólo sirve para que todos los implicados, a derecha, centro e izquierda, y por mucho que ahora pongan el grito en el cielo, sigan disfrutando de sus prebendas mientras el pueblo sumiso sigue preguntándose cómo luchar contra el alza de las hipotecas y el precio de la luz.

Lo más grotesco es cómo el camarada Sánchez soslaya la falta de propósito de enmienda de los sediciosos, quienes siempre han mantenido que lo volverán a intentar. Así que el tuerto y el fugado ya están comprando las urnas de plástico para la próxima intentona. Será por dinero…

Pleitos tengas...

 

A Pablo Casado le ha salido un juicio, que es lo mismo que si te sale un orzuelo o un hijo tonto: un mal negocio. Un ropón de Barcelona, será que no hay mucho trabajo con la delincuencia de la alegre muchachada que viene a pagar pensiones, abre diligencias contra el que fuera líder del PP por los presuntos delitos de injurias, calumnias  e incitación al odio o discriminación. El motivo no es otro que unas declaraciones de Casado en las que dijo que los maestros catalanes tenían prohibido  autorizar a los alumnos ir al baño si lo pedían en castellano, así como que esos mismos docentes señalaban en clase a los hijos de policías nacionales y guardias civiles.

No entraremos a valorar las facultades que tiene un juez de instrucción para mandar a la papelera, sin mayor trámite, aquellas peticiones que no tienen ni pies ni cabeza, eso lo saben los que se mueven por el foro, pero la cosa tiene su gracia si uno tira de hemeroteca y recuerda aquellas otras declaraciones de Casado donde cuestionaba las cargas policiales por el plebiscito del 1 de octubre. No deja de ser este sainete como la fábula de la rana y el escorpión, es la naturaleza de los separatistas,  tome nota Feijóo, pero sobre todo es el mejor ejemplo de que por mucho que el frutero de la esquina o la charo tertuliana se pregunten cuándo se producirá la dichosa renovación del Consejo General del Poder Judicial, la justicia sigue funcionando como siempre: como el culo, Pablo, como el culo.

Suicidio ampliado

 

Una madre asesina a su hija de corta edad para impedir que el padre recupere la custodia sobre la menor. Hasta aquí tenemos un titular que describiría esos crímenes abyectos que por desgracia se dan cada vez con mayor frecuencia y que acaban siendo enjuiciados por un jurado popular: condena evidente y ya se verá si la asesina es considerada inimputable por cualquier clase de trastorno mental.

Pero el crimen es más abyecto si cabe porque los medios de comunicación se encuentran con un serio problema a la hora de tratar el asunto: el reo es mujer y madre, luego no podemos hablar de crimen machista. Es entonces cuando la maquinaria de lo políticamente correcto se pone en marcha y explica lo inexplicable: el sistema ha fallado, no lo supimos ver y no lo pudimos evitar. Un desastre sin paliativos: odia el delito y compadece al delincuente y entierra a la niña.

Pero la mejor explicación, o justificación, y para eso contamos con esos psiquiatra de guardia permanente en las tertulias, es que estamos ante un suicidio ampliado. Ahí es nada: la madre decide matar a la hija pero sin matarse ella. Entonces no es suicidio, se pregunta el vulgo impresionado por los hechos. Sí lo es, atiendan ustedes, porque la madre ya ha matado su propia alma, su espíritu, ya es y será siempre un muerto en vida. ¿Y el padre de la criatura? Qué más da: es un hombre que con su actitud llevó a la mujer a cometer el peor de los crímenes. En realidad el suicidio ampliado es el de  toda una sociedad enferma, pero eso no habrá jurado popular que lo declare.