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martes, 21 de octubre de 2014

De la banalización del mal


Varias asociaciones catalanas de corte nacionalista denunciaron la semana pasada decenas de mensajes de Twitter que comparan soberanismo catalán con nazismo. Los denunciantes acudieron a la Fiscalía de Barcelona, donde imagino que serían recibidos por el fiscal especial para los delitos de odio y discriminación, un hombre que, me consta, ha hecho de esta causa tan noble la razón de su existencia. Parece ser que los demandantes de este auxilio ya se reunieron con dicho fiscal hace unos meses y éste les indicó que para proceder con algo de éxito en estos menesteres se precisaban algunos requisitos, como que esas injurias que banalizan el nazismo fuesen acompañadas de amenazas, que no fuesen aisladas y que tuviesen cierta difusión. Meses después han formalizado la denuncia, luego se presume que esta vez han acudido con los requisitos cumplidos, o aquello que antaño se llamaba fumum boni iuris.

Estamos ante un tema recurrente, la banalización del nazismo, que no deja de ser la vieja banalización del mal que tanta literatura ha generado. De hecho, días atrás podía leerse que el último libro de Martin Amis tiene algunos problemas para editarse en más de un país. Toda esta beatería no deja de ser graciosa, pues tiene mucho que ver con la perversión del lenguaje: ¿hubiesen acudido los denunciantes a la fiscalía si la comparación hubiese sido con el fascismo? Probablemente no, de hecho son ellos mismos los que con frecuencia tildan de fascistas, fachas, a los que están en contra del proceso separatista. Por no hablar del uso, en general nada ofensivo, del término comunista, ignorándose el glorioso balance de muertos que presenta la ideología de Potemos. Pero ya se sabe, el nazismo es la quintaesencia del mal. Para evitarse problemas, y de paso poner más nerviosos a los soberanistas, es mejor hacer como Miguel Ángel Rodríguez y decir que lo que de verdad necesita Mas es un fusilamiento como su compadre Companys. Eso, tan lejos de conceptos peligrosos como el fomento del odio y la discriminación, tiene mucho amparo en la libertad de expresión y en la recreación, más o menos distendida y un poco banal, de la Historia. 

6 comentarios:

Aitor Mento dijo...

En Sabadell han denunciado a un tío por tener símbolos nazis colgados de las ventanas y balcón de su casa. Creo que hasta el ayuntamiento lo ha hecho.

Pero a los de las omnipresentes esteladas, que propugnan el odio a lo no catalán y a lo no nacionalista, nada.

Reinhard dijo...

Bueno, ahora la ANC marcará los comercios que son amigos. Igual ese fiscal antirracismo actúa sin que nadie se lo pida. Porque Dulce Torres no se lo va a ordenar. Admito apuestas.

Fuga dijo...

uy...

INFOLIBRE.es: Ruz imputa a Acebes por apropiación indebida en la compra de acciones de Libertad Digital con la ‘caja B’ del PP

Reinhard dijo...

Fuga, mañana Fede dedica el programa entero al tema, fijo.

La vieja guardia del PP está que se sale: los que mandan ahora, la Brigada Aranzadi que dice el melifluo Juliana, se frota las manos.

fuga dijo...

me temo que eso es ´solo la punta del iceberg de las tramas madrileñas...

Traveller dijo...


Y parecía tonto el Rajoy.

Al final no va a quedar ninguno de sus antiguos conmilitones para aprovechar el erial en que van a quedar convertidas, a su salida, las antiguas verdes praderas del PP.

Para mí o para nadie.