El pasado miércoles, y en su blog del mundo.es, Arcadi Espada bordaba una de esas columnas brillantes que alegran una mañana, aunque sea a cuenta del patético oasis catalán y alguna de sus momias ilustres. Dejando a un lado el estupor que causa saber por boca del Sr. Ramírez-adalid de la libertad-que los artículos de Salvador Sostres pasan tres filtros antes de publicarse, lo mejor de la pluma afilada de Espada era esto:
Por si fuera poco, Sánchez Camacho no sabía dónde poner la sonrisa, interesadísima, como es natural, en que el Partido Popular obtenga una sencilla mayoría y deba pactar con los nacionalistas, es decir, con ella.
Esta frase resume el drama del PP catalán y el perfil tan bajo con el que sus dirigentes gustan adornarse desde que algún genio decidió defenestrar al hombre que había levantado el partido en esa región. Pero esa y no otra es la imagen, la marca que por aquí venden los estómagos agradecidos Fernández y Camacho, la misma-tan blandengue-que exhibió Mariano en el falso debate y que para sus ingenuos y sufridos votantes catalanes se resume gráficamente con la célebre frase de Pío Cabanillas: cuerpo a tierra, que vienen los nuestros.
8 comentarios:
Hay que tener en cuenta que una vez que se instauró el sistema autonómico, lo corrompió todo. El nacionalismo y el caciquismo, que empezó en Pais Vasco y Cataluña, se extendió a todas las regiones y a todos los partidos.
La derecha sociológica vota en Cataluña mayormente a CIU como en el País Vasco vota al PNV. Ello provoca una distorsión que ha permitido medrar a partidos nacionalistas socialistas, a socialistas y a comunistas, que han usado su fuerza en pactos de gobierno.
España tiene un problema político de primera magnitud: las Autonomías. Son la base de lo que nos ha llevado casi a la ruina, controlando la mitad del sistema financiero, las Cajas, descapitalizadas. Y han generado una corrupción regional bestial.
El PP debería hacer una reconversión del Sistema Autonómico, pero ello supone eliminar miles de cargos políticos y no sé si el Partido asumiría ese coste.
El pecado capital que define al PP es la pereza, por eso no meterán mano a muchas cosas que deberían sufrir un buen revolcón, al margen de que centrarán su actuación en la economía.
Dicho esto, no hay excusas para su cobardía en los feudos nacionalistas, territorios que ha cedido gustosamente a cambio de...nada, aunque como todo puede empeorar, tampoco tendrían reparo en pactar, ya lo han hecho, con los separatistas.
Diagnosticado el problema: las autonomías. Terapia imposible: el PP, pues al cirujano le tiemblan las manos de lo lindo. Cortar por lo sano implicaría automutilarse.
El candidato del PP por Barcelona tira de espaldas y te quita las ganas, tampoco muchas, de votarles.
No nos caerá la suerte de pasar a ser un protectorado alemán, uno más de sus lander, previa extinción de los propios.
En fin...
Lo que en otro lugar, Sr. Tolerancio, podría significar esperanza, por estos pagos catatònicos constituye una venganza. Es lo que hay, posiblemente lo que se merece.
En cuanto a sus deseos de ser un protectorado alemán,difícil lo veo, pues el asco que comienza a sentir Alemania por todo lo que tenga que ver con este país es enorme.
es que la lógica centrífuga de las transferencias continuas (de la educación especialmente) es la semilla de la catástrofe, pues hace que siempre los nacionalistas jueguen con viento a favor.
saludos blogueros
El sistema autonómico no tiene futuro. Se trata de un sistema que absorbe ingentes cantidades de recursos al tiempo que noofrece los servicios que el ciudadano precisa.
Son agujeros inmensos donde los partidos colocan todo lo que pueden y que en un país sin tradición federalista cómo es el nuestro causa un desajuste de las cuentas públicas que no se compesa con la productividad.
Dicho en plata, tenemos demasiadas administraciones, funcionarios y políticos para pocos sostenedores (trabajadores) que además están más interesados en el trapicheo que seguir sosteniendo tanta porquería.
Un saludazo.
Los catalanes no nacionalistas están desamparados en Cataluña, Reinhard.
Nos debatimos entre la inyección letal nacionalista, o el pausado pero prolongado envenenamiento con cianuro de los que se creen llamados a heredar.
Negro panorama.
Yo diría, Herep, que junto al desamparo, la sensación es de orfandad, de estar en territorio comanche y preguntarse dónde coño están los nuestros.
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