
El hombre andaluz no es un hecho coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido (...) es, generalmente un hombre poco hecho, es un hombre que hace cientos de años pasa hambre y vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido un poco amplio de la comunidad. Si por la fuerza del número llegase a dominar, sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña.
Jordi Pujol i Soley, La inmigració, problema i esperança de Catalunya. Editorial Nova Terra, Barcelona, 1976.
Esta es una de las muchas joyas que adornan el magnífico libro de Javier Barraycoa, Historias ocultadas del nacionalismo catalán, de la editorial Libros Libres, un sabroso recorrido por el imaginario catalanista, un estudio del mito al servicio de la construcción de una nación virtual a través de multitud de historias y personajes. Leyendo la cita del tal Pujol, y ya ha llovido desde entonces, bien se descubren las fuentes de las que actualmente beben los Mas, Duran y compañía y mejor se aprecia cuál es problema, antes y ahora. ¿Y la esperanza?