En febrero de 1948, el líder comunista Klement Gottwald salió al balcón de un palacio barroco de Praga para dirigirse a cientos de miles de personas que llenaban la Plaza de la Ciudad Vieja. Aquél fue un momento crucial en la historia de Bohemia. Uno de esos instantes decisivos que ocurren una o dos veces por milenio.
Gottwald estaba rodeado por su camaradas y justo a su lado estaba Clementis. La nieve revoloteaba, hacía frío y Gottwald tenía la cabeza descubierta. Clementis, siempre tan atento, se quitó su gorro de pieles y se lo colocó en la cabeza a Gottwald.
El departamento de propaganda difundió en cientos de miles de ejemplares la fotografía del balcón desde el que Gottwald, con el gorro en la cabeza y los camaradas a su lado, habla a la nación. En ese balcón comenzó la historia de la Bohemia comunista. Hasta el último niño conocía aquella fotografía que aparecía en los carteles de propaganda, en los manuales escolares, y en los museos.
Cuatro años más tarde a Clementis lo acusaron de traición y lo colgaron. El departamento de propaganda lo borró inmediatamente de la historia y, por supuesto, de todas las fotografías. Desde entonces Gottwald está sólo en el balcón. En el sitio en el que estaba Clementis aparece sólo la pared vacía del palacio. Lo único que quedó de Clementis fue un gorro en la cabeza de Gottwald.
El libro de la risa y el olvido, Milan Kundera.
Adulteraciones de este tipo fueron habituales en los regímenes comunistas, con lo que el mito del socialismo real resultaba, y ya era complicado, más grotesco y estrafalario. Pero las manipulaciones, bajo el manto protector de la propaganda y en sistemas aparentemente democráticos, siguen alterando y falseando la realidad de los hechos con la misma desvergüenza, con similar descaro. Y nuestros falsarios...¿borrarán de un plumazo la historia sangrienta de ETA? En ello andan.
5 comentarios:
Eso que cuentas de la Plaza Vieja de Praga ha sido la tónica de los sistemas basados en el socialismo desde que Lenin les enseñó a hacerlo.
Nuestros sociatas, que ya ni son socialistas ni tienen ideología (Tratado de Ideas) alguna, siguen practicando los trucos que les enseñó Lenin en temas de tergiversaciones y propagandas. También le han copiado de maravilla los peneuveros.
El socialismo, que tanto comparte con el nazismo, ha logrado sobrevivir hasta ahora, donde seguimos viendo a indocumentados con las efigies del Che, con la estrella roja comunista, etc.
Europa tendría que estar vacunada, pero en lugar de ello, parece que ignora los males pasados y presentes que se cometen en beneficio de esa ideología totalitaria.
Y permitiendo que esa ideología no pague sus crímenes, y que no se afronte a nivel mundial una revisión de sus consecuencias pavorosas, lo que estamos haciendo es permitir que nos puedan hacer algún día como al tal Clementis: que nos borren de la historia como si no hubiéramos existido.
La izquierda,siempre reaccionaria, ha sabido sobrevivir a la caída del Muro, y lo ha hecho disfrazándose con los más variados ismos: progresismo, ecologismo, feminismo, multiculturalismo...
Y no cabe duda: falsificar la historia, adulterarla mediante un hábil manejo de la propaganda, es su gran especialidad. La gran masa aborregada e inculta nunca notará la diferencia.
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Por eso a un servidor le parece tan necesaria le reivindicación histórica de la figura de Paco. Ese hombre minuciosamente borrado sobre el que se vierte alguna que otra mentirijilla.
Por algo será. De momento, a mi me mosquea que en aquellos tiempos los hijos de los obreros y campesinos tenían acceso a una educación de calidad y ahora son víctimas de todos los experimentos progres de ingeniería social. Como el de la educación en idiomas basura, sólo para pobres que no pueden mandar a los hijos al Colegio Alemán.
Sí me mosquea tanta mentira, sí. Y que quiten todas las estatuas de alguien que, a su manera, tanto luchó contra el analfabetismo.
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La historia por mucho que saquen leyes de memoria histérica y toda la manipulación que puedan hacer jamas podrán cambiarla, para desgracia de los socialistos y sus camaradas.
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