Es bastante probable que sólo un tipo extravagante como Rafael Reig pueda escribir una novela en la que el fútbol-guerras, posguerras y Transiciones al margen-juegue un papel tan notable, y ello sin que el autor, según propia confesión, tenga mucha idea sobre este envenenado y sobrevalorado deporte. Pero su tarea de documentación al respecto es tan grande que se llega al convencimiento de estar ante un verdadero experto en la materia.
Una investigación policial va dando paso a diferentes tramas que se adentran en la historia reciente de un país en el que nada es lo que parece, aunque todo, o casi, está escrito en la vida de los personajes. En una alarde de imaginación y creatividad, como suele ser costumbre, Reig toma un poco de diferentes géneros: ciencia ficción e historia reciente, relato deportivo y novela negra, presente y pasado, sexo y religión, hostias consagradas previamente envasadas y con precinto de garantía y after hours de sectas imposibles de definir. Que la melancolía de los personajes en su periplo vital contagie al lector dependerá de su estado anímico y de la interpretación que quiera dar a los acontecimientos que se van sucediendo, o que ya han sucedido, porque la mirada retrospectiva es elemento esencial de la narración, como también destacan los juicios históricos y políticos que realiza el autor y con los que se puede comulgar o no, pero que no dejan de tener su gracia.
La novela, muy recomendable por su ritmo trepidante, ha sido galardonada con un premio importante, pero ya sabemos que eso, al menos en este país, no es garantía de nada. Lo mejor es leerla, disfrutarla, y si acaso, como reza el título, perdonar los defectos-pocos-que pueda tener.
1 comentario:
Tomo nota. Aunque tendrá que ponerse a la cola de otras tres.
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