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viernes, 4 de febrero de 2011

Ay, Caldera



Un inmigrante-ardor guerrero-intenta saltar la valla que separa Ceuta de Marruecos ¡¡para volver a su país!! Mientras, en una Cataluña que carece de liquidez y solvencia, un marroquí pretende quemarse a lo bonzo como medida de presión para recuperar uno de esos subsidios zapateriles que se financian con bonos basura. Dos estampas bien diferentes del desmadre patrio, del final de un sueño español que nunca fue tal, con el denominador común de la depresión, el aburrimiento y también, last but not least, la clarividencia más cruda, esa que no espera ya ninguna oleada de brotes verdes. Secuelas evidentes del efecto, o desafecto, Caldera.

4 comentarios:

Chippewa dijo...

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Cataluña posee todos los ingredientes, muchos más que Andalucía, para tener serios problemas con la inmigración musulmana en la siguiente generación.

El Islam es una cultura antigua, sólida, en expansión permanente y con mucha capacidad para fagocitar a republiquetas decadentes en crisis crónica y con problemas de identidad.

Están tardando mucho en quejarse por el olor del purin de las granjas de cerdos. Ahí tienen una buena disculpa para echar un pulso y ver la fuerza del enenmigo.

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Reinhard dijo...

La Cataluña actual, Don Chippewa, ofrece una estupenda imagen en Salt, provincia de Gerona,donde los musulmanes superan ya a los autóctonos, amén de que andan a hostias con la policía foral por un quítame allá esas pajas. El asunto porcino, como usted bien señala, no tardará en caer. Ya huele.

MGA dijo...

Pues si los moros expulsan a los cerdos, se les acabará el "fuet diferencial" a los catetolanes...

Anónimo dijo...

caldera....¿el que hacía bromas con lo del "comando dixán"?