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sábado, 15 de enero de 2011

Aromas




Es probable que la ley antitabaco mande al paro a mucha gente, quizá ya lo está haciendo, pero más difícil será que cambie los hábitos de los expañoles; en cualquier caso, y no es baladí, lo que sí está transformado la normativa y su escrupuloso cumplimiento es la percepción de los aromas: una mujer entra en un bar, donde antes olía a tabaco, y blasfema aquí huele a humanidad. No seré yo el que discuta la sensibilidad de una mujer en esta Expaña-ra, ra, ra- de la discriminación positiva.

2 comentarios:

Chippewa dijo...

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Pues ahí donde ven a Manolo, con ese careto, está hecho todo un hombre de negocios. Negocios que no van muy bien porque en algunas dictaduras es complicado que prospere la hostelería.

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Reinhard dijo...

Por aquí siempre ha sido difícil ser empresario, pero ahora, como cualquier lucha contra una dictadura, es toda una hazaña. algo heroico.

Seremos más sanos pero también más pobres.