Dijo ayer Margarita Robles en su
toma de posesión como ministra que sin Constitución no hay Estado de Derecho, y
tanta elocuencia-prometiendo sobre el texto sagrado-para mandar un aviso a los separatistas y sus ansias por echarse al monte, que permanecen inalterables tras la llegada de Torra.
El exceso verbal es más que evidente, pues parece que sin Constitución el único
estado posible sea el natural, o salvaje, muy lejos de cualquier forma organizada
y civilizada de relacionarse unos con otros, y ahí tenemos, relativamente cerca, a los británicos, unas gentes que sin
un cuerpo codificado pero con el principio sagrado del respeto a la ley y alguna que otra jurisprudencia se van apañando como pueden.
Pero Robles-que ha ejercido, ahí es nada, los
tres poderes por separado-es fanática agradecida de la Constitución y del consenso que la
alumbró, por eso ahora es ministra de una partitocracia que permite cambios de
gobierno sin que el pueblo vote al respecto, como si hicieron los británicos
con su portazo a Bruselas. La carta magna tiene el artículo 116, que regula
otros estados, como son los de alarma, excepción y sitio, pero el consenso del 78 quiso para Cataluña el
155, que nadie sabía muy bien qué era y que para nada ha servido: quizá por eso
lo aprobaron. Y es que el Estado de Derecho sólo procede de la ley y su
cumplimiento, lo demás es verborrea del otro Estado, el de partidos, en sus
siempre pomposas y gozosas tomas de posesión.
3 comentarios:
Como ya hemos comentado por aquí en repetidas ocasiones, lo nuestro tiene poco de democracia al menos en su sentido etimológico. Tenemos una partitocracia, con el agravante de que los partidos que la componen tampoco se atienen a criterios democráticos en su comportamiento y organización.
Con buena lógica y puesto que el sistema existente fue creado por ellos y sus reglas les favorecen, no tienen ni tendrán ningún interés en modificarlo. Cualquier cambio, solo es susceptible de producirse por métodos expeditivos vía pueblo o ejército, y esa posibilidad, hoy por hoy, ni existe ni se le espera.
O sea que, de momento, ajo... y agua....
Dos frases ingeniosas recogidas por blogs de por ahí. Vista la cantidad de nuevas ministras:
- Hemos pasado de una democracia a una "coñocracia".
- El nuevo Gobierno no es paritario, es de paritorio.
Bien matizada la boutade de la ministra.
El Estado de derecho ha existido mucho antes que el constitucionalismo. Es más, son los Estado de derecho occidentales los que con el tiempo darán a luz al constitucionalismo. Por lo demás, no queda claro, y esto es lo más grave del asunto español, que el constitucionalismo no sea precisamente la polla de castigo para follarse el Estado de derecho.
Así que en este tema el orden de los factores sí puede alterar el producto.
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