Por Tolerancio
Dame vox… del
latín vox, vocis… Eso ha pedido
Santiago Abascal en el acto celebrado este domingo en Barcelona, el más
numeroso, hasta la fecha, de su formación política. Vox, vocis, para
representar a ese 35%, punto arriba, punto abajo, de los encuestados del CIS
que se definen abiertamente contrarios al Estado de las Autonomías y/o
partidarios de un progresivo rescate competencial en favor del gobierno de la
nación, pero que no tienen a diputado alguno que les represente en la Carrera de
San Jerónimo.
Cuando era
joven, long time ago, me gustaba
pasear por el bosque, y si era preciso vivaqueaba o dormía en tienda de
campaña. Ahora necesito, qué menos que un cama y un hostalito, por sencillo que
sea. Calefacción, agua corriente y luz eléctrica… no pide uno grandes lujos.
Pues lo mismo, llegas a una edad en que ya no tiene caso engañarse a uno mismo
y a los demás, siquiera por un bienintencionado movimiento táctico. Y, una cosa
lleva a la otra, suspiras por ubicarte
donde más cómodo estés.
Quienes estamos politizados, aun detestando la política, aspiramos con la edad a dar con ese partido que defienda media docena de principios, de ideas elementales… y ninguna más, porque de lo contrario ya empieza el runrún de las discrepancias. Las cosas claras y que te dejen en paz con tu vida. Que no te mareen. Y esa es la virtud que adorna el mensaje de Ortega Smith y de Abascal. Fuera tapujos, medias tintas, matices de sesudo contertulio. Ellos lo dicen: se nos ve venir de un rato lejos. Nadie se sentirá engañado. Podrás no estar de acuerdo al cien por cien con nosotros, pero sabes lo que defendemos. Algo tan sencillo y transparente como infrecuente.
¿Derecho a
decidir? Sí… pero entre autonomías, con su gasto mastodóntico, o pensiones. O
una cosa o la otra porque los recursos son limitados. Los golpistas a prisión.
Plan Hidrológico Nacional, sí, porque es necesario y se dice alto y claro, una
sola vox y la misma en todas partes, sea en Murcia o Zaragoza. Nosotros siempre diremos “nosotros” que no ese “nosotros y nosotras” de tan cansina
moda… bendita sea la gramática. Que las “oenegés”, los sindicatos, las
patronales y otras entidades subvencionadas cubran sus gastos exclusivamente
con las cuotas de sus abonados. Qué
maravilla. Ah, y nada de “este país” o del “Estado español”. Siempre
España y españoles.
Cifra de
asistencia. Basta con hacer una elemental multiplicación. Una enorme sala
partida en dos: 45 filas de asientos en cada una… y en cada fila 15 sillas.
Aforo completo: 1.350. Más unas 150 personas de pie y, eso nos dicen, varias
docenas que no pueden acceder al recinto por razones de capacidad y seguridad.
Banderas nacionales, ambiente festivo, vivas y evohés diversos. Un público
ganado y entregado que aplaude lo mismo el tono vibrante de Ortega-Smith que el
más sosegado y cercano de Abascal.
Nostalgia por
las cosas sencillas y por el reencuentro. Algunos nos conocimos hace más de 30
años. El mundo rodó y rodó, cada uno siguió su camino y hete aquí que nos
encajamos las manos, de nuevo, en esa sala. A mi lado, Eulogio R. Tintoré,
Nito, disfruta como un niño. Clama Puigdemont
a prisión y Quim Torra a la mazmorra, y su divisa improvisada es jaleada de
buen humor por parte de los asistentes. Oh, sí, el tiempo pasa… roda món i torna a Camprodon…
No me cabe
duda: ese acto, el más numeroso de Vox desde su fundación, pronto será superado
por otros. No soy adivino, pero cualquiera lo ve. Paradojas de la vida, como en
su día sucedió con C’s, Barcelona también es la cuna y la pila bautismal de Vox.
Pronto asistiremos a su puesta de largo… y a no mucho tardar a su entrada en el
parlamento nacional. Se admiten apuestas… y advierto, sólo apuesto sobre
seguro.
3 comentarios:
Gracias mil por esta crónica, Tolerancio. Ya prometía la cosa y no defraudó. Me consta que por allí andaban viejos amigos y conocidos que andan a la búsqueda de algún partido que de verdad les represente. Creo que van por el buen camino.
Estupenda crónica Tolerancio.
agradecido a ustedes por sus amables palabras...
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