El presidente del Consejo General del Poder Judicial la ha liado parda al comparar la lengua catalana con el mandingo, o la lengua mandinga, lo que ha provocado que me acueste sabiendo una cosa más, porque hasta ahora mandingo sólo me sonaba a un conocido actor porno que parece la sota de bastos. Dejando a un lado que la afirmación de Dívar-una vez pedí traducción para una persona que hablaba mandingo-es una boutade que sólo puede extrañar a aquellos que desconocen el funcionamiento del foro, llama la atención la airada reacción de los diputados nacionalistas catalanes, que se fueron corriendo a esparcir su lamento por las redes sociales mientras el jefe de los ropones se disculpaba y decía que no huyesen, que en la intimidad leía a Salvador Espriu.
¿Habrían reaccionado de la misma forma los ofendidos diputados si la comparación hubiera sido con la lengua inglesa o alemana? Quia. En la construcción nacional catalana el multiculturalismo y la diversidad juegan un determinado papel, sin duda, pero hasta cierto punto, y una cosa es animar a un tipo de Gambia o Senegal para que se integre, baile sardanas y hable en catalán y otra soportar que la mal llamada lengua propia sea equiparada a otras que se hablan en lugares tercermundistas. No estuvo fino Dívar, pues ante la queja de las plañideras habituales sobre la escasa presencia del catalán en la justicia debería haber contestado que esa presencia siempre es mayor que la del castellano en las escuelas catalanas, pero ya sabemos que el Consejo es una gran pastelería. O una merienda de negros.
4 comentarios:
En un asunto así, no hay porque pedir perdón a los retrasados mentales tipo Tardá y cia.
Porque estos violan sistematicamente y diariamente los derechos de las personas; de los padres, niños, comerciantes.. de todos. ¿Piden perdon?.. no, encima desobedecen sentencias y pisotean con más saña a los que insisten en poder hablar español.
¿Y por citar al mandingo se enfadan?.. anda y a la mierda, cáscala por ahí, ¿se pican?, pues se jodan y se arrasquen.
Porque el mandingo, aunque no sea oficiosa en ninguna parte de España, habrá que decir es tan digna como el catalan o el euskera.
No sé cuantos millones de hablantes reune el mandingo... pero la comparación habría de ser acogida con los brazos abiertos por los nacionalistas, pues si en su imaginario el catalán es un pueblo oprimido, más lo ha sido el pueblo mandingo (Kunta Kinte) por los traficantes esclavistas, algunos de ellos paisanos míos catalanes.
Catalán y mandingo hermanados contra la opresión. Sucede que los nacionalistas catalanes, además de querer jugar a que Cataluña es un estado, la cosa les queda pequeña y adoptan el orgullo herido de una antigua potencia colonial.
Lo peor de todo, por descontado, la bobería acomplejada de Dívar... que ahora nos explicará, se le acumula el trabajo, que haciendo justicia con Garzón una vez, están dispuestos a compensar siendo dos veces injustos.
Sería interesante conocer el dinero público que se gasta el gobierno de la República del Mandingo en la promoción, proyección, normalización y obligación de dicha lengua vehicular.
Quizá nos llevaríamos muchas sorpresas.
Lo que nunca dirán los nacionalistas catalanes es que la presencia escasa del catalán en la justicia obedece a que profesionales del derecho que son catalanoparlantes prefieren utilizar el castellano como lengua de comunicación con los jueces en el ámbito de Cataluña. Esa, y no otra, es la cuestión.
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