Hace unos días, y como un escándalo más en un país a la deriva, se han conocido las elevadas retribuciones que percibe un sindicalista madrileño como consejero de una entidad financiera rescatada por el Estado. Un detalle más, nada sorprendente, que se añade a la pasión de Méndez por los relojes de serie limitada o los cruceros de Toxo, si bien estos periplos acuáticos no son de cuantía muy elevada y el hombre y su parienta posan con unos trajes más que discretos, cutres podríamos decir, y una mirada lánguida, como si arrastrasen ambos una culpa que ya no se cura ni viajando.
Ahora que estos funcionarios de la buena vida amenazan con movilizar a cuatro gatos, recuerdo la ironía de Jiménez Losantos al referirse a la ideología de personajes tan progresistas como acomodados: sólo los ricos pueden permitirse el lujo de ser de izquierdas. Consecuencia de ello, mutatis mutandi, es que sólo los trabajadores españoles-excluidos quedan autónomos y parados-pueden permitirse el lujo de ser representados-defendidos es ya un chiste viejo y macabro-por sujetos de esta naturaleza. Pero estas son las cosas del sindicalismo de clase...alta.
Ahora que estos funcionarios de la buena vida amenazan con movilizar a cuatro gatos, recuerdo la ironía de Jiménez Losantos al referirse a la ideología de personajes tan progresistas como acomodados: sólo los ricos pueden permitirse el lujo de ser de izquierdas. Consecuencia de ello, mutatis mutandi, es que sólo los trabajadores españoles-excluidos quedan autónomos y parados-pueden permitirse el lujo de ser representados-defendidos es ya un chiste viejo y macabro-por sujetos de esta naturaleza. Pero estas son las cosas del sindicalismo de clase...alta.
8 comentarios:
Aparte de los sueldos y prebendas, a uno le suena a esquizofrenico que un tipo por la mañana trabaje para la malvada banca, y a la tarde se disfrace de descamisao y luche contra el capitalismo opresor.
O engaña a unos, o engaña a otros, o seguramente, engañe a todos.
El sindicato capo di tutti capi es el de la transición. La explotación de un margen del río Hudson a las familias UGT y CCOO no debe engañarnos…toda la sociedad está parcelada y cada una de ellas debe responder a los requerimientos parasitarios de uno de los grupos ungidos de la familia. Cada grupo tiene su franquicia. El llamémosle ‘sindicato 78’ los protege y a su vez se protege. Los sindicatos hacen amago de revuelta y el gobierno amago de reformas. La situación de ruina exige algo de teatro. Y todos están en su papel.
Filfa para incautos.
'del río Hudson CEDIDO a las familias UGT y CCOO...'
Esa esquizofrenia forma parte indisoluble de la izquierda, y lo peor que es que al tipo que está en el paro o a duras penas llega a fin de mes no parece importarle mucho.
El pasteleo, Fuga, es brutal, y arranca de esa poco afortunada Transición: el gobierno apretará a los sindicatos, pero sólo hasta cierto punto. Este chiringuito se asienta sobre muchas patas y nadie quiere andarse con experimentos.
Pues este experimento, Reinhard, tiene las patas muy cortas. Dentro de poco, tropieza y se cae... y si no se está preparado, ya no se levanta más.
No lo veo tan claro, Herep; desde la Transición hay demasiados pactos ocultos, chanchullos que no trascienden, o aquello de entre bomberos no nos pisaremos la manguera. Véase, si no, el compadreo del PP con los nacionalistas en Cataluña. O que el gobierno no cierre definitivamente el grifo a los sindicatos. Yo a esto le veo poca solución.
¿Por qué iba Marianín a cerrar el grifo de la subvención a los sindicatos... cuando le abre la puerta a los nacionalistas catalanes, e incluso, eso parece, a ETA?
a lo sumo le quitarán alguna partida por aquí o por allá, pero todo pura cosmética... cambiar algo externamente para que todo siga igual.
Por cierto, que vigilen un poco el ácido úrico, que los excesos con el marisco se pagan, con la salud me refiero.
Tiene usted razón, Tolerancio: pura imagen, pequeños recortes para contentar a la plebe y a otra cosa.
Como bien dice el amigo Fuga, en España se ha instalado una suerte de peronismo de la que difícilmente se podrá escapar. Como esos toreros de calidad pero sin suerte que recorren plazas de tercera con un ganado infame, sólo nos queda la dignidad de poder, con suerte, dejar el detalle de un buen pase. O dicho con cristiana resignación: echar unas risas con estas miserias y tomarlo todo mucha filosofía.
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