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viernes, 10 de febrero de 2012

Hechos puntuales





La obscenidad que preside la justicia española no tiene límites, y si hasta ahora era conocida la falta de rigor profesional de aquellos que deben impartirla o simplemente, y no es baladí, promover su actuación, una nueva tacha, como el polvo del camino que ensució aquellas togas de Conde Pumpido, mancilla más si cabe tamaña desgracia nacional: el falseamiento vulgar y sectario de la historia. Se puede aceptar, con notable esfuerzo para no vomitar, que un fiscal se erija en defensor de un juez prevaricador, pero que ese funcionario afirme que Paracuellos fue un hecho puntual de saca de presos ofende a la inteligencia y escupe sobre la memoria de miles de víctimas. Que no se lleve a engaño el nuevo ministro del ramo: no es necesario el establecimiento de nuevas tasas sino la remoción de cafres de este calibre. 

5 comentarios:

Señor Ogro. dijo...

Tras la barbarie ahistórica del fiscal se esconde algo más sorprendente al menos en lo jurídico, y me refiero a meterse en unos fangos, que nada tenían que ver con la causa, que era la prevaricación Garzonita.

Reinhard dijo...

En sus dos juicios, Garzón ha tenido más defensa en el fiscal que en su propio abogado, pero esta banalización del asunto de Paracuellos es de una inmoralidad infinita a la que no se atreve ya ni la historiografía más izquierdista.

Fuga dijo...

….imaginad a los fiscales instruyendo.

Reinhard dijo...

Por aquí, en este país, Fuga, no es muy necesario imaginar: la realidad siempre supera a la ficción.

tolerancio dijo...

Miles de hechos puntuales...