Ahora que progres, nacionalistas y tertulianos imbéciles se lanzan por la pendiente de la euforia y nos venden la milonga del final del terrorismo etarra con estúpidas exhortaciones al perdón, la generosidad y el olvido, bueno es hincarle el diente a un libro que es justo lo contrario, una obra que constituye un ejercicio de memoria, de sincera y cerrada ovación para todos aquellos que, como bien decía hace poco uno de los popes del nacionalismo vasco, más han hecho por llevar a la banda criminal a una situación, la de la más absoluta derrota en el frente policial, que tanto molesta a recogenueces de diferente pelaje.
Estamos ante todo un thriller-impactante entre otros el episodio que narra la detención del sanguinario Kubati- que repasa dos décadas de la lucha antiterrorista desde el mítico cuartel de la Guardia Civil en Inchaurrondo, que explica con todo detalle las acciones más importantes en la desarticulación de comandos y que pone nombres y apellidos a decenas de víctimas-guardias y paisanos- que se fueron quedando en el camino. Obviamente, el autor es él y sus circunstancias, pues no hay que olvidar que estamos ante una autobiografía profesional, pero también es la piel de cientos de agentes anónimos a los que pone voz y rinde tributo, sin omitir a más de un confidente bien infiltrado en ese caldero siempre en ebullición.
Su posterior y muy discutible condena por las desapariciones de Lasa y Zabala, un ajuste de cuentas al que no fueron ajenos políticos y periodistas y que se resume en la parte final del libro, no puede ser un borrón para aquello que la obra tiene de homenaje, de historia dolorosa sobre la que todavía poco se ha escrito y que muchos pretenden enterrar bajo el polvo de las hemerotecas.
Su posterior y muy discutible condena por las desapariciones de Lasa y Zabala, un ajuste de cuentas al que no fueron ajenos políticos y periodistas y que se resume en la parte final del libro, no puede ser un borrón para aquello que la obra tiene de homenaje, de historia dolorosa sobre la que todavía poco se ha escrito y que muchos pretenden enterrar bajo el polvo de las hemerotecas.
15 comentarios:
La verdad que la milonga de eta no me la trago y viendo cómo andan las cosas sólo creo en la espada sobre las fasces y en el verde benemérito, único color al que temen todos esos que ahora se rien de la tonta sociedad española.
Galindo, ese gran hombre, quitado del medio justo por hacer lo que todos demandamos a excepción de los de siempre, los que todos sabemos, sus amiguitos del alma de caida sucialista.
Con Galindo se cumple aquella frase que se atribuye a Napoleón: quien sirve a un estado sirve a un ingrato.
"bruno otero deus"
"luis navajas", "informe navajas"
"gregorio posada zurrón (q.e.p.d.)"
mjkiuhbgtyuuuiujjnkjnkjkkjkjnkjnkjnjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnkjnjknkjnkjnkjnknkjnkjnkjnkjnkjnkjnknkjnkjnknkjnkjnkjn
"bruno otero y gal" yasni
"bruno otero+ gal"
sentencia del caso lasa y zabala
"carlos bueren roncero"
bruno otero y gal- info de la persona- búsqueda de personas
bruno otero deus- páginas blancas guía telefónica de madrid
yasni: BRUNO OTERO Y GAL
bruno otero deus, ferrol, a coruña
Kubati.....¿Liberado por la derogación de la "Doctrina Parot"?
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