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martes, 2 de febrero de 2016

Castas y bares



Tal que la mujer del César, con lo de ser y parecer, Pablo Iglesias no asume la máxima del decoro y se lanza por la pendiente de la obscenidad, aquella de la que no se ha movido desde los tiempos de esa otra cafetería. Tanto criticar a la casta y rodear el Congreso para acabar deglutiendo y alabando los precios de un  bar que pagan todos los españoles. De la facultad hasta aquí, siempre chapoteando en la putrefacción, nos topamos, más adecuada que nunca, con la célebre sentencia de Marx: la historia repetida como una farsa, la de la subvención.

3 comentarios:

Aitor Mento dijo...

Y resulta que después una alumna de la Complutense le ha hecho saber a Pablete, por el mismo Twitter, que el desayuno allí es como diez o veinte céntimos (no lo recuerdo bien) más barato que el del Congreso.

El episodio recuerda al del famoso café de ZP.

tolerancio dijo...


a mí me recuerda el anuncio aquel de "mi primera colonia...chispas"... cada día lo veo más claro, este tipo está hecho a la medida del paisanaje y de los tiempos presentes... leer otra cosa que no sean twiters provoca cefalea a un amplio espectro de la población... hasta aquí, entre otras cosas, nos trajeron las sucesivas reformas educativas... casi me sorprende que no saque mayoría absoluta.. en fin, serafín...

Harry dijo...

Un vídeo sobre los últimos acontecimientos políticos.