Avi, ja tenim cabra.
De esta forma, poco a poco y con mucho esfuerzo, se va construyendo una nación virtual: bien sea con dinero, caso de las consultas soberanistas, bien con imaginación, como la bucólica resurrección de animales que parecían irremediablemente perdidos, antes el burro y ahora la cabra, pero siempre con la insobornable voluntad de dejar el altar nacionalista tan atestado como esas tiendas de chinos que no cierran jamás. Lejos quedan aquellos tiempos en los que un estómago agradecido como Vázquez Montalbán se aferraba al FC Barcelona como ejército desarmado simbólico de una Cataluña siempre oprimida. Así, con un negocio-de eso se trata-tan diversificado, ya no se precisan intelectuales orgánicos que a golpe de columna periodística marquen el rumbo al rebaño.
4 comentarios:
La elección de los motivos zoológicos para encarnar a la tribu es muy atinada. El totemismo catalanista lo borda: el burro y la cabra, que incluye, como es lógico, al macho de la especie: el cabrón.
Entrañable ilustración de la dulce y simpatiquísima Heidi con la graciosa cabritilla.
Coñe, no se me olviden del pollo catalán de "pata blava" del Prat...
Otro elemento para la fauna autóctona: la gallina Alves.
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Detrás de todas estas paridas siempre hay gente que se lleva la pasta.
Alguien habrá hecho algún informe y lo habrá cobrado. Hasta que no se corten las fuentes de financiación de los nazionalistas esto no tiene arreglo.
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