No está muy claro, aquí y ahora, qué es la sociedad civil. Todo el mundo tiene una idea más o menos definida sobre qué es una sociedad mercantil, recreativa o gastronómica, incluso un niño aparcado en un colegio sabe, por ejemplo, qué son y qué buscan las organizaciones no gubernamentales La ciencia política nos enseña lo básico: que los ciudadanos se reúnen para tomar decisiones en la defensa de sus legítimos intereses ante un poder político que por naturaleza tiende a ignorarlos, buscando así una mínima respuesta-o equilibrio-frente a la cotidiana arbitrariedad que preside cualquier acción de gobierno, a la vez que se canalizan unas demandas elementales para presentarse ante aquel sujeto que siempre tiene la última palabra. El problema surge cuando esa sociedad civil, de existir, no es más que un apéndice del gobierno de turno que sirve precisamente para lo contrario, impidiendo cualquier cambio sustancial y mostrándose sin ningún rubor como un simple elemento folclórico en días festivos. En Catatònia, por ejemplo, la sociedad civil no es más que una calçotada con ropa de Gonzalo Comella.
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5 comentarios:
Felícisimo hallazgo terminológico: Catatònia. Me chifla. Es descriptivo, atinado. Insuperable.
Uno se descubre.
A los comensales les falta porrón al lado y gorrita frigia en la cocorota. En efecto, el nacionalismo y su tejido asociativo, tiene mucho que ver con la digestión, para los apesebrados plácida, para otros ulcerante.
Catatònia. En adelante, designaré de ese modo a mi amada regioncilla, con sus paisajes, sus graciosas ardillitas de cola anillada en sus frondosas arboledas y sus gentes seriecísimas y laboriosas...
¿Habré parido un neologismo? Ahhh, el nacionalismo, cuánto le debemos...cómo agudiza el ingenio.
Agradezco el elogio por venir de usted, tan hábil con la palabra.
El nacionalismo es una comida...muy pesada.
No sé si habrá para una calçotada, pero en la foto se aprecia un buen ramillete de cebollinos.
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Eso de Catatonia solía decirlo don MGA.
¿Don Reinhard, no será Vd. MGA?
Yo a Vd. le tengo por abogado de reconocido prestigio y don MGA trabaja en algo de seguros. No creo que sean la misma persona.
En la foto el que más gracia me hace es Durán y Lérida. Tiene una pinta de cura que tira de espaldas. Yo he visto docenas de curas con esa misma pinta, jesuítas peligrosísimos que te la podían meter hasta la empuñadura.
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Diría, Don Chippewa, que Don MGA, sin duda otra persona, decía y dice Catetonia.
En CiU hay mucho curilla, hombres muy religiosos que abandonaron una vida dedicada a Dios por otra dedicada al terruño. Gente peligrosa, pero qué le voy a contar a usted.
Alfaraz, si vendieran a pesos esos cebollinos, qué poco sacarían.
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