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martes, 9 de noviembre de 2010

Lecciones


La eternidad de Eta es un mito que alegra a los terroristas, en especial cuando va patrocinado por sus víctimas.

Desde su Mundo, Arcadi Espada, 8/11/2.010

4 comentarios:

Chippewa dijo...

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El terrorismo es una forma de violencia consustancial a los tiempos modernos, como el bandolerismo era lo normal en los tiempos en que había diligencias.

Es por ello que pretender acabar con el terrorismo es absurdo, cada tiempo tiene sus violencias. Al terrorismo hay que combatirlo y a los terroristas hay que darles hasta en el cielo de la boca, deben saber que no tienen esperanza.

Eso es lo que hay que hacer con ellos, luego si quieren acabar o seguir es problema suyo.

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Reinhard dijo...

Eso sería el cumplimiento de la ley; el problema vendrá, ya está aquí, con lo contrario, que la ley dejará paso al pasteleo más rastrero. De ahí que Fredo se reúna y amencebe con los ropones de la Audiencia Nacional y a las víctimas se les ningunee por doquier, empezando por nuestro querido Mariano y algún medio afín.

Lo que no tiene sentido-o si lo tiene, y está muy claro- es que se negocie algo parecido a una paz cuando uno de los bandos está vencido. Ahí sólo vale la rendición incondicional.

BORDE dijo...

Amigo Reinhard, esto es acojonante....este tipejo que llegó monatado en los trenes de Atocha ( con muchos, muchos moritos por medio...) se ha caracterizado desde que asumió el poder por una voluntad tozuda de cesión frente a ETA, frente al sultán, frente a los majaras bolivarianos...extraño, muy extraño.

Eso sí, frente a los católicos y la derecha, palo.

tolerancio dijo...

Más que cesiones, yo veo connivencia. Islam frente a catolicismo, indigenismo pre-colombino frente a Occidente, nacionalismo periférico y secesionista frente a españa, homosexualismo y feminismo obligatorios... todo eso está en el ADN de la izquierda española, que es anti-española (a diferencia de otras que no son contrarias a su hecho nacional, como la francesa, italiana o portuguesa, por ejemplo).

Cierto que es más evidente ahora con ZP que en años anteriores, pero tras la caída del Muro y otros avatares que han descolocado a la izquierda más ortodoxa, esas vaporosas milongas de una Nueva Humanidad, que ya aburre, inspirada en el discurso buenista y falsamente naïf de ese peñazo de Rousseau, copan el discurso de ZP y su díscola e indocta trouppe. Se apuntan a todo. Allí donde hay babas están ellos.