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martes, 25 de febrero de 2025

Alivio

 


Las elecciones en Alemania han dejado una sensación de alivio en el patio nacional, de ahí que todos en general anden con un cierto alborozo incontrolable. Los medios de comunicación, que soslayan el crecimiento de Alternativa por Alemania, porque se ha frenado lo que ellos consideraban la llegada del IV Reich. El gobierno del camarada Sánchez, despreciando el fiasco de sus homólogos alemanes, porque perciben que los resultados suponen un frenazo a esa extrema derecha europea que, de la mano de Trump y Putin, pone patas arriba el chiringuito de Bruselas. Y el PP de Feijoy porque el centro centrado alemán gana los comicios y, lo que es más importante, puede gobernar con una gran coalición, sueño húmedo de los populares que se puede traer a España y así marginar a VOX y salvar al PSOE.

Pero este alivio generalizado que se percibe en las élites extractivas europeas, las mismas que andan desnortadas tras el discurso de Vance en Múnich, recuerda mucho a la satisfacción desmesurada que se desató tras las últimas elecciones en Francia, donde un cordón sanitario arrinconó una vez más al proyecto político de Le Pen. Hasta que, de la mano de los votantes más jóvenes, llegue la definitiva.


jueves, 20 de febrero de 2025

Ardor guerrero

 


La propuesta de paz en la guerra de Ucrania que trae Trump ha desatado una especie de ardor guerrero entre nuestros liberalios, comandados por locutores y juntaletras muy apegados a la moderación y con apoyo de un Partido Popular que ya no sabe dónde meter baza para hacerse notar. Sostienen los de Feijoy que España debe mandar tropas a Ucrania, si bien, como dicen los británicos de ese extraño Brexit, en misión de paz. El gobierno del camarada Sánchez de momento no se pronuncia, con lo que hasta nueva orden se libra de hacer el ridículo.

Llama poderosamente la atención que ese ardor patrio surja a cuenta de un conflicto bien lejano, cuando nunca ha aparecido para exigir, por ejemplo, una mayor implicación de las fuerzas armadas españolas para plantar cara al siempre peligroso vecino del sur, al que, por el contrario, siempre se colma de atenciones de toda clase, empezando por las comerciales, por no hablar de una desastrosa política de extranjería que hace que nuestras fronteras sean un coladero insoportable.

Se podrá alegar, como hacen los promotores del disparate, que es ir al frente en misión de paz, pero las misiones de paz en las que ha participado España nos han regalado un buen reguero de muertos. Tendría gracia que jóvenes españoles muriesen en cualquier terruño de Ucrania mientras extranjeros sin papeles se alojan por cuenta del contribuyente en hoteles de lujo repartidos por la geografía nacional. Qué ideas las de estos liberalios.

 

lunes, 17 de febrero de 2025

Valores occidentales

 


El vicecanciller alemán, verde para más información y muy preocupado por la suerte del bandido Zelenski, dice en un debate en televisión que Trump está lanzando un ataque frontal contra los valores occidentales. Y cuáles son esos valores, se preguntará el personal, en un Occidente más que decadente. Pues ahí van unos cuantos: globalismo, fomento de la inmigración masiva y descontrolada, pensamiento woke,  ideología de género, patrocinio del cambio de sexo como si fuese una hazaña nunca vista, exaltación del cambio climático como una perversión generada por el hombre (y la mujer), criminalización del pensamiento disidente a través de los llamados delitos de odio, prohibición, al menos la tentativa, de aquellos partidos políticos que osen poner en duda la corrupción del sistema, manipulación de la educación y la enseñanza con la finalidad de formar idiotas desde la más tierna infancia…y, last but not least, tapones unidos a las botellas de plástico.

No está mal el elenco de valores, y más de uno habrá quedado en el tintero. A la vista de ello, sería deseable que ese ataque frontal de Trump fuese absolutamente devastador. Y rápido.

 

jueves, 13 de febrero de 2025

Picha

 


Coincidiendo con el juicio a Rubiales por un piquito, una jugadora de fútbol le toca las partes íntimas a una rival y, no teniendo bastante, le pregunta de manera capciosa si tiene picha. Era inevitable que tarde o temprano surgiera un episodio de esta naturaleza en esa entelequia que es el fútbol femenino. Mas ése es otro debate, el del balompié entre mujeres, al que por higiene mental no se debe dedicar ni un minuto.

Pero en esta historia, en los tiempos de zozobra que corren, llama la atención que la fiscalía, tan agresiva contra el que fuera presidente de la federación, no haya abierto de oficio unas diligencias por si los hechos fuesen merecedores de alguna clase de reproche penal. Claro, que la fiscalía igual sigue los criterios de una notoria feminista que, como no puede ser de otra manera, lo tiene todo claro al respecto: no es lo mismo que un hombre toque los genitales  de una mujer a que los toque una mujer a otra, puesto que en el tocamiento del hombre a la mujer siempre hay una violencia estructural que no se da entre las mujeres. O sea, el machismo y el heteropatriarcado de toda la vida que hasta aquí nos han traído. Así que, mientras se aclara el enredo y por aquello del caso Rubiales, del que ahora sólo falta la sentencia, ya tarda la presunta agresora en sacar pecho y  afirmar… ¡no voy a dimitir, no voy a dimitir!