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domingo, 16 de mayo de 2021

Oído cocina

 


En buena lógica tendría que ser ahora que parece que el virus chino va remitiendo y bares y  restaurantes tienen libertad de horarios, toquemos madera, cuando la renqueante hostelería debería iniciar un despegue que permitiese una mejora en la cuenta de resultados. Quizá por ello, con esa oportunidad que tiene siempre la izquierda, ha hecho su aparición la esposa del camarada Sánchez, de profesión desconocida, para plantear una innovadora propuesta a los hosteleros: educar en comida sana para estar por encima del negocio. Esto sólo se puede interpretar de una manera: usted llega al bar de toda la vida, que no ha echado el cierre de milagro, y pide unos callos a la madrileña o unos sabrosos calamares a la romana. El camarero toma nota y larga el marchando habitual, pero antes de entrar en la cocina consulta la cosa con el dueño y éste se encoge de hombros y masculla un lacónico a ver qué podemos hacer. Tras quince minutos de espera, usted recibe un deprimente plato de verduras muy ecológicas hechas de forma extravagante. Si intenta decir que aquello es un error, el camarero se adelantará y le dirá que le está educando en comida sana por encima del negocio.

Todo esto mueve a la hilaridad y a la indignación, pero es lo que hay y lo que habrá. De la educación para la ciudadanía de Zapatero a la educación para un determinada gastronomía del camarada Sánchez, el socialismo se reinventa a costa del pobre contribuyente, pues como dice Begoña, hay que pensar en nuevos modelos que permitan resetear el capitalismo. Cañas y tapas fomentan el libertinaje y una mala salud, es por ello que los hosteleros deben mirar más por inducir a comer sano que por su propio y maltrecho negocio. Al fin y al cabo, qué dice la Constitución socialdemócrata del 78 sobre la propiedad privada, pues que queda reconocida pero limitada por su función social. O en el caso de bares y restaurantes por una función de sana y ecológica gastronomía. Oído cocina.


5 comentarios:

tolerancio dijo...


ya veo la jugada... los dueños de restaurantes habrán de presentar su menú semanal al nutricionista del ayuntamiento (como hacen los coles)... de ese modo nos dirán también las autoridades qué tenemos que comer y qué no... quedan tantas cosas por regular todavía...

Reinhard dijo...

Poco a poco; el alcohol es malo, pero también lo son las bebidas azucaradas, que han sido asaltadas por el IVA. Vamos camino de un impuesto especial que grave aquellas comidas que no sean muy recomendables para el colesterol, o el ácido úrico. Esto no ha hecho más que empezar, la presentación en sociedad de Begoño.

Aitor Mento dijo...

Debe ser parte de la llamada Agenda 2030.

Reinhard dijo...

¿No era la de 2050? En cualquier caso, veo moros en la costa.

tolerancio dijo...


episodio a pequeña escala del "campamento de los justos"...