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domingo, 23 de mayo de 2021

2050

 



El camarada Sánchez, que aspira a durar en el poder más que el padrecito Stalin, acaba de lanzar su propuesta para un futuro todavía un poco lejano, allá por el año 2050. Comeremos menos carne y viajaremos menos en avión por el territorio nacional, habrá pocos niños y eso mejorará la calidad de la educación, el aire será más limpio gracias a la paulatina desaparición del coche y habrá un nuevo concepto de la propiedad inmobiliaria en su faceta de vivienda, con fórmulas tan atractivas como los usos compartidos y temporales. Serán necesarios muchos inmigrantes, luego ya se verá dónde se les coloca, pero no será problema pues todo se resuelve con un poco de imaginación y un ministerio al efecto. Como se puede apreciar, un futuro idílico que sólo tiene el inconveniente de que debamos esperar tantos años para disfrutarlo, aunque quizá nos quede el consuelo de que, si no llegamos, serán nuestros hijos los que hereden y disfruten lo que a partir de ahora, ya mismo, empiece a sembrarse.


No es muy explícita la agenda en lo referente a la financiación del invento, aunque se ofrece alguna pista cuando se habla de que los ingresos del Estado serán mayores, lo que en buena y socialista lógica significará más impuestos, tasas, contribuciones y arbitrios y cualquier otro pellizco fiscal en cuya denominación ya se está trabajando. Pero qué hachazo al bolsillo del españolito no se recibe con agrado cuando se trata de fomentar el bien común. Que no falte el humor ante la aventura que acaba de comenzar, como aquel chiste que Reagan contaba sobre la Unión Soviética de los planes quinquenales: un tipo acude a un concesionario de Moscú a comprar un coche y el burócrata cursa el pedido y le asegura que lo podrá recoger dentro de diez años. El comprador pregunta que si eso será por la mañana o por la tarde, lo que provoca la risa del vendedor y la inevitable respuesta: qué más da que sea por la mañana o por la tarde si será dentro de diez años. Porque por la mañana y dentro de diez años, asegura el sufrido camarada ciudadano, viene el fontanero a mi casa a ver qué puede hacer con el escape de agua que tengo. Ay, el futuro. 


1 comentario:

tolerancio dijo...


sensacional, no saben qué puñetera vacuna poner al personal y trazan planes para el 2050, cuando según los agoreros del cambio climático el planeta se habrá idoa a tomar por c***...