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jueves, 25 de junio de 2015

El contrato de la felicidad



El contrato social era esto, que un alcalde llamado Kichi, primer espada de la ciudad con más paro de España, se presente a paralizar el desahucio de unos fulanos que llevaban dos años sin pagar el alquiler. Poco importa que la dueña del piso fuese una mujer mayor, viuda y con escasos recursos, pues en la era de Potemos la propiedad es siempre culpable, aunque bien mirado, la cosa chavista-¡Exprópiese!-ya viene de antaño, cuando los padres fundadores del 78 nos dejaron escrito con letras doradas que ese derecho tenía una función social. Como función social tienen los manteros y lateros de la Barcelona de Colau, que ya venden sus apócrifos productos en el mismísimo Paseo de Gracia o en la playa de la Barceloneta, Piña Colau llaman a un combinado que hace las delicias de los bañistas, y todo ello sin que los vendedores sean molestados por una policía local que empieza a ser un ejército cumbayá.

El Sí se puede potémico recuerda mucho al Don´t worry, be happy, lo que sin duda nos aboca a formularnos la célebre pregunta de Josep Pla al llegar a Nueva York y ver tanta iluminación: ¿y esto quién lo paga? Adivinen, aunque hay poco margen para el error.


9 comentarios:

Fuga dijo...

Muy bueno Reinhard.

Y ahora nos anuncian que una coalición como la municipal podría hacerse con la generalitat venciendo a Mas. Eso sí que es pasar del chorizo de Carlos Andrés Pérez al boliviarianismo.

Territorio cumbayá...visto que la derecha peronista no es competente para neutralizarlos dialécticamente terminaré sintiendo pena por no tener 17 años para celebrarlo con la irresponsabilidad propia de la edad. ¿birras gratis?¿sexo libre? carpe diem

Traveller dijo...


Del 14 al 17 de julio me había inscrito, previo pago, a un cursillo sobre un tema flamenco, al que soy muy aficionado, en la Universidad de Cádiz.

Cuando le vi la jeta, en su proclamación, al nuevo alcalde de la preciosa ciudad con sus pendientes, sus piercings y sus pelijas, cancelé mi inscripción, el viaje y el hotel.

No pienso poner mis pies en una ciudad con un alcalde con esa pinta.

Debo estar muy demodé. Cosas de la edad.

tolerancio dijo...


creo que todo este fenómeno obedece a las claves del milenarismo... esos fenómenos de masas en situaciones históricas muy determinadas en las que el profeta, un pillo redomado, predica la restitución de la supuesta bondad original del ser humano corrompida por los malvados... y la idea cuela y tiene éxito porque a todo quisque le gusta pensar que uno en el fondo es bueno, aunque sea un cabronazo del quince, pero que la sociedad no le ha permitido mostrar esa bondad... la cosa viene ya de zp, el mundo es del viento, o ahora el coletas en cataluña, mi patria es la gente... en fin, me gustaría explicarlo un poco mejor, pero la idea básica es ésa... invito a una ronda de piña-colau para festejar el finde, charangas y chirigotas de cádiz, arsa... que todo el mundo es güeno... menos esos malvados de la casta, la banca, los españolazos, etc...

Reinhard dijo...

Las redes sociales ya han bautizado al tipo como Kichinger, ay, cuánta gloria se avecina. En cuanto a Barcelona, llevo un litigio contra el Ayuntamiento que gracias a esa progesía de Coalu puede dar un vuelco tremendo. En ese caso, ya les contaría.

tolerancio dijo...


ya contará en el momento procesal oportuno, como diría aquel... lo de kichinger, genial...

Fuga dijo...

de haberlo sabido Trav...hace una semana regalé una antología del flamenco cojonuda que ya sin tocadiscos peligraba por bulto.

Fuga dijo...

a los que por ahí siguen pegunto ¿es posible un sorpasso de los podemos catalanes a la agrupación personalista del pezident Mas?

Fuga dijo...

veo mucho al estulto de Fdz Diaz por las televisiones haciendo alardes de rigorismo…debería ocuparse de lo suyo, que ya descargan drogas en las playas andaluzas a plena luz del día con barcos de mediano tonelaje delante de los turistas. Y las planeadoras ya se meten por el Guadalquivir a dejar las entregas hasta Sevilla.

Menudo inepto…todo lo que no sea espiar a sus enemigos políticos y enredar....

Aitor Mento dijo...

Yo creo que sí se puede.