El mariscal de campo Wilhelm Keitel firma la rendición incondicional de Alemania.
Así ha pasado a la historia esta fotografía, aunque según la hija de Ernest Lluch la cosa fue bastante diferente: Keitel esperaba sentado la llegada del otro bando para hablar, ellos que podían, y negociar una paz buena para todos, sin vencedores ni vencidos. Seguro que más tarde, y con la soga de Núremberg anudada a su cuello, el mariscal meditaría sobre lo extraña que había sido aquella negociación de tú a tú, aquel diálogo que puso fin a la confrontación.
Joder, cuánta gloria va a dar este proceso, cuánta.
5 comentarios:
Fue gorda lo que dijo la hija de Ernes Lluch. Madre mia, lo dejo ahí.
Y fue gorda que en un reciente mitin donde salía MrX y rubalcaba, de fondo había una militante sociata con la famosa frase de Lluch "gritad porque mientras gritais no matais..etc.". Frase perfectamente definitoria de la ignorancia socialista, y que ignora que Lluch fue asesinado tras una tregua muy similar a la actual.
Tela con el socialismo, tela, porque parece que de alguna forma solo ponerse en sus manos ya genera algun tipo de trepanacion.
Hay un vídeo de LLuch, Señor Ogro, que por vergüenza no voy a traer; en él se ve al catalán discutir con la chusma batasuna y decirles que Otegui les va a reñir. Luego, a LLuch se lo bailaron y Arnaldo no abrió la boca. En esta historia los imbéciles han tenido gran protagonismo.
Tuve la oportunidad de conocer a Lluch. Siento decirlo de una víctima pero lo cierto es que en vida me parecía un lerdo. Tonto intenso.
Sin acritud.
O intonso, Fuga.
Lluch, sociata de pro, víctima de sus propios amiguetes, esos que diciendo que nos perdonan la vida hasta después de las elecciones le descerrajaron un tiro, pero eso sí, de amigos.
Y luego viene la hija a callar a las víctimas. Ainsss, esa ley de muerte digna que aprobaron los sociatas, ¿para cuando se la aplicaran así mismos en masa?
Un saludazo.
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