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miércoles, 13 de julio de 2011

La competencia



A Fredo el rojo ya le salen los competidores, y no proceden precisamente de las huestes de Mariano ni tampoco de la factoría FAES, que es un laboratorio de aquellas ideas que el registrador de la propiedad en excedencia nunca se atreverá a aplicar, ni siquiera a proponer, no sea que el camino hacia la victoria se acabe jodiendo en el sprint final.

Un banco con un ignorado nivel de estrés-solvencia es ya un concepto obsoleto que hasta los contables de la vieja escuela desprecian-acaba de lanzar a este mercado desierto la tan ansiada dación en pago como fórmula para saldar la deuda hipotecaria, figura esta que viene a ser una suerte de chulería jurídica consistente en devolver las llaves de tu casa como si entregases las de la habitación de un hotel sin esperar la cuenta ni dejar propina al botones que llevará las maletas, metáfora de la mudanza, hasta el coche. Desconociendo esa letra pequeña que no hay notario que tenga narices de leer, es una mala noticia para un candidato tan rojo como indignado que pretende fundir, que no refundir, la ley hipotecaria por vía de decreto, pues una vez más será el mercado, enemigo tradicional de la socialdemocracia, el que acabe por reconducir la situación sin hacer el ruido habitual al que está abonado el legislador.

6 comentarios:

Fuga dijo...

olé por bankinter
y olé por el juez Ruz

Chippewa dijo...

.

"El mercado, enemigo tradicional de la socialdemocracia".

Qué bueno!

.

José Antonio del Pozo dijo...

Rub remueve y remueve a ver si consigue hacernos olvidar que lleva treinta años amancebado con el Poder.
Saludos blogueros

Reinhard dijo...

Y los mercados son ya la rehostia, los culpables de que no levantemos cabeza.

Aitor Mento dijo...

Diga que sí, al precio que van los alimentos frescos...

Mercedes dijo...

Bueno, no ha sido el rojo de R, sino el rojo de Botín, en última instancia.

¡Hay que ver lo que sabe el santanderino!

Eso sí, lo lanza desde una marca filial, nunca desde la primera marca, por si acaso. No es cuestión de arruinarse.