Tenía pensado, cuando las cosas estaban en su sitio, escribir sobre esto: brevemente y con alguna referencia bibliográfica, cuatro líneas que glosaran la importancia del acto, su simbolismo, la similitud de Katyn con otras matanzas, o la posible división que un gesto de este tipo genera entre aquellas gentes en cuyo nombre y con mucho retraso se pide perdón. Pero los acontecimientos siempre mandan, mucho más cuando la historia, ya sea bajo otros ropajes y con diferentes protagonistas, se repite; así que mejor será dejar el vídeo como homenaje a una nación varias veces maltratada por un trágico destino.
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2 comentarios:
Don Reinhard.
A título personal, le comento que mi mujer (ella es rusa, cosaca del Don) y yo, vimos en televisión, tanto el homenaje a las víctimas de Katyn, como la propia película (la han emitido dos veces: una en el canal Россия-1 y otra en el Россия Культура). Y los dos acabamos llorando por la emoción y el dolor que sufrió tanta gente.
Ella, incluso, bajó el icono de la estantería y comenzó a rezar en memoria de las víctimas.
Realmente es un contraste con lo que ocurre aquí. Con nuestro revanchismo y utilización partidista de unos acontecimientos que deberían quedar en la Historia.
Aparentemente, resulta impensable
realizar aquí un acto así: un homenaje a las víctimas de ambos sistemas totalitarios.
Es un aspecto en el que la democracia rusa -a pesar de los muchísimos aspectos negativos que
presenta- nos da sobradas lecciones de respeto, recuerdo sin ira, y convivencia.
Don Yeager:
El reconocimiento y consiguiente perdón sobre Katyn llegó con muchos años de retraso, pero ahí está.
Aquí, por contra, lo que ha llegado setenta años después ha sido la venganza, el ajuste de cuentas. Y hay para largo.
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